Ocho extremos: Lo más frío del universo

Por Stephen Battersby

Colorido pero frío

(Imagen: NASA/ESA/STScI/AURA)

Ver galería: «Superlativos espaciales: Los intérpretes extremos del universo»

El espacio en sí no es ni caliente ni frío. En ausencia de cosas con vibraciones térmicas, la temperatura no tiene sentido. Pero hay muchas cosas frías en el espacio.

En nuestro sistema solar, el punto más frío conocido está bastante cerca. En 2009, el Orbitador de Reconocimiento Lunar de la NASA encontró cráteres permanentemente ensombrecidos cerca del polo sur de la Luna que estaban a sólo 33 kelvin (-240 °C), una temperatura más fría incluso que cualquier otra medida en el oscuro y distante Plutón. A medida que continúe la exploración y mejoren las mediciones, es probable que ese récord pase a alguna luna o planeta enano mucho más alejado del sol, tal vez con sus propios cráteres resguardados y frígidos.

Más allá de nuestro sistema solar seguro que hay algunas rocas aún más frías, y es probable que las más frías de todos estos vagabundos solitarios se encuentren en los vacíos intergalácticos. Calentadas sólo por el débil resplandor de las microondas del Big Bang y un destello de luz estelar lejana, su temperatura no superaría los 3 K.

Dado que el fondo de microondas de 2,7 K baña todo el universo, se podría imaginar que nada podría ser más frío que esto. Pero no es así. Una nube de gas llamada nebulosa Boomerang, a 5.000 años luz de distancia, tiene una temperatura de sólo 1 K. La nebulosa se está expandiendo rápidamente, lo que enfría activamente su gas del mismo modo que la expansión enfría el refrigerante de un frigorífico doméstico o de un aparato de aire acondicionado.

Queda por ver si el Boomerang mantiene su estatus de objeto natural más frío conocido, pero éste es un ámbito en el que los humanos no tienen problemas para superar …

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