Montar a caballo es una experiencia emocionante para muchos niños. Es una forma estimulante de estar activo, tomar aire fresco y sentirse bien.
Cuando era niña, siempre me interesaba más el caballo de mi Barbie que la propia muñeca, y leía una y otra vez mis ejemplares de la serie Black Stallion de Walter Farley. Nuestro patio solía tener una extraña variedad de saltos hechos con sillas de jardín y palos de escoba, donde mis amigos y yo «galopábamos», con las piernas cortas saltando sobre los obstáculos.
Probablemente no sorprendió a mis padres que a la edad de 10 años les rogara que me dieran clases de equitación, y a los once años ya ahorraba los dólares de mi trabajo de repartidor de periódicos y los guardaba en mi «fondo para caballos».
Esos primeros años de soñar despierto con los caballos se hicieron realidad y aprendí a montar con alegría. Limpié los establos y barrí los establos, y con el tiempo me convertí en instructor, enseñando a niños de campamentos de verano, estudiantes universitarios y adultos que utilizaban su tiempo en el establo para desestresarse del trabajo.
La equitación no sólo era mi afición, sino mi deporte principal, y experimenté sus beneficios de primera mano desde niño, y hasta mis 40 años.
Según la entrenadora certificada por Equestrian Canada, Allison Dean, que ha enseñado a cientos de niños y adultos durante los últimos 20 años, los beneficios de la equitación van más allá de los beneficios físicos obvios, como la mejora de la coordinación, el equilibrio, la fuerza y el estado cardiovascular. También es una forma estupenda de hacer nuevos amigos, aprender muchas habilidades físicas diferentes y disfrutar del tiempo al aire libre.
«Lo que tiene de único la equitación es que combina el aspecto físico con el cuidado de un animal. Esto fomenta la responsabilidad, la empatía y la colaboración con otro ser vivo», afirma. «En una época en la que las actividades de los niños se realizan principalmente en el interior y se centran en los ordenadores y los teléfonos, la equitación los lleva al exterior y los conecta con la naturaleza».
Aquí tienes cinco razones por las que merece la pena probar este deporte:
La equitación es un gran ejercicio
Un estudio de 2011 descubrió que sólo 45 minutos en la silla de montar pueden quemar cientos de calorías, y movimientos más vigorosos como el trote aumentan esa cifra. Las actividades asociadas, como el aseo y la limpieza de los establos, pueden aumentar aún más los beneficios de la equitación para la salud. Así que coja la carretilla y empiece a palear.
Construye músculos fuertes
Todas las disciplinas de la equitación, desde los saltos hasta las volteretas, son un excelente ejercicio para el tronco. Para mantener una posición correcta sobre el lomo de un caballo en movimiento es necesario utilizar los músculos abdominales y lumbares, así como los aductores (parte interna de los muslos), los músculos de la pelvis, los brazos y los hombros. Los glúteos también se ejercitan.
Mejora la coordinación y el equilibrio
Guiar a los dos a través de un recorrido de saltos, volar alrededor de los barriles o desplazarse por una pista desarrolla la coordinación mano-ojo y crea reflejos rápidos.
Aumenta el estado de ánimo y reduce el estrés
Montar e interactuar con los caballos hace que los niños salgan al aire libre. Como resultado, experimentan los numerosos beneficios para la salud mental de estar al aire libre.
Es bueno para el cerebro
Los niños que montan a caballo pueden mejorar sus capacidades cognitivas, lo que puede conducir a un mejor aprendizaje, memoria y resolución de problemas.
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Si tiene un hijo amante de los caballos, en el sitio web de Equestrian Canada encontrará información sobre los diferentes programas disponibles para los nuevos jinetes, incluido el programa introductorio Rookie Riders de Equestrian Ontario, y el club gratuito Pony Tails Kids del Horse Council British Columbia.
Una vez que estén listos para las lecciones, un entrenador o instructor certificado a través de los socios provinciales/territoriales de Equestrian Canada podrá garantizar que la equitación sea segura y divertida.
Preguntas que debe hacer antes de programar la primera clase:
- ¿Se enseña a los niños a acicalarse, a colocarse los arreos y a desensillar?
- ¿Hay un picadero cubierto para que su hijo pueda tomar clases durante el invierno/mal tiempo?
- ¿Está vallada la zona de equitación exterior?
- ¿Son los caballos de las clases adecuados para los principiantes?
- ¿Hay una edad mínima para que los niños tomen clases?
Equipamiento básico que necesitará:
- Un casco ecuestre nuevo y correctamente ajustado, aprobado por ASTM/SEI.
- Un protector de pecho (si es necesario).
- Calzado resistente con un tacón de ½» a 1″.
- Pantalones largos.
Ahora, ¡salga y ensille!