La familia es el corazón de la vida social siria. Las visitas frecuentes y los intercambios de invitaciones a comidas entre los miembros de la familia forman parte de la vida cotidiana. Aunque los matrimonios formalmente concertados son cada vez menos frecuentes, los padres suelen tener una autoridad decisiva a la hora de aprobar o rechazar un matrimonio. El matrimonio con miembros de la propia religión es la norma; los hombres musulmanes pueden casarse con mujeres no musulmanas, aunque lo contrario está prohibido; los matrimonios interconfesionales entre cristianos son legales pero requieren el permiso de ambas confesiones. Las relaciones de vecindad y las amistades entre miembros de diferentes religiones son habituales en las ciudades sirias.
Una expresión visible del eclecticismo cultural de Siria se demuestra en su variedad de estilos de vestir: mientras que algunas mujeres optan por la última moda europea, otras van completamente cubiertas por un velo; los hombres mayores, con pantalones negros tradicionales, contrastan con los jóvenes que lucen estilos occidentales.
Los musulmanes sirios celebran las principales fiestas religiosas del Ramadán, ʿĪd al-Fiṭr («Fiesta de la ruptura del ayuno», que marca el final del Ramadán) y ʿĪd al-Aḍḥā («Fiesta del sacrificio», que marca la culminación de la peregrinación anual a La Meca). Los cristianos sirios celebran libremente las fiestas de la tradición cristiana, incluidas la Navidad y la Pascua.
La cocina siria hace uso de una amplia gama de ingredientes y estilos de preparación; el limón, el ajo, la cebolla y las especias suelen ocupar un lugar destacado. Los kibbeh -cáscaras de bulgur (trigo agrietado) en forma de bola o planas cortadas en forma de diamante y rellenas de carne picada de ternera o cordero, especias y piñones- se disfrutan, a menudo servidos con yogur. Las hojas de parra se rellenan con mezclas especiadas de cordero o ternera y arroz y se cuecen a fuego lento con zumo de limón; también existen variantes con hojas de col y un caldo de limón y tomate. También se preparan pasteles de carne y espinacas, y las frutas, las verduras y los cereales son básicos en los platos sirios. El pan plano, los quesos, las ensaladas y las aceitunas suelen formar parte del mazzah (mezes), un conjunto de platos más pequeños que se sirven juntos. La repostería siria, que en algunos casos requiere una gran habilidad para su preparación, es muy variada.