El español es una lengua rica, bella e inspiradora, pero hay muchas palabras difíciles en español. Muchos de los grandes escritores de la historia fueron españoles. El español tiene un vocabulario muy rico. E incluso los españoles tienen dificultades para vocalizar ciertas palabras con naturalidad. Dejando de lado las palabras técnicas de cada gremio (como las médicas, que son casi impronunciables) hay numerosas palabras bastante complicadas de pronunciar.
Muchas veces la dificultad está en las combinaciones. Cuantas más consonantes consecutivas haya, más difícil nos resultará pronunciar la palabra.
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Palabras difíciles en español: pronunciación complicada
Hay un error muy extendido, y que muchos hispanohablantes cometen: «viniste». Es la segunda persona del singular del pasado del verbo venir. Sin embargo, suele dar problemas y muchos añaden una «s» al final. Así que dicen «vinistes» en lugar de «viniste». Esto sucede para la segunda persona del presente «vienes». Muchas personas hacen una analogía morfológica entre las dos palabras. En esta ocasión, la mente nos juega una mala pasada.
Palabras que son auténticos trabalenguas. En español hay varias palabras que, por su longitud o por el número de consonantes que contienen, suelen ser bastante complicadas de pronunciar. Estos son algunos ejemplos: transgresor, monstruo, transportista, ventrílocuo, institucionalización, antihistamínico, idiosincrasia…
Luego hay algunas palabras que se pueden decir mal por repeticiones de nuestro entorno social. Por ejemplo, «esparatrapo» en lugar de «esparadrapo».
Hay palabras que pronunciamos mal por hábitos adquiridos. Es muy normal que la primera vez que escuchamos esa palabra, hayamos hecho una discriminación auditiva. Es decir, que la mente no procese la palabra exacta sino que haga una aproximación porque los fonemas son muy parecidos. Entonces, se sustituye uno por el otro y se acaba interiorizando como si la palabra fuera correcta. Esto ocurre con palabras como «palangana». Hay gente que, en cambio, dice «palancana». También ocurre con la palabra «aguja». Hay gente que dice «abuja».
Las formas disimiladas son cuando una cultura presenta una solución para resolver un problema de dos grupos consonánticos que es difícil de pronunciar. Es importante saber que no son aceptadas. Es muy normal con la palabra «frustrar». En España, mucha gente dice «fustrar».
Puedes empezar por separarlas en sílabas y luego juntarlas todas.