Su corazón está conectado para latir hasta 100.000 veces al día. Unas diminutas señales eléctricas crean un pulso constante que controla la frecuencia y el ritmo de cada latido. Pero a veces, el sistema eléctrico del corazón se estropea, provocando que lata de forma anormal. Un tipo común de latido irregular es la fibrilación auricular, o AFib para abreviar.
En la fibrilación auricular, las cavidades superiores del corazón, las aurículas, «fibrilan» o tiemblan de forma irregular. Cuando esto ocurre, la sangre no se bombea a los ventrículos como debería, y se acumula en las aurículas. Pueden formarse coágulos que se desprenden y se desplazan… provocando un peligroso riesgo de infarto e ictus y un mayor riesgo de insuficiencia cardíaca.
Muchas personas con fibrilación auricular no presentan ningún síntoma, mientras que otras pueden tener dolor en el pecho, taquicardia o mareos. Aunque la mayoría de los episodios de fibrilación auricular no suelen poner en peligro la vida del paciente, pueden ser parte de una enfermedad cardíaca subyacente. Su médico puede sugerirle tratamientos como la medicación para prevenir los coágulos de sangre… O la cirugía para implantar un marcapasos.
Así que hable con su médico sobre la fibrilación auricular… Y descubra qué puede hacer para mantener su corazón sano.