Leopoldo I, emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, 1658-1705, nació el 9 de junio de 1640, segundo hijo del emperador Fernando III y María Ana de España. Se convirtió en el heredero de su padre tras la muerte de su hermano mayor, el rey Fernando IV de Hungría, en 1654. Fue elegido para suceder a su hermano como rey de Hungría en 1655 y rey de Bohemia en 1656, y fue elegido emperador del Sacro Imperio Romano Germánico un año después de la muerte de su padre, en 1658.
El reinado de Leopoldo abarcó un largo periodo de 47 años. Fue amigo de las ciencias y de la música, compositor y amante de los libros; personalmente aficionado al esplendor y lleno de la alegría de vivir, su moral era irreprochable. La influencia de su educación católica se dejó sentir en el trato severo e injusto que dispensó a los protestantes, que a veces desembocó en revueltas, especialmente en Hungría. Gracias a la suerte de contar con hábiles generales, elevó a Austria a la categoría de gran potencia mundial.
Las luchas «con turcos y tártaros» resultantes de su injerencia en Transilvania causaron mucho sufrimiento a los Hermanos Hutterianos de Alwinc. En Eslovaquia (entonces perteneciente a Hungría), donde se habían convertido en un factor cultural, el emperador les concedió una carta de protección (Protektionsschreiben und Privilegium) el 29 de enero de 1659 (la única concedida por un gobernante Habsburgo), para los distritos de Neutra, Pressburg y Trentschin, ordenando a las autoridades de allí que les dieran plena protección. Pero esto no impidió el acuartelamiento de tropas y el incendio de partes de estos Bruderhofs, así como el de Alwinc, en la primera guerra turca de 1663-1664. Una copia del «privilegio» se conserva en la Cancillería Imperial de Viena; Beck lo reimprime en su Geschichts-Bücher (496).
El gobierno imperial adoptó en esa época una actitud hostil hacia los menonitas de Alemania. En 1672 protestó por el asentamiento de 300 a 400 menonitas en Hamburgo, calificando su admisión como una violación del Instrumentum de la Paz de Westfalia. Sin embargo, el senado de Hamburgo los defendió calurosamente, declarando que los menonitas «son ciudadanos pacíficos y también capaces, que no tienen nada que ver con los anabaptistas de Münster, sino que han tomado el gobierno en su oración eclesiástica».
La severidad de la aplicación de la Contrarreforma por parte de Leopoldo llevó a una revuelta y a la segunda guerra turca. Cuatro años antes los jesuitas, acompañados de soldados, habían entrado en el Bruderhof de Sobotište y habían hecho un intento inútil de convertir a los Hermanos Hutterianos; ahora se hizo otro intento citando a los líderes Foley y Milder a la corte. Pero la firmeza de los Hermanos y la indulgencia del arzobispo Kollonitsch, presidente de la cancillería húngara, pusieron fin a la opresión de los huteritas. Sin embargo, la opresión contra luteranos y calvinistas continuó sin cesar; miembros de su clero fueron enviados a las galeras.
Los Hermanos sufrieron muy duramente en 1683 a manos de las tropas turcas y húngaras que invadieron el país tras la derrota turca. La victoria en Munkacs y Belgrado reforzó el dominio imperial. En 1688 Kollonitsch ordenó bautizar a los niños huteritas de Velke Levary. Algunos obedecieron, abriendo así la primera brecha en la hermandad. Los hermanos de Alwinc pusieron fin a la desmoralización y reorganizaron su Bruderhof en 1694.
En Jülich el emperador también intervino a favor de los anabaptistas en 1694. El elector Johann Wilhelm había atacado (a través de una banda de campesinos y soldados, dirigida por tres comisarios) a los menonitas de Rheydt, especialmente a los que estaban asentados como arrendatarios en las fincas de los nobles. Esta banda saqueó y destruyó gran parte de estas fincas, y secuestró a unas 30 personas, incluyendo mujeres y niños, maltratando a algunos de ellos. Los menonitas de Krefeld los rescataron a un gran costo. Esta vergonzosa persecución provocó la intervención de las potencias extranjeras. El rey Guillermo III de Inglaterra escribió una carta al elector el 11 de agosto de 1694, en la que le pedía que cesara la persecución, les devolviera sus propiedades y les concediera protección en el futuro. El 16 de septiembre, los Estados Generales holandeses elevaron una seria protesta al propio emperador, con las mismas exigencias, señalando el mal precedente que suponía la actitud de Juan Guillermo hacia súbditos pacíficos y tranquilos como los laboriosos y competentes menonitas. Entonces el emperador apeló a éste para que los perdonara, admitiendo que la Paz de Westfalia declaraba sólo «tres religiones permisibles en el imperio», y que «dichos menonitas no estaban incluidos» entre ellas; pero pidió al elector que considerara el peso y la importancia de los intercesores extranjeros. Johann Wilhelm contestó que los menonitas se habían establecido en su territorio sin su conocimiento por parte de funcionarios avaros, pero finalmente cedió, y el 17 de agosto de 1697, restauró las posesiones de los refugiados, incluyendo los libros e impresos confiscados, les dio permiso para vender sus propiedades, y prometió concederles «commercium» gratuito en sus dominios.
No hay constancia de más opresión a los menonitas antes de la muerte de Leopoldo I el 5 de mayo de 1705. Le sucedió su hijo José I.
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Paul Dedic
Richard D. Thiessen
Diciembre de 2007
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Dedic, Paul y Richard D. Thiessen. «Leopoldo I, emperador del Sacro Imperio Romano Germánico (1640-1705)». Enciclopedia anabaptista menonita mundial en línea. Diciembre de 2007. Web. 25 de marzo de 2021. https://gameo.org/index.php?title=Leopold_I,_Santo_Emperador_Romano_(1640-1705)&oldid=161264.
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Dedic, Paul y Richard D. Thiessen. (diciembre de 2007). Leopoldo I, emperador del Sacro Imperio Romano Germánico (1640-1705). Enciclopedia anabaptista menonita mundial en línea. Extraído el 25 de marzo de 2021, de https://gameo.org/index.php?title=Leopold_I,_Holy_Roman_Emperor_(1640-1705)&oldid=161264.
