Desde hace miles de años, los seres humanos utilizan diversas formas de desodorante para ayudar a cubrir el olor corporal. Pero, ¿cómo hemos pasado de utilizar especias y hierbas a los desodorantes modernos? Aquí está la historia completa del desodorante.
¿Dónde comenzó la historia del desodorante?
Los primeros seres humanos, comprensiblemente, no se preocupaban por cómo olían. Tenían cosas más importantes de las que preocuparse, como la supervivencia. Curiosamente, los antropólogos creen que el olor corporal puede haberles ayudado a hacer precisamente eso, ya que servía para repeler a posibles depredadores y evitar que se dieran un festín con los humanos. A medida que los seres humanos se convirtieron en criaturas sociales más complejas, empezamos a preocuparnos por nuestro mal olor y recurrimos a algunas tácticas bastante sorprendentes para desterrar el olor corporal.
Los antiguos egipcios fueron los primeros en intentar enmascarar el olor corporal. Las mujeres solían colocarse una cucharada de cera perfumada sobre la cabeza y dejaban que se derritiera a lo largo del día, extendiendo el aroma a medida que se licuaba. Los egipcios también probaron las gachas de avena como desodorante… no estamos seguros de su eficacia, pero parece un camino seguro hacia las manchas de hoyo.
Qué lejos hemos llegado.
El primer desodorante comercial, Mum, fue patentado por un inventor estadounidense en Filadelfia en 1888. Este desodorante era una pasta y se aplicaba en las axilas, pero no hacía mucho para absorber la humedad. El desodorante siguió desarrollándose y progresando, hasta que en 1903 Everdry inventó el primer desodorante antitranspirante. Este antitranspirante contenía cloruro de aluminio en forma líquida que se aplicaba en una bola de algodón y se pasaba por la piel. Pero la acidez del cloruro de aluminio provocaba ardor e irritación en las axilas.
Mum fue finalmente adquirida por Bristol-Myers en 1931. Una inventora de la empresa, Helen Barnett Diserens, desarrolló un aplicador de desodorante para las axilas, basado en el nuevo bolígrafo de la época: el primer aplicador de desodorante en rollo. Bristol-Myers comenzó a comercializar este producto en rollo en 1952 con el nombre de Ban Roll-On.
El primer desodorante en aerosol llegó al mercado a principios de la década de 1960 en forma de Right Guard de Gillette, convirtiéndose rápidamente en una alternativa popular a las cremas y barras. Pero a finales de la década de 1970, la FDA prohibió el principal ingrediente de los aerosoles, el aluminio zirconio, debido a los riesgos para la salud a largo plazo de la inhalación de los productos químicos. Esto, combinado con la preocupación por el medio ambiente por el daño a la capa de ozono, condujo a una rápida disminución de la popularidad de los desodorantes en aerosol.
Pasarse a lo natural.
Con tantas preocupaciones en torno a la seguridad de los ingredientes de los desodorantes y antitranspirantes tradicionales, la demanda de soluciones totalmente naturales ha aumentado significativamente en los últimos años. La gente se está dando cuenta de que lo que se pone en el cuerpo es tan importante para su salud como lo que se pone en él. Así que, ya sea en frasco, en barra o en spray, el desodorante natural es sin duda el camino del futuro.