Orgasmo y desmayo: ¡¿Es posible desmayarse por un orgasmo?

Querido lector,

Puede «sorprender» saber que algunas personas se desmayan involuntariamente mientras tienen un orgasmo! Aunque es raro, es posible que cuando las personas se excitan sexualmente, su respiración se acorta y se acelera tan rápidamente que se hiperventilan, alterando el equilibrio de dióxido de carbono y oxígeno de su cuerpo. Como resultado, pueden sufrir mareos, vértigos e incluso desmayos. Hasta la fecha, no se ha investigado suficientemente la causa de este fenómeno, pero puede deberse a algunos trastornos médicos subyacentes. También hay personas que se desmayan intencionadamente durante el sexo para aumentar el placer (ya sea en pareja o en solitario), pero es fundamental tener en cuenta que hacerlo conlleva algunos riesgos graves para la salud y podría ser mortal (más sobre esto en un momento). Si alguien experimenta un desmayo involuntario durante las relaciones sexuales, es mejor que hable con su médico para determinar el tratamiento adecuado o las opciones de gestión.

Las condiciones de salud específicas que pueden estar relacionadas con los desmayos involuntarios son:

  • Síncope vasovagal: Cuando el nervio vago de una persona (el nervio que va desde el cerebro hasta el pecho y el abdomen) se sobreestimula, su ritmo cardíaco y su presión arterial pueden descender repentinamente, lo que puede llevarle a perder brevemente el conocimiento. Los desencadenantes más comunes son: levantarse demasiado rápido de una posición sentada o tumbada, y beber alcohol o cafeína. Normalmente, esta afección es inofensiva y requiere un simple control, pero no un tratamiento formal.
  • Síndrome de taquicardia ortostática postural (POTS): El POTS es una afección que se produce cuando llega muy poca sangre al corazón, lo que a veces provoca desmayos. Durante las relaciones sexuales, esto puede ocurrir si una persona cambia de posición demasiado rápido. Otros factores que pueden desencadenar el POTS son un volumen sanguíneo bajo, una mayor activación del sistema nervioso simpático («lucha o huida») y un rápido aumento de la frecuencia cardíaca, especialmente al pasar de estar tumbado a estar de pie. Hay una serie de síntomas asociados, como visión borrosa, desmayos, palpitaciones, dolor de cabeza, falta de concentración, cansancio y otros síntomas parecidos a la fatiga. Aunque no existe una cura, el POTS puede controlarse eficazmente con cambios en el estilo de vida y medicamentos.
  • Ritmo cardíaco anormal: Durante las actividades diarias, las personas que padecen esta grave enfermedad pueden sentirse bien. Sin embargo, cuando se esfuerzan durante la actividad física o sexual, su corazón puede no ser capaz de mantener una presión arterial adecuada. Cuando el esfuerzo finaliza, su ritmo cardíaco disminuye, pero los vasos sanguíneos de los músculos permanecen dilatados, lo que les hace sentir que se desmayan o se desmayan.

La buena noticia es que todas estas afecciones pueden controlarse y tratarse. Debido a la variedad de factores que intervienen en estos trastornos, puede ser necesario explorar diferentes opciones de tratamiento para encontrar lo que mejor funciona. Éstas podrían ir desde cambios en el estilo de vida, como aumentar la ingesta de sal, beber más líquidos, evitar el alcohol y hacer suficiente ejercicio, hasta la toma de medicamentos y un seguimiento más estrecho.

Con todo esto, vale la pena mencionar que algunas personas pueden desmayarse intencionalmente durante el orgasmo, a través de una práctica llamada asfixia auto-erótica (AEA). A través de la AEA, los miembros de la pareja pueden optar por asfixiarse temporalmente a sí mismos o al otro, con el fin de aumentar su placer sexual. Es crucial tener en cuenta que la AEA puede ser peligrosa, ya que en ocasiones ha provocado daños cerebrales o incluso la muerte. ¡Para obtener más información sobre esta práctica, consulta la sección Asfixia autoerótica en los archivos de Go Ask Alice! Archivos de salud sexual y reproductiva.

Si los desmayos durante las relaciones sexuales le preocupan a usted o a alguien que conoce, hablar con un profesional de la salud puede ayudar a determinar las causas y los tratamientos adecuados.

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