Los niños con autismo tienen rasgos faciales distintivos

Comparte este
Artículo
  • Twitter
  • Correo electrónico

Eres libre de compartir este artículo bajo la licencia Attribution 4.0 International license.

University

University of Missouri

U. MISSOURI (EE.UU.) – El descubrimiento de diferencias distintivas en las características faciales de los niños con autismo en comparación con los niños de desarrollo típico puede ayudar a precisar los orígenes del autismo.

«No hay una respuesta clara sobre si el autismo es causado por la genética o por las influencias ambientales», dice Kristina Aldridge, autora principal y profesora asistente de anatomía en la Universidad de Missouri.


Un sistema de cámaras capturó simultáneamente cuatro imágenes para crear un modelo en 3-D de la cabeza de cada niño. (Crédito: Universidad de Missouri)

«Si podemos identificar cuándo se producen estos cambios faciales, podríamos señalar cuándo puede empezar a desarrollarse el autismo en un niño. Conocer ese momento podría llevarnos a identificar una causa genética, una ventana de tiempo en la que el embrión puede ser susceptible a un factor ambiental, o ambas cosas».

Aldridge y sus colegas encontraron las siguientes diferencias distintivas entre las características faciales de los niños con autismo y las de los niños con desarrollo típico:

Los niños con autismo tienen:

  • La parte superior de la cara es más ancha, incluidos los ojos.
  • La región media de la cara, incluidas las mejillas y la nariz, es más corta.
  • La boca y el surco nasolabial son más amplios o más anchos.

Se trata de diferencias sutiles que permitirán a los investigadores seguir estudiando a las personas con trastornos del espectro autista. Los hallazgos se detallan en la revista Molecular Autism.

Aldridge analizó a 64 niños con autismo y a 41 niños de desarrollo típico de entre ocho y 12 años de edad, utilizando un sistema de cámaras que capta una imagen tridimensional de la cabeza de cada niño. A continuación, mapeó 17 puntos de la cara, como el rabillo del ojo y la hendidura del labio superior.

Cuando Aldridge calculó la geometría general de la cara utilizando estos puntos, y comparó a los niños con autismo y a los niños de desarrollo típico, encontró diferencias estadísticamente significativas en la forma de la cara.

Comprender que las personas con autismo tienen características faciales estadísticamente diferentes permite a los investigadores centrarse en las causas subyacentes del autismo, dice Aldridge.

Además, el estudio identificó dos grupos de niños con autismo que muestran otros rasgos faciales distintos que se dan en niños con características específicas del autismo, como problemas de comportamiento, nivel de lenguaje y conductas repetitivas. La identificación de estos subgrupos dentro del grupo de niños con autismo permite estudiar mejor a estos niños y por qué el autismo es tan variable.

La investigación contó con el apoyo de una beca del Programa de Investigación de Trastornos del Espectro Autista, de la Fundación Simons y de los Fondos para Becas de Investigación del Centro Thompson.

Más noticias de la Universidad de Missouri: http://munews.missouri.edu

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.