Actualmente el enfoque del tratamiento de las deformidades de las extremidades angulares (ALD) está cambiando. Mientras que hace unos años el objetivo era el reconocimiento y tratamiento precoz, la tendencia reciente va más hacia un enfoque selectivo. Los potros inmaduros con osificación incompleta del cartílago precursor, mejor identificados en la región del carpo y del tarso, son tratados lo antes posible con férulas para facilitar la osificación bajo cargas axiales uniformes. Los potros que sufren un crecimiento asimétrico metafisario pero una osificación normal se observan con frecuencia durante varios meses para permitir que se corrijan por sí mismos. En los casos graves, es decir, potros con deformidades superiores a 12°, se propone también un tratamiento precoz. Los potros que sufren deformidades en varo de la región metacarpofalángica/metatarsofalángica deben ser tratados antes de un mes de edad. El motivo es el cierre precoz de la fisis a la edad aproximada de 3 meses y, en casos graves, el desarrollo de una deformidad en valgo opuesto en la falange proximal. Las técnicas de tratamiento incluyen la aceleración del crecimiento, el retraso temporal del crecimiento unilateral y una combinación de ellas. Recientemente se ha cuestionado el efecto positivo de la transección y extirpación hemicircunferencial del periostio (HCPTS), pero mientras tanto se ha podido establecer la vía de los mecanismos correctores con la ayuda de técnicas de biología molecular. De hecho, los experimentos realizados para refutar el efecto de la HCPTS ayudaron a aclarar el mecanismo. En pocas palabras: la agresión quirúrgica cerca de la región metafisaria más corta regula al alza las Indian Hedge Hog (Ihh), que llegan a la fisis a través de los vasos sanguíneos aferentes, donde regulan al alza las hormonas paratiroideas (PTH) y aceleran el crecimiento fisiario a nivel local. Una vez aclarada la vía, esta técnica recupera parte de su antigua popularidad. El retraso del crecimiento puede conseguirse mediante varias técnicas quirúrgicas, que puentean temporalmente la fisis del lado más largo del hueso hasta que el lado más corto se haya puesto al día. Este tipo de tratamiento se propone como el más moderno para oponerse a las deformidades en valgo de la falange proximal. Una vez que la extremidad está recta, se retiran los implantes. En las deformidades bilaterales, es posible que los implantes de una extremidad deban retirarse antes que los de la otra. Si se espera a que la segunda extremidad esté recta también, la que se corrige más rápido puede haber sobrecorregido. Recientemente se ha introducido, con aparentes buenos resultados, la terapia de ondas de choque extracorporales radiales para conseguir un retraso temporal del crecimiento de forma no invasiva. Una vez cerrada la fisis, las deformidades angulares de las extremidades ya no pueden corregirse mediante la modulación del crecimiento. La única vía posible es un tipo de osteotomía u ostectomía correctora.