La Anatomía del Ojo
Temas tratados:
Córnea | Iris | Pupila | Conjuntiva | Cuerpo ciliar | Cámara anterior
Humor acuoso | Malla trabecular | Cristalino
Córnea
Es la superficie frontal transparente del ojo y es la primera superficie con la que choca la luz en su camino hacia la retina. La córnea tiene varias funciones, pero la más importante es que refracta o desvía la luz que entra en el ojo hacia el cristalino, que a su vez enfoca la retina. La córnea es también el lugar donde se apoyan las lentes de contacto y donde se realiza el LASIK.
La córnea tiene 5 capas únicas, cada una de ellas con una función específica. También es muy singular porque es avascular (sin vasos sanguíneos) para permitir que la luz pase fácilmente para una visión clara, pero en cambio recibe su oxígeno del aire exterior.
Iris
Este delgado disco circular es el que da el color a los ojos y tiene un agujero en el centro llamado pupila. Esta estructura consta en realidad de dos músculos: uno que contrae o hace más pequeña la pupila (músculo esfínter) y otro que la agranda (músculo dilatador). Estos músculos trabajan el uno contra el otro para controlar constantemente la luz que entra en el ojo para maximizar la visión y controlar el enfoque, de forma similar al control de apertura de una cámara. El color del iris se explica de forma muy sencilla por la cantidad de células pigmentarias presentes en los músculos. Cuanto más pigmento, más oscuro es el ojo; cuanto menos pigmento, más claro es el ojo. Esto explica por qué los individuos con ojos azules muy claros son más sensibles a la luz, ya que la falta de pigmento más denso permite que entre más luz en el ojo a través del iris.
Pupila
No es tanto una estructura real, la pupila es simplemente un agujero en el centro del iris que permite que la luz entre en el ojo. El tamaño de este orificio está controlado por los músculos del iris y se agranda bajo una iluminación tenue (como cuando se conduce de noche) y se reduce o se contrae bajo una iluminación intensa (como la luz del sol). El mal funcionamiento de la pupila y el iris suelen ser signos de problemas neurológicos. Además, es a través de este orificio que los médicos evalúan la salud del interior del ojo, poniendo a menudo gotas farmacológicas o «dilatadoras» para forzar la apertura de la pupila y permitir una visión más clara de las estructuras internas.
Conjuntiva
Mucha gente conoce el «blanco» del ojo como la esclerótica, sin embargo, por encima de la esclerótica hay un tejido fino y transparente que cubre la parte delantera del ojo y continúa en la parte inferior de los párpados. Este tejido resbaladizo y móvil permite que los párpados parpadeen y se deslicen fácilmente contra el ojo con poca fricción. Este tejido también está muy vascularizado y es sensible a la inflamación o a posibles agentes infecciosos como bacterias o virus. Cuando el ojo se pone «rojo», son los vasos conjuntivales los que se agrandan con el objetivo de llevar más células sanguíneas a la zona para combatir una posible infección. Cuando esto ocurre, la inflamación o infección de la conjuntiva se denomina conjuntivitis o, más comúnmente, «ojo rojo».
Cuerpo ciliar
El cuerpo ciliar es un músculo que se sitúa detrás del iris y es responsable de dos funciones importantes. En primer lugar, este músculo está unido al cristalino del ojo por muchas fibras finas llamadas zónulas. Cuando el cuerpo ciliar se contrae, se elimina la tensión de las zónulas que sujetan el cristalino y éste puede cambiar su forma. El término técnico para este autoenfoque se denomina acomodación y se utiliza para mirar de cerca en tareas como leer un libro o trabajar con el ordenador. Además de la acomodación, la parte posterior del cuerpo ciliar tiene células que segregan el líquido (líquido acuoso) que llena la cámara anterior del ojo donde se drena a través de la malla trabecular. Si el cuerpo ciliar produce demasiado líquido acuoso o si el líquido no sale con suficiente rapidez, la presión del ojo puede aumentar. La presión ocular elevada es un factor de riesgo importante para el desarrollo del glaucoma y muchos medicamentos en gotas para el glaucoma se dirigen al cuerpo ciliar y disminuyen la secreción del líquido acuoso.
Cámara anterior
Es un término utilizado para describir la zona del 1/3 anterior del ojo, desde la superficie posterior de la córnea hasta el cristalino.
Humor acuoso
Este líquido llena la cámara anterior bañando y proporcionando nutrientes a las estructuras oculares. Este líquido se produce a partir de las células de la parte posterior del cuerpo ciliar y luego circula por el 1/3 anterior del ojo hasta que sale de la cámara anterior a través de la malla trabecular. Si este líquido se produce más rápido de lo que drena, la presión del ojo puede aumentar y elevar el riesgo de un individuo de desarrollar glaucoma. No es de extrañar que todos los medicamentos y la cirugía para el glaucoma impidan que el ojo produzca tanto líquido acuoso o ayuden a un drenaje más rápido del mismo. Cualquiera de los dos mecanismos de acción da lugar a una disminución de la presión ocular y detiene la progresión del glaucoma.
Malla trabecular
Esta malla de tejido de conexión se encuentra donde el iris se une a la córnea y funciona drenando el líquido acuoso desde la parte delantera del ojo y a través del canal de Schlemm, de vuelta al torrente sanguíneo. Con mucha frecuencia, la malla trabecular no funciona correctamente en los pacientes con glaucoma, lo que provoca una acumulación de líquido y un aumento de la presión en el ojo. Existen varios medicamentos y tratamientos quirúrgicos muy eficaces para aumentar el flujo de salida del líquido a través de esta estructura.
Lente cristalino
Se trata de una lente biconvexa que se sitúa detrás del iris humano. El cristalino humano toma la luz enfocada de la córnea y enfoca esa luz en la retina. Este cristalino es diferente al de la córnea porque tiene la capacidad de cambiar su forma para permitir la acomodación o el autoenfoque para permitirnos ver de cerca Y de lejos. Por desgracia, el cristalino comienza a endurecerse a medida que envejecemos y pierde su flexibilidad; esto da lugar a la presbicia, más conocida como la «maldición de los 40». Con el tiempo, el cristalino también empieza a enturbiarse. Esta nubosidad u opacidad se conoce como catarata y, una vez que la catarata llega a un determinado punto, es necesario eliminarla mediante una cirugía de cataratas.
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