¿Su hijo se atraganta o tiene arcadas durante las comidas? ¿Tiene dificultades para comer alguno de los alimentos de un grupo de textura o de nutrición? El Enfoque SOS de la Alimentación es una terapia de desarrollo de la alimentación que permite al niño interactuar y aprender sobre los alimentos de una forma lúdica y no estresante. Ayuda a aumentar el nivel de comodidad del niño explorando las diferentes propiedades de los alimentos, como el color, la forma, la textura, el olor y el sabor. Se anima al niño a subir una serie de escalones hasta llegar a comer utilizando actividades de «juego con propósito». La educación y la participación de los padres son una parte esencial de este programa de alimentación.
Comer es la tarea sensorial más difícil que pueden hacer los niños. Este artículo utiliza los enfoques de alimentación SOS para dar algunos consejos sobre cómo los padres pueden ayudar con la alimentación en casa.
El protocolo SOS enumera los seis pasos siguientes para comer:
- Tolera
- Interactúa con
- Huele
- Toca
- Sabe
- Come
Continuo del desarrollo alimentario:
(Qué texturas debe comer su hijo y cuándo)
Comestibles duros (8 meses): Alimentos de textura dura sólo para explorar- NO PARA CONSUMIR (jícama, palito de zanahoria, papaya seca, panqueque congelado, chupete)
Sólidos duros derretibles (9 meses): textura bien definida del alimento en el exterior, pero se derrite en la boca sólo con la saliva (sin aplicar presión) (cheetos, galletas de toalla, panqueque descongelado)
Cubos blandos (10 meses): Exterior blando pero mantiene la forma, sólo necesita presión de la lengua/mordedura para romperlo (aguacate, cubos gerber para niños pequeños, plátano)
Mecánica blanda (11 meses): exterior blando que mantiene la forma, necesita presión de la mordedura/mordedura para romperlo (fiambres blandos, pastas, huevos cocidos, panes blancos)
Textura mixta (12-14 meses): más de una textura de las anteriores (macarrones con queso, comidas infantiles para microondas, palitos de pescado)
Mecánicas duras (16-18 meses): alimentos exteriores de textura más dura que necesitan ser triturados/masticados para deshacerse; y/o alimentos que tienden a romperse/desparramarse en la boca (cheerios, galletas saladas, fritos, filetes)
Estrategias básicas de tratamiento:
Puede modelar buenas conductas alimentarias con sus propios patrones de alimentación. También puede hablar de los alimentos por su color/característica/sabor/tamaño (por ejemplo, «¡El puré de manzana está frío!»). No dudes en hacerlo divertido; al fin y al cabo, estás trabajando con niños. Intenta estructurar los horarios de las comidas y los tentempiés. Cree una rutina para las comidas y los tentempiés (por ejemplo, sentarse a la mesa, comer, limpiar). Intente no abrumar a su hijo y preséntele sólo tres alimentos a la vez, asegurándose de que haya un alimento muy preferido en cada comida. Los niños se sienten más animados a realizar una actividad cuando el padre o el cuidador les elogia verbalmente. Como padre, también puedes reforzar la alimentación de los hermanos y hablar de ello con el niño con dificultades de alimentación. Otro método de refuerzo para un niño es jugar con su comida. Aunque al principio pueda parecer un método de refuerzo poco natural, deja que tu hijo explore la comida para que sea más motivadora. Por ejemplo, si su hijo está trabajando en comer puré de manzana, utilice su dedo para dibujar una imagen o una letra en él con el fin de hacerlo más divertido. También puedes aprovechar el nivel de funcionamiento cognitivo de tu hijo para ayudarle a entender la comida y su propio cuerpo (por ejemplo, «¡La uva redonda va a la boca!»). Y en caso de duda, consulta a un experto en alimentación, como un logopeda o un terapeuta ocupacional, para que te ayude con las transiciones o la resistencia que tu hijo pueda tener al intentar o tocar nuevos alimentos.