Titania
Titania es la reina de las hadas, esposa de Oberón, y una fuerza a tener en cuenta en el mundo de la magia. Cuando conocemos a Titania por primera vez, es una reina amable (que invita a Oberón a bailar), pero sigue siendo descarada. Se mantiene firme y se niega a renunciar al niño indio que está criando, protegiendo así su amor y su honor. Nos enteramos de que Titania se preocupa por el orden natural, que se ha visto alterado por la disputa entre ella y Oberón. En lugar de comprometerse, le dice a Oberón que debería tomárselo con calma con sus exigencias sobre el niño.
Titania tiene claros paralelismos con Hipólita, otra reina que fue sometida por un pretendiente demasiado ansioso. La Titania que conocemos desaparece cuando se convierte en la criatura aduladora enamorada de Bottom. Aunque Titania es posiblemente la mujer más poderosa de la obra, al igual que las demás mujeres, está sujeta a las maquinaciones de los hombres. (Los hombres son responsables de la conquista de Hipólita, de la desesperación de Helena y de la ira de Hermia). Aun así, Titania no es del todo un comentario sobre la naturaleza de las mujeres, ya que es la única mujer de la obra que está realmente encantada (por lo que su locura está un poco excusada). Sin embargo, una vez que Oberón libera a Titania del hechizo, ella no se lanza precisamente contra Oberón por el horrible trato que le da.
Titania no es exactamente un modelo feminista, ni siquiera un emblema de la opresión femenina, pero es otro caso de estudio interesante si se quiere analizar las relaciones románticas. A pesar de su matrimonio con Oberón, y de que comparten la tarea de gobernar el reino de las hadas, pasan bastante tiempo separados y tienen varios invitados que no son cónyuges durante el proceso. Lo interesante es que esto no parece molestar mucho a ninguno de los dos. Oberón incluso llega a engañar a su esposa para que se encariñe con otra criatura.
Ahora, podrías sentirte mejor argumentando que el mundo de las hadas es simplemente diferente al de los humanos. Pero, francamente, eso sería una evasión. También significaría que estás ignorando todos los paralelos entre hadas y humanos que Shakespeare estableció en El sueño de una noche de verano.