Cosas que hay que saber antes de una primera clase de yoga aéreo y consideraciones finales
Ahora que estás convencido de probar una clase de yoga aéreo veamos algunas consideraciones para tener una práctica segura y agradable:
El yoga aéreo puede ser accesible para la mayoría de las personas, sin importar el nivel de condición física. Sin embargo, debe evitarlo si padece alguna de las siguientes afecciones: Embarazo, glaucoma, cirugía reciente de cualquier tipo. Vértigo por presión arterial muy alta o baja, osteoporosis o cualquier debilidad ósea, síndrome del túnel carpiano, accidente cerebrovascular reciente o una hernia. En caso de duda, consulte siempre a su médico o pida consejo a un profesor experimentado.
Una vez que esté autorizado a practicar, es importante encontrar la clase adecuada. Las clases pueden tener diferentes nombres y pueden diferir en ritmo y nivel de dificultad. Si es tu primera vez, comprueba siempre si la clase es adecuada para principiantes.
En ME Yoga Villa en Sri Lanka, por ejemplo, todas nuestras clases de yoga aéreo son aptas para principiantes. Siempre nos tomamos el tiempo de calentar para que te familiarices con el uso de la seda. Durante la clase ofrecemos modificaciones para facilitar la tarea a los principiantes, pero también para desafiar a los estudiantes más avanzados. También ofrecemos retiros de yoga continuos con yoga aéreo diario para que pueda construir su práctica y llegar a ser más confiado y competente en la hamaca, así como en la estera.
Entonces, una cosa importante cuando se practica el yoga aéreo es tomar su tiempo, escuchar a su cuerpo y usar su respiración. Especialmente para los principiantes, el cuerpo tardará en acostumbrarse a los movimientos en la seda y a las inversiones. Por eso es importante hacer pequeños descansos siempre que sea necesario y respirar profundamente para que el oxígeno siga fluyendo. A veces los estudiantes pueden experimentar un pequeño dolor de cabeza o náuseas que se resuelven después de unas cuantas clases. En nuestro estudio en la azotea, siempre tenemos un poco de aceite de menta que ayuda a combatir estos efectos secundarios.
Además, para los principiantes es normal sentirse un poco nervioso o temeroso. Especialmente porque se les pide que confíen en la seda para sostener su cuerpo y colgarse boca abajo. También en este caso, es importante tomarse su tiempo y utilizar respiraciones lentas y constantes para relajarse. Y también ayuda tener la certeza de que la hamaca es segura y firme. Siempre les digo a mis alumnos que la hamaca puede sostener un pequeño elefante, que puede pesar fácilmente más de 500 kg. La mayoría de los aparatos aéreos están probados y certificados para aguantar incluso 1000 kg, así que puedes estar seguro de que la hamaca te aguantará.
También recomendamos a los principiantes que elijan una hamaca en la parte delantera, para que el profesor esté cerca, y no se sientan intimidados por los alumnos más experimentados que hacen posturas más avanzadas con facilidad.
Otra cosa que hay que saber es que la hamaca puede causar un poco de incomodidad en ciertas posturas. Especialmente cuando presiona contra una zona del cuerpo que está tensa. A veces un pequeño ajuste de la seda puede solucionar el problema. Si no, con el tiempo tu cuerpo se ajustará y aprenderá a liberar la tensión. Siempre lo comparo con un masaje de tejidos profundos en el que un poco de dolor puede provocar una gran liberación posterior. Los dolores agudos, sin embargo, no son normales, en cuyo caso debes salir de la postura y buscar alguna modificación.
El último consejo sería que no te tomes demasiado en serio. Al despertar tu niño interior puedes reírte, hacer algo de ruido y divertirte mucho.
Y para aquellos que realmente se apasionan por el yoga aéreo, siempre puedes profundizar en tu práctica o convertirlo en tu carrera siguiendo una formación especial de profesorado aéreo como el TTC especial de yoga aéreo de ME Yoga Villa en el paraíso de Sri Lanka!
Feliz vuelo!