Los funcionarios de Arabia Saudí celebran «reuniones urgentes» para evitar la llegada de una droga. En Líbano, las autoridades están tomando medidas legales contra el mismo producto. Pero estos funcionarios no están flipando con las drogas duras, porque ya han hecho un buen trabajo asustando a los residentes con duras leyes sobre drogas y manteniendo fuera las sustancias de contrabando. Ahora, están abordando los MP3 de sonido espeluznante, con la esperanza de combatir el creciente uso de «drogas digitales», o ritmos binaurales.
Los ritmos binaurales son archivos de audio que están destinados a inducir un estado de éxtasis. Incluyen dos tonos con frecuencias ligeramente diferentes y se escuchan con auriculares. El audio se utiliza generalmente para ayudar a la meditación, al estado de alerta e incluso como ayuda para dormir. Pero los productores de algunas pistas afirman que inducen el mismo efecto que las drogas químicas.
Los archivos de audio están disponibles en YouTube, o por un pequeño precio en sitios web minoristas como I-Doser. Aunque no hay pruebas de que la gente pueda realmente drogarse con los ritmos binaurales, están alarmando a las autoridades de Oriente Medio. En 2012, un científico de la policía de los Emiratos Árabes Unidos pidió que estos archivos de audio recibieran el mismo trato que la marihuana y el éxtasis.
La acción contra lo que parece ser sólo un irritante ruido blanco se produce en medio de un continuo juego del gato y el ratón entre las autoridades y los jóvenes de estos estados sobre colocones más peligrosos.
Una consecuencia perversa del estricto control de los países de Oriente Medio sobre sustancias como el alcohol y las drogas: el fomento de la innovación de las cuasi legales. El cannabis sintético con nombres como Spice, Space y K2 se hizo muy popular en los Emiratos Árabes Unidos, y muchos adolescentes lo encargaban a través de sitios web como Amazon.com, etiquetado como «incienso de hierbas». Las drogas sintéticas, antes legales, están llenas de sustancias químicas que conllevan una serie de temibles efectos secundarios, como episodios psicóticos, alucinaciones, convulsiones, ansiedad grave y vómitos. El consumo de estas drogas causó dos muertes conocidas en Dubái en 2012 y ese año se declararon ilegales. Pero desde la prohibición, ha aumentado el número de detenciones, sobre todo entre los expatriados británicos.