Osificación del ligamento longitudinal posterior (LPO)

Resumen

Osificación: proceso de transformación en hueso o sustancia similar al hueso
Posterior: término anatómico que significa «más atrás en la posición»
Longitudinal: término anatómico que significa «que viaja a lo largo»
Ligamento: tejido blando que conecta y sostiene los huesos de las articulaciones

La osificación del ligamento longitudinal posterior (LPO) es una condición en la que una estructura flexible conocida como ligamento longitudinal posterior se vuelve más gruesa y menos flexible.

El ligamento longitudinal posterior conecta y estabiliza los huesos de la columna vertebral. Recorre casi toda la longitud de la columna vertebral, desde la 2ª vértebra de la columna cervical (cuello) hasta el sacro (final de la columna). El ligamento es adyacente a la médula espinal.

La OPLL se produce con mayor frecuencia en la columna cervical (columna en el cuello).

Aquí, en el Hospital de la Columna del Instituto Neurológico de Nueva York, estamos especializados en el tratamiento de la OPLL.

Síntomas

La OPLL suele comenzar sin síntomas o con síntomas leves. Los síntomas leves pueden incluir dolor leve, hormigueo y/o entumecimiento en las manos. La OPLL también puede causar disestesia, una sensación desagradable que acompaña al tacto. A veces puede haber una sensación desagradable sin que haya tacto.

A medida que la OPLL progresa, los síntomas suelen ser más graves. Si el ligamento ocupa un espacio valioso dentro del canal espinal a medida que se engrosa, puede comprimir (apretar) la médula espinal, produciendo mielopatía. Los síntomas de la mielopatía (compresión de la médula espinal) incluyen dificultad para caminar y para controlar los intestinos y la vejiga. La OPLL también puede causar radiculopatía, o compresión de una raíz nerviosa. Los síntomas de la radiculopatía cervical incluyen dolor, hormigueo o entumecimiento en el cuello, el hombro, el brazo o la mano.

La mayoría de los casos incluyen una lenta progresión de los síntomas, pero en algunos casos, los síntomas pueden empeorar repentinamente después de una lesión leve.

Causas y factores de riesgo

Las causas de la OPLL no se conocen del todo. Los factores genéticos, hormonales, medioambientales y de estilo de vida parecen desempeñar un papel importante.

La OPLL suele detectarse en hombres de entre 50 y 60 años. Es más frecuente en individuos con ascendencia asiática, especialmente japonesa.

Pruebas y diagnóstico

Si un paciente presenta síntomas asociados a la OPLL, el médico puede solicitar los siguientes procedimientos de diagnóstico:

  • Rayos X (también conocidos como placas planas): prueba que utiliza haces invisibles de energía electromagnética (rayos X) para producir imágenes de los huesos. Las estructuras de los tejidos blandos, como la médula espinal, los nervios espinales, el disco y los ligamentos, no suelen verse en las radiografías, ni tampoco la mayoría de los tumores, malformaciones vasculares o quistes. Las radiografías proporcionan una evaluación general de la anatomía ósea, así como de la curvatura y la alineación de la columna vertebral. La dislocación o el deslizamiento de la columna vertebral (también conocido como espondilolistesis), la cifosis, la escoliosis, así como el equilibrio local y general de la columna vertebral pueden evaluarse con las radiografías. Las anomalías óseas específicas, como los espolones óseos, el estrechamiento del espacio discal, la fractura del cuerpo vertebral, el colapso o la erosión, también pueden identificarse en las radiografías simples. Pueden obtenerse radiografías dinámicas o de flexión/extensión (radiografías que muestran la columna vertebral en movimiento) para ver si hay algún movimiento anormal o excesivo o inestabilidad en la columna vertebral en los niveles afectados.
  • Tomografía computarizada (TC): procedimiento de diagnóstico por imagen que utiliza una combinación de rayos X y tecnología informática para producir imágenes detalladas de cualquier parte del cuerpo, incluidos los huesos, los músculos, la grasa y los órganos. Las tomografías computarizadas son más detalladas que las radiografías generales.
  • Resonancia magnética (RM): procedimiento de diagnóstico que utiliza una combinación de imanes de gran tamaño, ondas de radio y un ordenador para producir imágenes detalladas de órganos y estructuras del cuerpo. Las exploraciones por RMN no utilizan radiación. Pueden no ser posibles en pacientes con determinados implantes o dispositivos, como marcapasos o clips de aneurisma antiguos.

Tratamientos

Cuando los síntomas son leves y no son progresivos, la OPLL puede tratarse con medidas no quirúrgicas. Los tratamientos no operativos pueden incluir analgésicos, antiinflamatorios, anticonvulsivos, antiinflamatorios no esteroideos (AINE) y opioides tópicos.

Sin embargo, la cirugía puede considerarse si un paciente desarrolla signos o síntomas de mielopatía, como reflejos anormales o dificultad para caminar, o si hay evidencia radiográfica de lesión o compresión continua de la médula espinal.

El cirujano puede realizar cualquiera de los siguientes procedimientos:

  • Discectomía cervical anterior con fusión (ACDF)
  • Corpectomía cervical anterior con fusión
  • Laminectomía
  • Laminectomía y fusión
  • Laminoplastia
  • Abordaje anterior y posterior combinado

El cirujano determinará el mejor tratamiento para cada paciente y situación. Las decisiones de tratamiento dependerán de diversos factores, como el grado de mielopatía, la deformidad de la columna y el número de segmentos afectados.

Preparación para su cita

Los doctores Paul C. McCormick, Michael G. Kaiser, Peter D. Angevine y Patrick C. Reid son expertos en el tratamiento de la OPLL. También pueden ofrecerle una segunda opinión.

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