Desde hace mucho tiempo, los productos naturales se utilizan en la medicina tradicional de diferentes culturas. Muchos de los principios activos utilizados en la farmacopea actual provienen de la investigación en este campo. Su uso está muy extendido, aunque su empleo es fuente de controversia. Una parte importante de estos productos están normalmente contraindicados para los pacientes en diálisis debido a sus posibles efectos deletéreos.
Presentamos el caso de una mujer de 63 años de edad de Nueva Delhi, India, con enfermedad renal crónica de causa desconocida que ha estado sometida a un programa de hemodiálisis crónica desde marzo de 2015 a través de un catéter venoso central (CVC). Fue sometida a una fístula arteriovenosa izquierda radiocefálica (FAVI RC) en septiembre de 2015. Tras un periodo de maduración, se iniciaron las punciones de la FAVl, desarrollándose hematomas en los puntos de punción, y un alargamiento del tiempo de hemostasia de más de 2h, con sangrado en el domicilio y necesidad de derivación a urgencias en múltiples ocasiones, se ajustaron los parámetros de diálisis para utilizar una técnica sin heparina, se suspendió el tratamiento antiplaquetario y se minimizó el sellado con heparina del CVC. Sin embargo, persistió el aumento de los tiempos de hemostasia y también se produjeron episodios de hemorragia espontánea debido a la FAVl en su domicilio. Se realizó un fistolugrama con resultados normales. En las pruebas de laboratorio se observó un tiempo de protrombina (TP) alterado de 63s y un tiempo de tromboplastina parcial activado (TTPa) >140s. No se reveló ninguna enfermedad hepática subyacente y la paciente no tomaba anticoagulantes orales. A la luz de este hallazgo, se volvió a interrogar a la paciente. Informó de que tomaba infusiones de cúrcuma a diario en cantidades de 3-5g. Decidimos suspender estas infusiones tras revisar la bibliografía que menciona un posible efecto anticoagulante, además de potenciar los efectos del tratamiento antiplaquetario. Tras 2 semanas de no utilizar el FAVl y de abstenerse de las infusiones de cúrcuma, se mostraron tiempos de coagulación normales y se volvieron a iniciar las punciones del FAVl sin que se presentaran nuevas incidencias hemorrágicas hasta el momento.
La cúrcuma (Curcuma longa) es originaria del suroeste de la India. Es una planta herbácea perenne de la familia Zingiberaceae. Los componentes químicos más importantes de la cúrcuma son un grupo de compuestos llamados curcuminoides (curcumina o diferuloilmetano, demetoxicurcumina y bisdemetoxicurcumina).1 También contiene aceites volátiles como la turmerona, la atlantona y el zingibereno, así como azúcares, proteínas y resinas. La curcumina es la responsable de su coloración amarilla. La cúrcuma se utiliza habitualmente como especia, especialmente en la cocina india, y como colorante alimentario. Actualmente, la cúrcuma también se utiliza como tinte textil, y se emplea para teñir lana, algodón, seda, cuero, ceras, tintes, etc.2 Se ha investigado una amplia gama de actividades biológicas y farmacológicas de la cúrcuma. Entre ellas se encuentran los efectos antioxidantes, antiinflamatorios, antivirales, antifúngicos, hepatoprotectores, anticancerígenos, antimicrobianos, cardiovasculares, gastrointestinales, nefroprotectores, anticoagulantes y antidiabéticos.2 La curcumina puede unirse a metales pesados como el cadmio y el plomo, reduciendo su toxicidad. También actúa como inhibidor de la ciclooxigenasa, la 5-lipoxigenasa y la glutatión S-transferasa, lo que la convierte en un antioxidante, como las vitaminas C, E y el betacaroteno.2 La acción antiinflamatoria de la cúrcuma se debe probablemente a la reducción de la producción de histamina y también al hecho de que aumenta y prolonga la acción del cortisol. La cúrcuma actúa estimulando la producción de bilis, mejorando el metabolismo de las grasas.2 Los estudios farmacocinéticos en animales3 han demostrado que el 40-85% de la curcumina oral pasa por el tracto gastrointestinal sin cambios, siendo el resto absorbido por la mucosa intestinal y el hígado. Debido a su baja tasa de absorción, la curcumina suele combinarse con otros compuestos para aumentar su absorción y potenciar el efecto antiinflamatorio. Tiene una rápida eliminación hepática tras la infusión intravenosa, y es un compuesto que se metaboliza rápidamente.2 Los efectos anticoagulantes de la cúrcuma se analizaron en un estudio in vitro/in vivo. Se demostró que la cúrcuma inhibía la acción de la trombina, el factor Xa y aumentaba el aPTT y el PT.4
En el caso que presentamos, la ingesta de cantidades elevadas de cúrcuma, sin ningún otro factor influyente, parece estar relacionada con un aumento del PT y del aPTT, que se revirtió tras suspender la ingesta, normalizándose los parámetros alterados.