La retinopatía hipertensiva se define como un conjunto de alteraciones que aparecen en el fondo del ojo como consecuencia de la hipertensión arterial.
Hasta un 40% de la población padece hipertensión arterial según datos de la Sociedad Española de Hipertensión. Esto indica que una gran parte de los afectados lo desconoce. Un examen en profundidad de la retina puede señalar si un paciente sufre esta afección.
La hipertensión arterial pasa desapercibida durante bastante tiempo, provocando cambios en el árbol vascular del paciente sin que éste sea consciente del daño crónico que sufre. Además, si coexisten otros factores de riesgo como la diabetes mellitus, la obesidad o el consumo de tabaco, se incrementa el riesgo de sufrir alteraciones trombóticas en la retina.
La retina es la única parte de nuestro cuerpo en la que se pueden ver los vasos sanguíneos (tanto venas como arterias) directamente y, en muchos casos, son un reflejo de la vasculatura del resto del cuerpo. Por este motivo, es importante que los pacientes con hipertensión arterial se sometan a revisiones periódicas del fondo de ojo.