Como persona propensa a las alergias, que dan lugar a la fiebre del heno estacional y a los eczemas, no es de extrañar que más adelante, en la infancia, desarrollara asma. Después de un par de ataques de asma leves cuando tenía 10 años, me recetaron inhaladores preventivos y de alivio y me enviaron a casa.
Los inhaladores de alivio abren las vías respiratorias. Actúan rápidamente para aliviar los síntomas y suelen ser necesarios sólo cuando se tienen síntomas, pero no detienen los brotes. Los inhaladores preventivos, por el contrario, actúan en gran medida reduciendo la inflamación y deben tomarse con regularidad para que funcionen correctamente.
El tiempo pasó y más tarde descubrí que mis síntomas no perturbaban demasiado mi rutina diaria, así que fui eliminando poco a poco mis bombas para el asma sin consultar a mis padres ni a mi médico de cabecera.
Al llegar a la edad adulta, me di cuenta de que los olores fuertes de mi entorno, como el perfume, el humo de los cigarrillos e incluso el asfalto recién puesto, me provocan opresión en el pecho y sibilancias. Cuando se trata de hacer ejercicio con regularidad, tengo problemas de resistencia durante los entrenamientos de cardio y de alta intensidad, debido a la falta de aliento.
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¿Se puede realmente superar el asma?
«Si tienes asma, tus vías respiratorias están inflamadas y son sensibles a factores desencadenantes como el aire frío, la contaminación, los virus del resfriado y la gripe o las alergias que desencadenan los síntomas del asma (por ejemplo, la fiebre del heno, los ácaros del polvo o los alimentos)», afirma el Dr. Andy Whittamore, jefe clínico de Asthma UK.
«En el caso de algunos niños a los que se les ha diagnosticado asma, la afección puede mejorar o desaparecer por completo a medida que crecen, pero en el caso de muchas personas, el asma es una afección que dura toda la vida», añade.
Sin embargo, no siempre es el asma la que causa el problema. Los síntomas similares al asma pueden deberse a las alergias, por lo que puede parecer que un niño ha superado el asma.
«El verdadero asma no desaparece, al igual que la diabetes o la hipertensión», afirma el Dr. Thomas Antalffy, inventor del dispositivo Smart Peak Flow.
Si cree que los síntomas del asma se han aliviado, puede que simplemente esté latente, por lo que es importante estar atento.
«Puede haber periodos en los que los síntomas no afecten a su vida diaria y estos periodos pueden durar años o incluso décadas. Sin embargo, los síntomas del asma pueden volver a desencadenarse por un cambio de circunstancias, como un nuevo lugar de trabajo, el estrés o los cambios hormonales durante el embarazo o la menopausia», dice Whittamore.
«Si está tomando sus medicamentos para el asma según lo prescrito y se siente bien, esto es una señal de que están funcionando», así que no asuma que ya no necesita tratamiento, advierte.
Si los síntomas vuelven a aparecer, es fundamental que no los ignore y que hable con su médico de cabecera.
Por el contrario, el hecho de que no le hayan diagnosticado asma de niño no significa que nunca se la vayan a diagnosticar.
«El asma suele diagnosticarse a una edad más avanzada y, sin embargo, es peligrosa. La Revisión Nacional de Muertes por Asma muestra que la edad media en la que se diagnostica el asma es de 37 años», revela Antalffy.
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Minimizar el riesgo de sufrir un ataque
Puede parecer obvio, pero la mejor manera de disminuir las posibilidades de sufrir un ataque de asma es utilizar los medicamentos si se empiezan a tener síntomas.
«Si ya no tomas los medicamentos porque se te ha pasado el asma, pero notas síntomas como falta de aire, tos por la noche, opresión en el pecho o sibilancias, asegúrate de acudir a tu médico para que te diga si es necesario volver a tomar los medicamentos para el asma», insta Whittamore.
