La transferencia de tecnología, en el contexto de las instituciones de investigación, es el proceso por el cual las nuevas invenciones y otras innovaciones creadas en los laboratorios de esas instituciones se convierten en productos y se comercializan. Esto suele hacerse de dos maneras: mediante la concesión de licencias de propiedad intelectual patentada a empresas, y la creación de empresas de nueva creación, que también suelen conceder licencias de la propiedad intelectual creada por el profesorado.
El qué, el quién, el cómo y el por qué de la transferencia de tecnología
Lo que mucha gente no sabe es cuántos productos y avances tecnológicos que damos por sentados se originaron en los laboratorios universitarios y federales, y finalmente llegaron al mercado en gran parte gracias a los esfuerzos de transferencia de tecnología.
Gatorade y Google son dos ejemplos que se citan a menudo, pero hay miles de otros que han tenido un impacto en prácticamente todos los campos científicos y en todos los ámbitos de la vida: medicamentos y dispositivos médicos que salvan vidas, soluciones de energía alternativa, hardware y software informático, nuevos modos de transporte, tecnologías blockchain, inteligencia artificial, vacunas, robótica, ciberseguridad, soluciones medioambientales, innovaciones agrícolas, aeroespaciales y un sinfín de otros.
Una función clave de los profesionales de la transferencia de tecnología es proteger la propiedad intelectual asociada a estas valiosas innovaciones para que puedan ser licenciadas y comercializadas, y llevadas al mercado en beneficio de la sociedad.
Pero a lo largo de los años, la transferencia de tecnología se ha convertido en mucho más que proteger la propiedad intelectual. Los profesionales de la transferencia de tecnología participan en una amplia gama de actividades para apoyar el proceso de comercialización, entre ellas:
- trabajar con abogados para conseguir patentes y otros derechos de propiedad intelectual,
- evaluar el potencial comercial de las nuevas invenciones,
- comercializar las tecnologías disponibles a posibles licenciatarios y socios,
- formar a los investigadores en los principios y estrategias de comercialización,
- ayudar a la creación y desarrollo de nuevas empresas por parte del profesorado,
- conseguir financiación para la investigación en fase inicial y las nuevas empresas
- negociar asociaciones y acuerdos de licencia,
- organizar concursos de planes de negocio y de creación de empresas,
- ayudar a construir ecosistemas de innovación y estructuras de apoyo que promuevan la innovación y el desarrollo económico,
- y crear programas que animen tanto a los estudiantes como a los profesores a innovar en los laboratorios y en los espacios «maker» y a comprometerse con el espíritu emprendedor para que puedan participar en llevar esas innovaciones al mercado.
Es un trabajo grande, multifacético y complejo. De hecho, puede que sea el trabajo más importante que nadie conoce.
Mejores prácticas de transferencia de tecnología
El éxito de la transferencia de tecnología tiene beneficios para las universidades, las empresas, las economías regionales y nacionales y la sociedad en general.
Para las universidades puede suponer ingresos que pueden reinvertirse en la investigación, así como el reconocimiento de sus científicos y sus innovaciones, lo que a su vez puede ayudar a la contratación de profesores y a la financiación de subvenciones.
Para las empresas, los beneficios incluyen la capacidad de aprovechar los avances de la investigación sin tener que gastar en I+D interna, y la introducción de nuevos productos que pueden impulsar el éxito de sus negocios.
Para las economías regionales y nacionales, la transferencia de tecnología es un factor clave en el crecimiento a través de la innovación, creando nuevas empresas e industrias más fuertes que crean más puestos de trabajo.
Y para la sociedad en general, los beneficios son incalculables en términos de vidas salvadas, mejora de la salud, un medio ambiente más limpio, y un sinnúmero de avances técnicos que aportan no sólo nuevas capacidades, sino que impulsan las economías locales, regionales, nacionales y mundiales a través de la innovación.