La endogamia, un fenómeno en el que se cruzan animales emparentados entre sí, es un problema importante en muchas razas de perros en este momento. En un esfuerzo por mantener líneas de sangre verdaderas en ciertas razas, y dado el problema de tener sólo un número muy limitado de perros que se pueden cruzar entre sí, muchos criadores y otros especialistas en perros han recurrido a la cría de perros que están muy relacionados entre sí. Aunque esto mantiene la pureza de una línea de sangre, da lugar a un gran número de problemas de salud diferentes que pueden surgir.
Problemas con la endogamia de los perros
El principal problema que causa la endogamia es que no proporciona a la descendencia de una pareja apareada una variación genética sustancial. La mezcla de diferentes genes y rasgos es necesaria para producir un animal que tenga una gama completa de atributos de salud y comportamiento. Al limitar el acervo genético que se utiliza para producir crías, se limitan por tanto los diversos atributos de esas crías como resultado.
Problemas físicos
Los perros que son criados de forma endogámica suelen tener una función del sistema inmunológico mucho más baja que otros perros. Esto significa que serán mucho más propensos a sufrir enfermedades y afecciones perjudiciales de todo tipo, desde pequeñas infecciones y resfriados hasta afecciones graves. El perro consanguíneo tiene un sistema inmunológico más débil y menos capaz de combatir estas infecciones que los perros que tienen una mayor diversidad genética.
Muchos perros consanguíneos de especies mayores también están predispuestos a ciertas mutaciones y afecciones perjudiciales. La displasia de cadera, una de las afecciones más graves y potencialmente mortales en los perros jóvenes, es mucho más común en los perros de raza grande pura que en los perros grandes mezclados de diferentes razas. Lo mismo puede decirse de una serie de otras condiciones de salud predeterminadas que no se basan en enfermedades, sino en características y rasgos innatos.
Problemas de comportamiento
Los perros que son de raza a menudo tienen una serie de diferentes problemas de comportamiento. Uno de los más importantes es que los perros consanguíneos suelen ser significativamente menos inteligentes que los que provienen de una estirpe genética más amplia. Esto se manifiesta de varias maneras, pero la más importante para muchos propietarios es el hecho de que los perros menos inteligentes son mucho más difíciles de entrenar que los más inteligentes.
Los perros de raza son a veces mucho más agresivos que sus homólogos de raza mixta. Esto puede dar lugar a problemas de comportamiento como mordeduras, persecución de coches y otros animales, fugas y juegos demasiado bruscos, entre muchos otros.
Para evitar la endogamia en los perros, es posible que desee buscar posibles mascotas que no sean perros de raza pura. Si se decide por un perro de raza pura, asegúrese de conocer la historia familiar y de que el perro procede de una mezcla de genética lo suficientemente amplia antes de comprarlo.