¿Qué es una neuropatía periférica?

Tonya Butler tras haber sido tratada por cáncer de cuello uterino y cáncer de tiroides actualmente no tiene cáncer. Sin embargo, la quimioterapia que ayudó a salvarle la vida le ha dejado con un entumecimiento doloroso y hormigueo en las manos, junto con calambres y dolores musculares. Lo que Butler tiene se conoce neuropatía periférica (información disponible en inglés), un conjunto de síntomas causado por daño a los nervios.

La neuropatía periférica puede ser un efecto secundario a largo plazo causado por la quimioterapia, otro tratamiento del cáncer o por el cáncer mismo. Otras causas pueden incluir diabetes, infecciones, lesiones, consumo de alcohol, niveles bajos de vitamina B, algunos trastornos autoinmunitarios y mala circulación.

Síntomas

Los síntomas de la neuropatía periférica varían dependiendo de los nervios que están involucrados. Periférica hace referencia a todos los nervios en el cuerpo que no sean el cerebro ni la médula espinal. La neuropatía periférica puede causar dolor y hacer que resulte difícil caminar o hacer cosas con las manos. Los síntomas más comunes son:

  • dolor (que puede ser constante o intermitente, como un dolor fulgurante o punzante)
  • ardor
  • hormigueo (sensación de «cosquilleo») o dolor similar a una descarga eléctrica
  • pérdida de sensibilidad (que puede ser entumecimiento o simplemente falta de capacidad para sentir presión, toque, calor o frío)
  • dificultad al usar los dedos para recoger o sostener objetos; dejar caer los objetos
  • problemas de equilibrio
  • tropezarse o tambalearse al caminar
  • ser más sensible al frío o al calor
  • ser más sensible al tacto o a la presión
  • retracción muscular
  • debilidad muscular
  • dificultad para tragar
  • estreñimiento
  • dificultad para orinar
  • cambios en la presión sanguínea
  • disminución o ausencia de reflejos

Pocas veces, puede causar cambios graves en su ritmo cardíaco y presión sanguínea, caídas peligrosas, dificultad respiratoria, parálisis o insuficiencia orgánica.

Tratamiento

Los medicamentos para tratar el dolor de la neuropatía periférica pueden incluir:

  • esteroides por un periodo corto de tiempo hasta que se establezca un plan de tratamiento a largo plazo
  • cremas o parches anestésicos
  • medicamentos antidepresivos, a menudo en dosis más pequeñas que las que se usan para tratar la depresión
  • medicamentos anticonvulsivos, los cuales se usan para aliviar muchos tipos de dolor neuropático
  • opioides o narcóticos, para cuando el dolor es severo

Otros tratamientos que han ayudado a algunas personas con dolor neuropático y sus efectos incluyen:

  • estimulación nerviosa eléctrica
  • terapia ocupacional
  • fisioterapia
  • terapia de relajación
  • visualización guiada
  • distracción
  • acupuntura
  • biorretroalimentación

Cómo vivir con neuropatía periférica

Los síntomas de la neuropatía periférica pueden aliviarse o desaparecer con el tiempo, sin embargo en algunos casos nunca desaparecen. Aquí se brindan algunas maneras para aprender a vivir con esta afección:

  • Use los analgésicos como su médico se lo indica. La mayoría de los analgésicos funcionan mejor si se toman antes que el dolor empeore.
  • Evite todo lo que parezca empeorar el dolor, como ambientes calurosos o fríos, o ropa o calzado ajustado.
  • Tome tiempo adicional para hacer las cosas. Pida a sus amigos que le ayuden con las tareas que le resultan difíciles.
  • No tome alcohol. El alcohol puede causar daño nervioso por sí mismo y podría empeorar la neuropatía.
  • Si tiene diabetes, controle su nivel de azúcar. Los niveles altos de azúcar en la sangre pueden dañar los nervios.
  • Tenga mucho cuidado al usar cuchillos, tijeras y otros objetos afilados.
  • Protéjase las manos usando guantes al limpiar, trabajar al aire libre o hacer reparaciones.
  • Siéntese cuando lo necesita, incluso cuando se cepilla los dientes o mientras cocina.
  • Cuide sus pies. Examínelos una vez al día para ver si tienen alguna lesión o llaga abierta. Use calzado que cubra todo el pie cuando camina, incluso cuando está en casa. Hable con su médico sobre el calzado o plantillas que puedan ayudar a proteger sus pies.
  • Si tiene dificultad al caminar, apóyese en un andador o bastón. Considere instalar pasamanos en pasillos y baños.
  • Use luces nocturnas o linternas cuando se levanta en la oscuridad.
  • Protéjase de lesiones por calor. Fije los calentadores de agua entre los 40 y 50 °C (105 y 120 °F) para reducir el riesgo de quemaduras mientras se lava las manos. Use guantes de horno y posa fuentes al manipular platos calientes, rejillas o fuentes para horno. Controle el agua de la bañera con un termómetro.
  • Mantenga las manos y los pies calientes y bien cubiertos en climas fríos.
  • Si el estreñimiento constituye un problema, siga las recomendaciones de su médico sobre laxantes y ejercicios. Tome mucha agua y coma frutas, verduras y granos enteros para obtener suficiente fibra.
  • Hable con su médico o enfermera sobre los problemas que está teniendo en la vida diaria. Ellos podrían sugerirle maneras para hacer que se sienta mejor o su cuerpo funcione mejor.

Los mejores tipos de ejercicio para adultos mayores

Los años de la etapa madura no son el tiempo para dejar de hacer ejercicio. La actividad física de forma habitual puede contribuir a que las tareas diarias resulten más fáciles y ayudarle a tener una vida independiente en la vejez. Pero según los Institutos Nacionales de la Salud, aproximadamente solo el 30% de las personas de 45 a 64 años indicaron que realizan una actividad física de forma habitual en su tiempo libre. Esta cifra disminuye a 25% para las personas entre 65 y 74 años de edad y a solo 11% para las personas de 85 años en adelante.

La actividad física puede mejorar su equilibrio, aumentar su fuerza, mejorar su estado de ánimo y ayudar a controlar condiciones médicas como diabetes, cardiopatías, osteoporosis y depresión. También puede reducir su riesgo de presentar algunos tipos de cáncer.

Los expertos recomiendan los siguientes cuatro tipos de ejercicio para los adultos mayores:

  1. Los ejercicios de resistencia tales como caminatas enérgicas y el baile mejoran la salud del corazón, los pulmones y el sistema circulatorio. Estos ejercicios pueden hacer que le resulte más fácil hacer cosas como cortar el césped y subir escaleras.
  2. Los ejercicios de fuerza como levantamiento de pesas y el uso de bandas de resistencia pueden aumentar la fuerza muscular que necesita para actividades como cargar las compras y levantar a los nietos.
  3. Los ejercicios de equilibrio pueden ayudar a prevenir caídas que son un riesgo importante de salud para los adultos mayores. Pruebe pararse sobre un pie o tomar una clase de tai chi.
  4. Los ejercicios de estiramiento y flexibilidad como el yoga pueden darle más libertad de movimiento como poder agacharse para atarse las cintas de los zapatos o mirar por encima del hombro cuando retrocede con el auto al salir de un estacionamiento.

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