PUNTOS CLAVE Y RECOMENDACIONES PRÁCTICAS: – Los β-Bloqueantes son un tratamiento adecuado para los pacientes con hipertensión y los que tienen cardiopatía isquémica concomitante, insuficiencia cardíaca, miocardiopatía obstructiva o ciertas arritmias. – Los β-Bloqueantes pueden utilizarse en combinación con otros fármacos antihipertensivos para lograr el máximo control de la presión arterial. El Labetalol puede utilizarse en las urgencias y emergencias hipertensivas. – Los β-Bloqueantes pueden ser útiles en pacientes con circulación hipercinética (palpitaciones, taquicardia, hipertensión y ansiedad), migraña y temblor esencial. – Los β-bloqueantes son muy heterogéneos con respecto a diversos efectos farmacológicos: el grado de actividad simpaticomimética intrínseca, la actividad estabilizadora de la membrana, la selectividad β(1), el efecto bloqueante α(1) adrenérgico, la solubilidad tisular, las vías de eliminación sistémica, las potencias y la duración de la acción, y los efectos específicos pueden ser importantes en la selección de un fármaco para su uso clínico. – El uso de betabloqueantes para reducir la isquemia perioperatoria y las complicaciones cardiovasculares puede no beneficiar a tantos pacientes como se esperaba y, de hecho, puede causar daños en algunos individuos. Actualmente, la mejor evidencia apoya el uso de β-bloqueantes en dos grupos de pacientes: pacientes sometidos a cirugía vascular con cardiopatía isquémica conocida o con múltiples factores de riesgo de padecerla y para pacientes que ya reciben β-bloqueantes por afecciones cardiovasculares conocidas.