Elegantes, espabilados y… ¡dormilones! Sí, ¡los gatos duermen mucho! Y parece que sueñan, igual que nosotros. La imagen que a menudo se representa de los gatos estirados al sol o acurrucados frente al fuego no es sólo un tópico. La Dra. Maria Grazia Calore, veterinaria y experta en el comportamiento de los animales de compañía, explica por qué el sueño es tan importante para nuestros gatos.
Entre el sueño y la vigilia
Si a usted le falta un poco de sueño, le dará envidia saber que los gatos duermen entre 10 y 18 horas al día. Sin embargo, al igual que ocurre con los humanos, algunos gatos son adictos al sofá, mientras que otros son enérgicos y deportistas. Ni que decir tiene que los gatos que están más estimulados (porque pueden salir al exterior o se les proporciona estimulación en el interior) tienden a dormir menos que sus homólogos menos estimulados.
¿Pero cómo se gastan las horas y horas de dulce sueño que disfrutan nuestros felinos domésticos? Se sabe que los gatos tienen etapas de sueño al igual que los humanos. De hecho, las etapas alternan entre episodios de sueño ligero y fases de sueño pesado que duran unos 20 minutos, seguidas de períodos de unos cinco minutos de sueño REM (movimiento ocular rápido).
El sueño REM es la fase del sueño en la que los gatos -al igual que los humanos- sueñan: cuando sus ojos se mueven rápidamente detrás de los párpados cerrados, y sus orejas, bigotes, patas y cola se mueven vigorosamente mientras representan sus sueños.
Gracias a las pruebas realizadas con un electroencefalograma, sabemos que los gatos tienden a tener un sueño más ligero durante el día. Este estado de semialerta refleja los hábitos de sueño de los primos salvajes del gato doméstico, donde el gato no sólo es un depredador sino también una presa potencial, y para sobrevivir debe estar alerta en caso de peligro.
¿Qué sueñan?
Para los humanos, se cree que el sueño REM ayuda al cerebro a reordenar fijando las experiencias en la memoria. Por lo tanto, es justo suponer que los gatos también reviven sus actividades diarias -como la caza, el juego, el aseo y las interacciones sociales- en sus sueños. Y al igual que el hombre tiene que lidiar con alguna pesadilla ocasional, también lo hacen nuestros gatos; sus sueños probablemente están salpicados de imaginaciones de situaciones de lucha o huida, que a menudo provocan gruñidos o maullidos involuntarios de sus pequeñas bocas.
Para los gatos, el sueño REM es esencial y, si se interrumpe, puede tener graves repercusiones. De hecho, los estudios sobre la privación del sueño en humanos y otros animales confirman que la falta de sueño puede afectar a varios comportamientos esenciales, como la atención, las capacidades cognitivas y el estado de ánimo.
Así que la moraleja de la historia de hoy es: «Dejad dormir a los perros», es decir, no despertéis a los perros, gatos o humanos cuando están durmiendo porque para cada uno de ellos sería algo rencoroso y posiblemente peligroso.