Sabes que los condones tienen una fecha de caducidad, pero resulta que otra cosa que metes en tu V también puede caducar. «Los tampones tienen una fecha de caducidad que suele ser de cinco años después de su producción», dice la doctora Alyssa Dweck, ginecóloga autora del libro The Complete A to Z for Your V.
Relación: 7 cosas que tu ginecólogo no te dirá… pero que realmente quiere hacerlo
«Piensa en el algodón», dice Dweck. «Es susceptible al moho y a las bacterias». Por eso el almacenamiento adecuado es clave. El calor y la humedad pueden facilitar que los gérmenes se arraiguen y se multipliquen. Sin embargo, la mayoría de nosotros guardamos nuestro alijo en el cuarto de baño, donde la ducha establece el perfecto caldo de cultivo caliente y húmedo. «Si tu cuarto de baño es especialmente húmedo, quizá debas pensar en guardarlas en un armario fresco y oscuro», dice Dweck.
(Recibe lo último en salud, pérdida de peso, fitness y sexo directamente en tu bandeja de entrada. Suscríbete a nuestro boletín de noticias «Daily Dose».)
Si el moho se infiltra en un tampón y te lo introduces sin querer (el moho sería de color negro oscuro, azul o verde, pero puede que no lo veas si el tampón está escondido por el aplicador), no te asustes demasiado. «Es posible que notes picor e irritación, o un aumento del flujo porque la vagina está intentando mantener su pH natural», dice Dweck. Las bacterias que se interponen pueden alterar el equilibrio bacteriano natural de la vagina e incluso causar una infección, pero probablemente no necesites un tratamiento con antibióticos a menos que los síntomas empeoren después de haber retirado el tampón caducado, dice Dweck. Si eso sucede, reserve una visita con su ginecólogo.
Lo que debe -y no debe- hacer para mantener sus partes femeninas en buena forma:
Relacionado: Lo que la consistencia de la sangre de tu periodo significa sobre tu salud
El sentido común manda aquí. Dado que las fechas de caducidad están marcadas en cada caja de tampones, «lee las etiquetas igual que lo harías con la ensalada o el zumo», dice Dweck. Si coges un tampón y te das cuenta de que ha sobrepasado su fecha de caducidad, es seguro que lo uses mientras corres a la tienda a por una nueva caja. En cuanto a ese tampón de emergencia que tienes en el fondo del bolso (porque ¿quién sabe cuánto tiempo lleva ahí?): Preocúpate menos por la edad y más por la integridad del envoltorio y el aplicador. Si un bolígrafo perdido o una pinza para el pelo ha roto la cubierta protectora, el tampón puede estar expuesto al polvo, la tinta, el maquillaje y otras bacterias causantes de infecciones que pueden irritar tus nalgas, dice Dweck.