«El inhalador preventivo (normalmente de color marrón) reduce la inflamación de las vías respiratorias sensibles a lo largo del tiempo, por lo que es menos probable que reaccione si entra en contacto con un desencadenante del asma, reduciendo así la posibilidad de sufrir un ataque o una crisis asmática», explica.
Los síntomas habituales del asma son la falta de aire, la opresión en el pecho y las sibilancias. Todos ellos pueden ponerle en riesgo de sufrir un ataque de asma que ponga en peligro su vida.
Dependiendo de la gravedad de su asma, el tratamiento suele ser el siguiente:
«El tratamiento más básico requiere el uso de un inhalador de alivio cuando aparecen los síntomas. Cuando el inhalador de alivio se utiliza más de dos veces a la semana, se recomienda pasar al segundo paso del tratamiento», dice Antalffy.
«El segundo paso requiere un inhalador preventivo, que se suele utilizar dos veces al día independientemente de los síntomas, además del inhalador de alivio en espera».
Si su asma sigue estando mal controlada después de estas medidas, a veces se prescribe un tercer medicamento junto con los inhaladores.
«Es importante que tome los medicamentos para el asma tal como se le han recetado y que hable con su médico de cabecera o con la enfermera especializada en asma si desea hacer algún cambio», implora Whittamore.
«Acuda a su revisión anual para mantener a su médico de cabecera o a la enfermera especializada en asma al corriente de sus circunstancias y su estado de salud, y ellos podrán ayudarle a ajustar la medicación si lo considera oportuno», añade.
Conozca sus factores desencadenantes
Dedique tiempo a observar su estado para detectar lo que desencadena su asma, y anótelo. Esto puede ir desde el polvo o el moho del hogar, las condiciones meteorológicas, las infecciones e incluso cosas como el alcohol y el estrés.
«Evitar estos desencadenantes y tomar las medidas adecuadas cuando son inevitables es un gran paso para lograr el control de su asma», aconseja Antalffy.
Además de asistir a su revisión anual, la mejor manera de hacer un seguimiento de su asma es tener un plan de acción por escrito y llevar un diario de flujo máximo. No sólo es útil para usted, sino que es una buena manera de ilustrar cualquier cambio a su médico de cabecera.
Los avances tecnológicos están haciendo que esto sea aún más fácil de seguir sobre la marcha. Si estás dispuesto a gastar dinero, el Smart Peak Flow es un dispositivo con certificación médica que se conecta a tu smartphone y registra tu flujo máximo a través de una aplicación. Incluso puede predecir con precisión cuándo es probable que se produzca un ataque de asma hasta siete días antes de que ocurra.
¿Algo en el aire?
El hecho es que no sabemos qué causa el asma, y no hay datos suficientes para saber por qué hay más personas diagnosticadas que nunca.
«La proporción de personas con asma está aumentando en todo el mundo, y la contaminación tiene un efecto adverso sobre el asma, pero no hay una conexión directa simple entre ambos», admite Antalffy.
«Hay pruebas que sugieren que la contaminación del aire desempeña un papel en la causa del asma. Sabemos que los pulmones de los niños se atrofian por la exposición a la contaminación, lo que significa que son más propensos a desarrollar la enfermedad», explica Whittamore.
«Sabemos que la contaminación del aire también afecta a las personas con asma y desencadena los síntomas de 3,3 millones de personas con asma en el Reino Unido. La exposición a altos niveles de contaminación puede poner a las personas en riesgo de sufrir un ataque de asma que ponga en peligro su vida».
Como la contaminación del aire es casi inevitable, especialmente para quienes viven en las ciudades, tomar su inhalador preventivo marrón es la mejor manera de minimizarla como desencadenante.
«Si su asma se ve afectada por la contaminación, puede ser útil evitar los puntos conflictivos, como los cruces y las estaciones de autobús, y ceñirse a las calles secundarias, donde los niveles de contaminación son más bajos», sugiere Whittamore.
Recuerde, antes de cambiar o dejar de tomar la medicación para el asma para usted o su hijo, hable siempre con su médico de cabecera; de lo contrario, podría quedarse sin aliento.