África alberga una extensa y diversa flora medicinal. Entre ellas se encuentran hierbas de uso común como el Rooibos (Aspalathus linearis), la garra del diablo (Harpagophytum procumbens), el Buchu (Agathosma betulina), el Aloe del Cabo (Aloe ferox) y el Hoodia (Hoodia gordonii).
Estos tratamientos a base de plantas o hierbas han sido una parte fundamental de las prácticas medicinales tradicionales del continente durante miles de años. Hasta el 80% de los habitantes de algunas zonas utilizan regularmente las medicinas tradicionales y consultan a los médicos tradicionales. En algunas zonas, los tratamientos tradicionales son el principal o único tratamiento porque son accesibles, asequibles y culturalmente aceptados.
Numerosas medicinas tradicionales africanas son innegablemente beneficiosas para tratar enfermedades o mantener la buena salud. Algunas han sido incluso la fuente de muchos medicamentos recetados. Pero hay desafíos. Entre ellos, el hecho de que muchos consumidores asumen automáticamente que «lo natural es igual a lo seguro». Otro problema surge cuando la gente utiliza remedios tradicionales o a base de hierbas junto con medicamentos recetados.
Una parte de la investigación que mis colegas y yo realizamos en la Universidad del Noroeste de Sudáfrica se centra en comprender estas combinaciones. ¿Cuáles son perjudiciales? ¿Cuáles podrían ser beneficiosas? Estamos estudiando lo que se conoce como «interacciones», es decir, el efecto que las hierbas medicinales pueden tener sobre la absorción, la descomposición o la actividad normales de los medicamentos recetados.
El conocimiento es la clave. Los científicos deben llevar a cabo una investigación adecuada para comprender dichas interacciones. Los consumidores deben ser instruidos sobre estas interacciones, ya sean buenas o malas, y deben informar a sus proveedores de atención médica sobre todo lo que están tomando.
Entender las interacciones
Las recetas de las medicinas tradicionales africanas suelen ser secretas. Se basan en los conocimientos transmitidos de generación en generación por los curanderos tradicionales. Esto puede dar lugar a dosis imprecisas. Se sabe que los pacientes abusan de algunos remedios al automedicarse. Esto puede tener graves consecuencias para la salud. Entre ellas, molestias estomacales, daños en el hígado e incluso insuficiencia renal. Algunos productos vegetales naturales muy utilizados para la salud que se han asociado a efectos adversos para la salud debido a su mal uso son el Aloe vera, la Equinácea (Echinacea purpurea) y el Té verde (Camellia sinensis).
Todos estos remedios naturales son generalmente considerados «seguros», o incluso saludables por los consumidores ya que su uso no está regulado ni restringido. Nada indica al usuario que «demasiado de algo bueno» podría ser peligroso.
Gracias en parte a los esfuerzos de la Organización Mundial de la Salud, el acceso a la medicina occidental – especialmente para enfermedades como el VIH/SIDA – está aumentando en toda África. Cada vez son más las personas que recurren a la medicina tradicional en combinación con los medicamentos recetados. A menudo, los profesionales sanitarios no lo saben y no pueden advertir de las posibles interacciones.
Algunas medicinas tradicionales africanas pueden interferir en el metabolismo normal de los medicamentos. Por ejemplo, la hierba de San Juan es un remedio natural utilizado frecuentemente para la depresión. Pero se ha demostrado que aumenta la eliminación de medicamentos, como algunos anticonceptivos orales, del organismo. Esto puede dar lugar a niveles ineficaces del medicamento prescrito, poniendo a las mujeres en riesgo de embarazo cuando creen que están protegidas.
Por otra parte, la interacción también podría dar lugar a una reducción del aclaramiento de un medicamento. Esto puede conducir a niveles más altos del medicamento prescrito en el organismo, lo que produce efectos secundarios negativos e incluso podría conducir a la toxicidad.
Estas interacciones se producen a nivel metabólico. Así pues, incluso los productos a base de plantas que son seguros cuando se utilizan por sí solos pueden suponer un riesgo cuando se toman en combinación con la medicina occidental, es decir, con agentes farmacéuticos sintéticos.
Algunos de los ejemplos más conocidos de interacciones entre medicamentos son los efectos de los cítricos, en particular el zumo de pomelo, y el alcohol de muchos medicamentos recetados. Estas combinaciones deben evitarse.
Otro ejemplo de especial importancia en África es el arbusto del cáncer (Sutherlandia frutescens). Se utiliza ampliamente en el tratamiento de enfermedades como el VIH/SIDA y la tuberculosis, especialmente en países como Zambia, Suazilandia, Zimbabue y Sudáfrica, ya que se cree que en general mejora la calidad de vida de estos pacientes. Pero se ha demostrado que reduce los niveles plasmáticos del fármaco antirretroviral, atazanavir, a niveles subterráneos cuando se toman juntos, reduciendo su eficacia contra el VIH.
Este remedio tradicional también puede interferir con la terapia de isoniazida, que se utiliza como medida preventiva en el tratamiento de la tuberculosis.
A pesar de estas interacciones conocidas, los responsables políticos siguen promoviendo el uso de estos remedios herbales en el tratamiento del VIH/SIDA y las enfermedades asociadas. Está claro que es necesario un mayor compromiso público para que los pacientes comprendan los riesgos de la interacción.
Y las buenas noticias
Pero no todo son malas noticias. Las interacciones entre las medicinas tradicionales africanas y los medicamentos recetados pueden aprovecharse potencialmente para bien.
Uno de los mayores problemas en el desarrollo de nuevos medicamentos es la escasa absorción de estos compuestos en el organismo, o su rápida eliminación. En algunos estudios, se ha demostrado que las medicinas tradicionales tienen la capacidad de aumentar la captación o disminuir el metabolismo de los medicamentos recetados. La aplicación de estos efectos podría permitir el desarrollo de nuevas combinaciones de hierbas y fármacos con una mayor eficacia y una reducción de los efectos secundarios.
Pero los estudios que caracterizan y evalúan las propiedades curativas o la toxicidad potencial y las interacciones de los medicamentos tradicionales africanos son muy limitados. Esto se complica aún más por el hecho de que se utilizan tantas plantas medicinales (más de 5000). Por ello, los profesionales de la salud tienen una información limitada y a menudo no pueden hacer recomendaciones adecuadas a los pacientes que utilizan estos remedios tradicionales.
Independientemente de que las interacciones farmacológicas sean positivas o negativas, los países africanos deben mejorar su regulación en torno a las medicinas tradicionales. Sólo unos pocos, entre ellos Nigeria, Camerún y Sudáfrica, han incorporado los medicamentos tradicionales africanos a sus sistemas de notificación de reacciones adversas a los medicamentos.