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¿Qué es la dentición?
La dentición es cuando los dientes empiezan a salir de las encías del bebé. Puede ser frustrante, tanto para el bebé como para sus padres. Pero saber qué esperar durante la dentición y cómo convertir este proceso en algo un poco menos doloroso puede ser de gran ayuda.
¿Cuándo empieza la dentición?
Aunque la dentición puede empezar tan pronto como a los 3 meses de edad, lo más probable es que usted vea que el primer diente de su hijo empieza a despuntar en el borde de sus encías cuando tiene entre 4 y 7 meses.
Los primeros dientes en aparecer suelen ser los incisivos inferiores, también conocidos como incisivos centrales. Al cabo de entre 4 y 8 semanas, les suelen seguir los cuatro dientes incisivos superiores (centrales y laterales). Aproximadamente un mes más tarde, aparecerán los incisivos inferiores laterales (los dos dientes ubicados a ambos lados de los incisivos inferiores centrales).
Los siguientes dientes que salen son los molares de leche (o muelas, ubicadas en la parte posterior de la boca y que utilizamos para triturar los alimentos) y, por último, salen los caninos superiores (los dientes puntiagudos de la mandíbula superior). La mayoría de los niños tienen sus 20 dientes de leche aproximadamente cuando cumplen tres años. (Si a su hijo le salen mucho más despacio, hable con su médico).
En contadas ocasiones, algunos bebés nacen con uno o dos dientes o les sale el primer diente durante las primeras semanas de vida. Salvo en aquellos casos en que estos dientes interfieran en la alimentación o estén demasiado sueltos y supongan un riesgo de atragantamiento y de asfixia por aspiración, no suele ser motivo de preocupación.
¿Cuáles son los signos de la dentición?
Cuando a los bebés les empiezan a salir los dientes de leche, es posible que babeen más y que quieran morder más objetos. Hay bebés, a quienes la dentición no les resulta dolorosa. Otros experimentan breves períodos de irritabilidad, y hay otros que muestran una inquietud de varias semanas de duración, con episodios de llanto y alteraciones de los patrones de sueño y alimentación. La dentición puede ser un proceso molesto, pero, si su bebé está muy irritable, hable con su médico.
A pesar de que unas encías sensibles, doloridas e inflamadas durante la dentición puedan hacer que la temperatura del bebé aumente ligeramente, la salida de los dientes no debería causar fiebre alta ni diarrea. Si su bebe tiene fiebre durante el período de dentición, lo más probable es que haya algo distinto que le está provocando la fiebre, y debería ponerse en contacto con su médico.
¿Cómo puedo hacer más llevadera la de dentición?
He aquí algunos consejos a tener en cuenta cuando a su bebé le estén saliendo los dientes:
- Limpie a menudo la cara de su bebé con un pañito suave para quitarle el exceso de babas, a fin de evitar que se le irrite la piel y desarrolle erupciones.
- Frote las encías del bebé con un dedo limpio.
- Dé al bebé algo que pueda morder. Asegúrese de que sea lo bastante grande como para que no se lo pueda tragar ni atragantarse con él y de que no se pueda romper en fragmentos pequeños (riesgo de asfixia por aspiración). Una toallita húmeda que haya sido colocada en el congelador durante 30 minutos puede ser muy útil. Asegúrese de sacarla del congelador antes de que se ponga dura como una piedra (¡no le interesa amoratar o magullar unas encías hinchadas y doloridas!) y de lavarla después de que la utilice el bebé.
Los aros de goma para la dentición también son buenos, pero evite los que contengan líquido en su interior, porque se podrían romper y perder líquido. Si utiliza este tipo de aros, enfríelos siempre en la nevera, nunca en el congelador. No hierva ni esterilice los aros para la dentición; los cambios extremos en la temperatura podrían dañar el plástico y provocar pérdidas de sustancias químicas. - Las galletas para la dentición y los alimentos helados o fríos solo son adecuados para niños que ya comen alimentos sólidos. No los use si su hijo no ha pasado todavía a este tipo de alimentación. Y asegúrese de observar atentamente a su bebé para comprobar que no se hayan roto en fragmentos de tamaño reducido que podrían suponer un riesgo de atragantamiento y de asfixia por aspiración.
- Si su bebé parece irritable, pregunte a su médico si es adecuado darle una dosis de paracetamol o de ibuprofeno (siempre que supere los 6 meses de edad) para aliviarle las molestias.
- No ponga nunca una aspirina sobre los dientes del bebé, ni le frote las encías con alcohol.
- Nunca ate ni cuelgue del cuello del bebé, ni de otra parte de su cuerpo, un aro para la dentición, ya que podría engancharse en algún objeto y estrangular al bebé.
- No use collares de dentición fabricados con ámbar. Facilitan la estrangulación, así como el atragantamiento y la asfixia por aspiración, al desprenderse las cuentas de ámbar.
- Evite los geles de dentición y las pastillas para la dentición porque pueden ser inseguros para los bebés.
¿Cómo debería cuidar de los dientes del bebé?
El cuidado y la limpieza de los dientes de su bebé son muy importantes para su salud dental a largo plazo. A pesar de que los dientes de leche se acabarán cayendo, las caries dentales pueden acelerar este proceso y dejar huecos en la dentadura antes de que los dientes permanentes estén preparados para salir. Es posible que los dientes de leche que aún no se hayan caído se junten para intentar rellenar esos huecos, y consecuentemente, que los dientes permanentes salgan torcidos o en lugares donde no les corresponde.
El cuidado diario de la dentadura del bebé debe empezar antes de la salida del primer diente de leche. Limpie las encías de su bebé cada día con una gasa o pañito limpio y húmedo, o bien cepílleselas suavemente con un cepillo de cerdas suaves para lactantes, solo con agua (¡sin dentífrico!).
En cuanto aparezcan los primeros dientes, cepílleselos con agua y pasta de dientes que contenga flúor, utilizando una cantidad muy reducida de dentífrico.
Es adecuado utilizar un poco más de dentífrico cuando el niño ya sea lo bastante mayor como para escupirlo al lavarse los dientes, lo que suele ocurrir alrededor de los 3 años. Escoja un dentífrico con flúor y utilice solamente una cantidad del tamaño aproximado de un guisante o menos. No deje que su hijo se trague la pasta de dientes ni que se la coma directamente del tubo porque una sobredosis de flúor puede ser peligrosa para un niño pequeño.
Cuando ya le hayan salido todos los dientes de leche a su bebé, intente cepillárseos por lo menos dos veces al día, sobre todo después de las comidas. También es importante que su hijo se acostumbre a utilizar el hilo dental pronto. Un buen momento para empezar a utilizar el hilo dental es cuando dos dientes se empiezan a tocar entre sí. Consulte a su dentista para que le aconseje sobre cómo utilizar el hilo dental con unos dientes tan pequeños. Puede conseguir que su hijo se interese en la rutina de cepillarse los dientes y usar hilo dental dejando que le observe y le imite mientras usted se limpia los dientes.
Otro consejo importante para prevenir las caries dentales: no deje que su bebé se quede dormido con el biberón. La leche (o el jugo de frutas) podría provocarle caries y placa dental.
La Asociación Dental Norteamericana (ADA, por sus siglas en inglés) recomienda que los niños vayan al dentista cuando tengan en torno a un año de edad, o cuando haga unos 6 meses que les salió el primer diente de leche, para que les pueda detectar cualquier posible problema y aconsejar a sus padres sobre el cuidado preventivo de la dentadura del pequeño.