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Cada vez son más las personas que cocinan con aceite de oliva. El aceite de oliva es una de las opciones más saludables de aceites. Cuando se compara con otros aceites comunes como el de maíz, canola o cártamo, tiene el nivel más alto de grasa monoinsaturada. Los aceites de oliva virgen y extra virgen no adulterados tienen un contenido relativamente alto de fenoles. Los fenoles son potentes antioxidantes que eliminan los radicales libres que dañan el organismo. El aceite de oliva elaborado mediante un proceso de prensado en frío mantiene el nivel más alto de estos fenoles.

Aunque el aceite de oliva es una buena opción, los aceites deben limitarse a dos o tres porciones, una cucharadita cada una, al día, según la Asociación Americana del Corazón. Todos los aceites tienen unas 120 calorías por cucharada. La Extensión de la Universidad Estatal de Michigan dice que hay que tener cuidado de no añadir aceite adicional a la dieta, sino sustituir los aceites menos saludables que ya se utilizan por otros más saludables.

Es importante saber cómo almacenar el aceite de oliva para obtener la máxima calidad. Cuando el aceite de oliva se expone al oxígeno, la luz y el calor, puede volverse rancio. Un almacenamiento adecuado puede evitarlo. Los expertos del sector recomiendan almacenar el aceite a una temperatura de entre 55 y 60 grados Fahrenheit para obtener los mejores resultados. Si lo almacena a la temperatura ambiente habitual de unos 70 grados Fahrenheit, no hay problema, pero si su cocina está habitualmente más caliente que eso, refrigere el aceite para obtener la mejor calidad.

La refrigeración es lo mejor para el almacenamiento a largo plazo de todos los aceites de oliva, excepto los extra vírgenes de primera calidad. Considere la posibilidad de guardar una pequeña cantidad de aceite de oliva en un recipiente cerrado a temperatura ambiente en su cocina. De este modo, su aceite de oliva estará listo para ser utilizado al instante. Lo ideal es un recipiente de cristal tintado que impida la entrada de aire y luz; evite el plástico, ya que el aceite puede filtrar sustancias nocivas. Guarde el aceite en un lugar oscuro, lejos de la estufa y de otros productores de calor.

Coloque el aceite restante en el frigorífico, pero recuerde que el aceite de oliva refrigerado se solidifica y se enturbia a bajas temperaturas. Esto no altera los beneficios para la salud ni el valor nutricional. Si el aceite de oliva se pone a temperatura ambiente durante un breve periodo de tiempo, recupera su textura líquida y su color. No querrá «fundir» todo el aceite refrigerado cada vez que quiera utilizarlo, así que otra opción es refrigerar el aceite de oliva en un tarro de cristal de boca ancha. Aunque se solidifique, puedes sacar fácilmente la cantidad que necesites con una cuchara. Los tarros transparentes están bien para este propósito, ya que está oscuro en la nevera la mayor parte del tiempo.

A diferencia del vino, el aceite no mejora con la edad. A medida que el aceite de oliva envejece, se descompone gradualmente y el nivel de acidez aumenta y el sabor se debilita. Obtendrá la mejor calidad y sabor de su aceite de oliva si lo utiliza antes de que transcurra un año desde su compra.

Para obtener más información sobre nutrición, seguridad alimentaria u otros temas de interés para las familias, póngase en contacto con su oficina local de MSU Extension.

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