Metástasis cutánea única de un cáncer recidivante. Case Report

Introducción

Las metástasis cutáneas son más frecuentes en los tumores de mama, pulmón, colon, estómago, útero y riñón.1 Las lesiones cutáneas metastásicas pueden ser el primer hallazgo clínico, un signo de recidiva o de enfermedad en fase terminal. Por lo tanto, el diagnóstico erróneo de estas lesiones es crítico para la vida del paciente. Los tumores de órganos internos tienden a metastatizar en la piel en un porcentaje que oscila entre el 0,7% y el 10%, a través de la dispersión sanguínea o linfática. En las mujeres, alrededor del 70% de las metástasis cutáneas se deben a una neoplasia de mama.2

Informe de un caso

Una mujer de 75 años se presentó con una erupción en la zona lateral izquierda del abdomen sin prurito desde hacía un mes (Figura 1). Según su historia clínica, se había sometido a una mastectomía total de la mama izquierda con quimioterapia concurrente 8 años antes. Las lesiones cutáneas se presentaron en el mismo lado que el cáncer de mama (Figura 2). Desde entonces, estaba asintomática sin ningún problema médico. Pensando que las lesiones cutáneas eran mordeduras de parásitos, la paciente había utilizado un tratamiento tópico con esteroides durante 1 mes, sin mejorar.

Figura 1 Imagen frontal de la mastectomía.

Figura 2 Lado izquierdo del cuerpo.

La erupción consistía en múltiples placas eritematosas no pruriginosas localizadas sólo en el abdomen lateral izquierdo. El tamaño de las placas era de entre 2 y 3 centímetros. A la palpación, una de las placas estaba elevada con bordes periféricos más altos sin ulceración central (Figura 3). Debido a su historia clínica, no se planteó ningún diagnóstico diferencial, aunque el granuloma anular era un posible diagnóstico alternativo. El examen histológico de la biopsia de piel, realizada en la lesión abdominal, reveló una epidermis intacta y una infiltración difusa de la dermis por células tumorales. La prueba inmunohistoquímica fue positiva para la citoqueratina 7 y el cerb-2, lo que indicaba un adenocarcinoma de mama. La gammagrafía ósea trifásica y la tomografía computarizada (abdominal y retroperitoneal) no mostraron hallazgos patológicos. Los análisis de sangre también fueron normales. El antígeno carcinoembrionario y el antígeno 15-3 eran ambos normales.

Figura 3 Placas de la piel.

Después del examen histológico, se administró letrozol como agente quimioterapéutico. El letrozol bloquea la acción de la enzima aromatasa, lo que reduce la producción de estrógenos y, por tanto, impide el desarrollo del cáncer de mama inducido por estrógenos. De este modo, se impide el crecimiento del tumor y su diseminación a otras partes del cuerpo. Se administró a una dosis de 2,5 mg una vez al día durante 2 meses. Tras la quimioterapia, la remisión de las metástasis cutáneas fue completa. La paciente se encuentra en seguimiento periódico de pruebas de laboratorio (análisis de sangre, tomografía computarizada) y está libre de síntomas hasta el día de hoy.

Discusión

Es bien sabido que la piel es un órgano metastásico común de la malignidad interna, aunque generalmente no es el primer órgano en ser afectado. Suelen preceder otros órganos como el cerebro, el hígado, los huesos, los pulmones o los riñones. Por lo tanto, cuando la metástasis se produce en la piel, el pronóstico suele ser malo porque suele significar que la metástasis ya se ha producido en otros órganos vitales.3 Los cánceres más comunes que hacen metástasis en la piel son el melanoma (45%), el cáncer de mama (30%), el cáncer de los senos nasales (20%), el cáncer de laringe (16%) y el cáncer oral (12%).4 La incidencia de las metástasis cutáneas procedentes de órganos internos varía entre el 3% y el 10%.5 El cáncer de mama es el segundo cáncer más frecuente en las mujeres. La piel es una expresión común de las metástasis del cáncer de mama y aproximadamente una de cada cuatro mujeres con cáncer de mama puede experimentar metástasis en la piel.6 Las metástasis cutáneas del cáncer de mama pueden tener diversas formas clínicas y grandes variedades. La manifestación más común es la presencia de nódulos principalmente en la pared torácica u otras partes del cuerpo como el cuello y la cabeza. Suelen ser de composición dura y su tamaño varía de 1 a 3 cm. Se manifiestan como lesiones únicas o múltiples localizadas principalmente en la dermis. No suelen ser dolorosas y tienen el color de la piel. También pueden estar ulceradas. Otras formas clínicas del cáncer de mama metastásico en la piel pueden ser la erupción eritematosa, el erisipeloide y la alopecia neoplásica en el cuero cabelludo. El patrón histopatológico más frecuente en las metástasis cutáneas es un nódulo en la dermis profunda, adyacente al tejido subcutáneo. El tumor se presenta como células neoplásicas rodeadas de fibrosis. A menudo hay una reacción inflamatoria escasa o incluso inexistente.7

Por lo general, cuando se produce una metástasis en la piel por un cáncer de mama, es posible que ya se hayan afectado otros órganos.8 Sin embargo, en raras ocasiones, como en este caso, puede ser el primer y único signo de recurrencia del cáncer, incluso después de 8 años. Es muy importante identificar rápidamente la primera metástasis porque el pronóstico en estos casos es muy bueno.9 El papel del dermatólogo ante un paciente con metástasis en la piel de un cáncer interno desconocido es muy importante, ya que puede ser el primer médico que facilite el diagnóstico del tumor primario.

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