Melanoma ocular

por Noelle La Croix, DVM, Dip. ACVO

El tumor intraocular primario más común tanto en gatos como en perros es el melanoma que se presenta típicamente dentro del iris y/o del cuerpo ciliar. En el perro, el melanoma ocular se presenta como una lesión solitaria con un bajo potencial de metástasis. En cambio, el melanoma ocular felino suele ser una lesión difusa dentro del iris con una mayor propensión a la metástasis. En cualquier caso, el reconocimiento temprano (y la extirpación del ojo si es necesario) puede prevenir el dolor glaucomatoso y las metástasis asociadas al melanoma ocular.

Hay tres formas de neoplasia melanocítica apreciadas en los perros. Un melanocitoma benigno suele presentar una masa nodular aislada (Figura 1) formada por células redondas grandes profundamente pigmentadas y células fusiformes de pigmentación similar. La segunda forma es un melanoma limbal benigno que se presenta como una masa de crecimiento lento originada en las células pigmentadas del limbo. Tanto los melanocitomas como los melanomas limbares pueden comprometer la salud del globo, pero no suelen hacer metástasis. La tercera forma es un melanoma ocular maligno. Sus células tienen todas las características histológicas asociadas a la malignidad, pero pocas hacen metástasis en el perro. Los tumores de las tres formas que se extirpan mediante enucleación tienen una baja incidencia de reaparición.

En el perro, un melanocitoma temprano o un melanoma limbal (cuando la masa tiene menos de dos o tres «horas de reloj» de tamaño y sin invasión del ángulo de drenaje) normalmente puede resecarse y/o ablarse con éxito con un láser de diodo. Las masas más grandes suelen estar asociadas a glaucoma intratable, uveítis y ceguera. En estos casos se justifica la enucleación, tras un estudio radiográfico del tórax y una ecografía abdominal para buscar metástasis. En el perro, un melanocitoma «benigno» no tratado puede seguir creciendo, romperse del globo e invadir la órbita circundante.

En los gatos, el melanoma ocular se presenta inicialmente como áreas focales o multifocales de pigmentación uveal. Estas áreas superficiales confinadas a la superficie del iris se conocen como «pecas del iris» o nevos. Los nevos aumentan de tamaño, o de número, y se «transforman» en un melanoma ocular felino. Los melanomas felinos suelen aparecer como lesiones difusas y multifocales de color marrón visón oscuro (Figura 2) o, con poca frecuencia, marrón dorado. Incluso hay casos muy raros de melanomas oculares felinos amelanóticos. La aspiración de estas lesiones en los gatos rara vez es diagnóstica, ya que estos melanomas no suelen exfoliar células. La ablación con láser de diodo es a menudo un tratamiento ineficaz para estos melanomas debido a su naturaleza difusa que permite la recurrencia y la metástasis de las lesiones no ablacionadas.

En los gatos, un área de pigmentación extraña del iris no siempre va unida a un melanoma. Sin embargo, las áreas pigmentadas con predilección por la transformación maligna suelen estar asociadas a una superficie distorsionada del iris o de la pupila, a un cambio rápido de tamaño, a células pigmentadas dentro de la cámara anterior, y/o a una presión intraocular elevada.

La progresión del melanoma de iris difuso felino es también muy variable. Hay casos documentados de progresión lenta a lo largo de 10 años, y otros casos de progresión rápida a glaucoma, metástasis y muerte. El ritmo de progresión puede seguirse con fotografías tomadas durante los reexámenes habituales. Cualquier área que presente características típicas de transformación maligna requerirá la enucleación. En un estudio retrospectivo, los gatos que fueron enucleados antes de desarrollar un glaucoma secundario como consecuencia de un melanoma uveal, tuvieron una mortalidad similar a la de los gatos no afectados. Por lo tanto, enuclear los ojos de los gatos antes de que aparezcan los signos avanzados asociados al melanoma ocular puede salvar vidas felinas. Como con cualquier cáncer ocular, se recomiendan las radiografías de tórax preoperatorias y la ecografía abdominal en busca de metástasis antes de la enucleación.

Para confirmar el melanoma ocular, un ojo enucleado de un perro o un gato debe ser sometido a histopatología por el Laboratorio de Patología Oftalmológica Comparativa de Wisconsin (COPLOW). Este laboratorio es el que tiene más experiencia y ha escrito la mayor parte de la literatura relativa al melanocitoma y al melanoma en el perro y el gato. Si la histopatología indica que ha habido una probable metástasis del globo, el paciente enucleado puede ser remitido a un oncólogo veterinario para la vacunación contra el melanoma.

A menudo es difícil para un propietario enuclear un ojo de su mascota, incluso cuando se ha diagnosticado un cáncer potencialmente letal en su interior. Es importante que los veterinarios transmitan con compasión la necesidad de dicha enucleación. El cliente suele agradecer que la enucleación haya evitado el dolor y/o salvado la vida de su mascota. Si tiene más preguntas sobre los melanomas oculares, no dude en consultar con un oftalmólogo veterinario.

Noelle La Croix, DVM, Dip. ACVO
Veterinary Medical Center of Long Island
75 Sunrise Highway
West Islip, New York 11795
(631) 587-0800; fax (631) 587-2006

https://www.vmcli.com

Figura 1: Melanocitoma del iris preoperatorio en el ojo izquierdo de una perra castrada de 11 años.

Figura 2: Melanoma difuso del iris en el ojo izquierdo de un gato macho castrado de 15 años.

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