¿Por qué la gente se ríe cuando le hacen cosquillas?

El tacto es algo extremadamente poderoso. Las caricias tranquilizadoras, los apretones y los abrazos que se intercambian entre amantes y amigos generan poderosas respuestas físicas y emocionales. La euforia, la relajación, la convivencia, la lujuria… todo ello proviene de algo tan sencillo como que una persona coja la mano de otra. Un beso suave puede generar excitación física. Sin embargo, en otras circunstancias, una caricia puede ser amenazante. Una caricia no deseada de un desconocido puede provocar sentimientos de explotación y rabia en la persona que ha sido tocada de forma inapropiada.

Los humanos responden claramente al tacto, tanto física como emocionalmente. Sin embargo, algunas zonas de nuestro cuerpo son más sensibles que otras. Considere la posibilidad de que otra persona le toque ligeramente el dedo en la parte superior del muslo, unos centímetros por encima de la rodilla. No hay mucha reacción, ¿verdad? Pero imagina que ese mismo dedo se dirige lentamente hacia tu caja torácica, justo por encima de donde se encuentra tu axila. Tal vez acabas de acercar los brazos a los costados para proteger esta zona sensible de las cosquillas del hipotético dedo. ¿Tienes una sonrisa en la cara? ¿Te ríes?

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Si es así, no te sorprendas demasiado. Las cosquillas y la risa (o una sonrisa al pensar en las cosquillas, quizás) encajan como una mano en un guante. Cuando nos hacen cosquillas en las circunstancias adecuadas y en determinadas zonas, no podemos evitar reírnos. No, en serio: la risa es una respuesta involuntaria a las cosquillas.

Es fácil dar por sentada la conexión entre la risa y las cosquillas, pero lo cierto es que esta respuesta a las cosquillas es extraña. Esto plantea una pregunta: ¿Cuál es la base de la respuesta de la risa a las cosquillas? Primero, echaremos un vistazo a la fisiología de las cosquillas.

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