Angiodisplasia del tracto gastrointestinal

La angiodisplasia es una importante lesión vascular del intestino y una fuente de morbilidad significativa por sangrado. Esta lesión es probablemente responsable de aproximadamente el 6,0% de los casos de hemorragia gastrointestinal (GI) inferior y del 1,2-8,0% de los casos de hemorragia del tracto GI superior. La angiodisplasia del intestino delgado es responsable del 30-40% de los casos de hemorragia GI de origen oscuro y representa la causa más común de hemorragia en este subconjunto de pacientes. Las lesiones en el intestino grueso se producen con mayor frecuencia en el colon derecho. Su causa es desconocida, pero la mayoría son probablemente adquiridas y el resultado de un proceso degenerativo asociado al envejecimiento. Nunca se ha determinado la incidencia de la angiodisplasia colónica entre individuos estrictamente asintomáticos y la historia natural de estas lesiones no se conoce del todo. La angiodisplasia en el tracto gastrointestinal superior se produce con mayor frecuencia en el estómago y el duodeno. Cuando los pacientes afectados han sido evaluados mediante colonoscopia, se han diagnosticado lesiones concomitantes en un tercio de los casos. Se ha afirmado que la angiodisplasia se produce con mayor frecuencia en pacientes con insuficiencia renal, enfermedad de von Willebrand, estenosis aórtica, cirrosis y enfermedad pulmonar. No todas estas asociaciones se han sometido a un análisis crítico, pero las pruebas disponibles no apoyan una relación fuerte en la mayoría de los casos. Los pacientes con angiodisplasia hemorrágica son tratados ocasionalmente con hormonas o, más a menudo, con métodos endoscópicos. Estudios de casos no controlados han informado de la reducción o el cese de la hemorragia en sujetos tratados con estrógenos conjugados. Sin embargo, los ensayos controlados aleatorios prospectivos que evalúan la eficacia del tratamiento hormonal son limitados, y los resultados de dos ensayos son contradictorios. Los perfiles de seguridad de los métodos endoscópicos son aceptables y las eficacias comunicadas son elevadas, aunque no todos los métodos han sido evaluados exhaustivamente para el tratamiento de la angiodisplasia. La perforación del colon derecho es un problema potencial, especialmente para la electrocoagulación monopolar y el láser.

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