Queratodermia palmoplantar adquirida

Las queratodermias palmoplantar (PPK) son una entidad diversa de trastornos que se caracterizan por un engrosamiento anormal de la piel de las palmas y las plantas. Tradicionalmente se han clasificado como hereditarias o adquiridas y se distinguen unas de otras en función del modo de herencia, la presencia de transgrediens (definida como la extensión contigua de la hiperqueratosis más allá de la piel palmar y/o plantar), las comorbilidades con otros síntomas y la extensión de la afectación epidérmica, a saber, difusa, focal y punteada. Dado que los términos hiperqueratosis y queratodermia se han utilizado indistintamente en la literatura, definimos la queratodermia adquirida como una hiperqueratosis no hereditaria y no friccional de las palmas de las manos y/o las plantas de los pies que afecta a >/=50% de la superficie de las zonas acrales afectadas y que puede o no estar asociada a una inflamación clínica e histológica. Dadas las numerosas causas subyacentes posibles de las RPP adquiridas, la evaluación de los pacientes que presentan RPP adquiridas puede ser una tarea desconcertante. Para facilitar dichas evaluaciones, esta revisión clasifica las QPP adquiridas como: queratodermia climatérica, relacionada con fármacos, asociada a la malnutrición, inducida químicamente, relacionada con enfermedades sistémicas, asociada a neoplasias, relacionada con dermatosis, infecciosa e idiopática. Para evitar la posibilidad de pasar por alto una etiología subyacente y eliminar el exceso de pruebas, presentamos un algoritmo para evaluar a los pacientes que presentan PPK adquirida. El primer paso debe incluir una anamnesis exhaustiva y una exploración física, que incluya un examen cutáneo completo. Si los hallazgos son consistentes con una queratodermia hereditaria, se debe considerar una consulta de genética. Cualquier hallazgo que sugiera condiciones subyacentes debe ser evaluado y tratado agresivamente. Si no se identifican hallazgos pertinentes tras la anamnesis y la exploración física, deben realizarse estudios de laboratorio y radiológicos de forma sistemática y lógica. En cuanto al tratamiento, los resultados más satisfactorios se producen cuando se diagnostica y trata la etiología subyacente. Si no es evidente dicha etiología, las opciones de tratamiento conservador incluyen queratolíticos tópicos (urea, ácido salicílico, ácido láctico), desbridamiento físico repetido, retinoides tópicos, psoraleno tópico más UVA y corticosteroides tópicos. El etretinato y la acitretina también han mostrado cierto éxito como tratamientos alternativos en casos recalcitrantes.

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