Las instituciones médicas públicas de China no suelen ser utilizadas por los expatriados occidentales. Los tiempos de espera pueden ser largos, y los locales pueden hacer cola durante días para recibir tratamiento. Sin embargo, aparte de la barrera del idioma y la lentitud del servicio, la calidad de los conocimientos médicos suele ser bastante favorable a los estándares médicos occidentales.
En algunos hospitales públicos, sobre todo en los de las principales ciudades chinas, se han creado clínicas internacionales para salvar la distancia entre la sanidad pública y la privada. También conocidas como pabellones VIP, los gastos médicos que se producen aquí pueden ser más caros, pero siguen siendo considerablemente más baratos que en los hospitales privados. Como estas alas atienden a pacientes más ricos, el tratamiento suele ser de mayor calidad y el personal médico suele hablar inglés.
El seguro médico público en China es mediocre y no especialmente completo. Puede ser bastante caro, incluso para las pólizas básicas que no cubren enfermedades graves y crónicas. Por esta razón, el seguro médico privado es la mejor opción para los expatriados.
Los expatriados también deben asegurarse de comprobar dónde les permite su seguro recibir tratamiento. No todos los hospitales reconocen a todas las aseguradoras, por lo que es aconsejable investigar antes de comprometerse con una póliza de seguro médico.