Historia Judía Moderna: Auto De Fe

La frase auto de fe se refiere al ritual de penitencia pública de los herejes y apóstatas condenados que tenía lugar cuando la Inquisición española o la portuguesa habían decidido su castigo (es decir, después del juicio). La frase también aparece comúnmente en inglés en su forma portuguesa auto da fé.
Mientras que la tortura, el juicio y el testimonio de la Inquisición se llevaban a cabo en completo secreto, la ceremonia del auto de fe se celebraba generalmente durante varias horas con gran pompa en una iglesia principal o plaza central, en presencia de los principales dignatarios y de grandes multitudes. Este auto de fe se llamaba Auto público general. En el Auto particular sólo estaban presentes los inquisidores. El «auto de fe» incluía: una misa católica; oración; una procesión pública de los culpables; y la lectura de sus sentencias (Peters 1988: 93-94). Otros tipos de autos de fe eran el Auto singular, en el que participaba un individuo, y el Autillo, que se celebraba en el recinto de la Inquisición, en presencia de los Inquisidores y de algunos invitados especiales. La Inquisición imponía diversos castigos, que iban desde la prisión, la confiscación de bienes y la muerte.

Las representaciones artísticas del auto de fe suelen mostrar la tortura y la quema en la hoguera. Sin embargo, la tortura no se administraba una vez concluido el juicio, y las ejecuciones siempre se llevaban a cabo después del auto de fe y por separado (Kamen 1997: 192-213). La quema de herejes no formaba parte estrictamente del auto de fe, ya que la iglesia no deseaba ser asociada formalmente con el derramamiento de sangre. En cambio, los culpables eran relajados (es decir, entregados) a las autoridades seculares que se encargaban de su ejecución en el lugar de la quema (quemadero), a veces fuera de la ciudad.

Los condenados se vestían con un traje especial, el sanbenito. Se formaba una procesión que se desplazaba hasta el lugar del auto de fe. Una característica de los autos era el pronunciamiento de sermones vituperables por parte de algún eminente clérigo; éstos se publicaban con frecuencia y se conservan 70 pronunciados sólo en Portugal entre 1612 y 1749. En Portugal los programas de los autos con los nombres de los que aparecían en ellos (listas) se publicaban en forma uniforme de cuarto; en España, con menos regularidad, y principalmente en octavo.

El primer auto de fe del que se tiene constancia se celebró en París en 1242, bajo el mandato de Luis IX (Stavans 2005:xxxiv). Los autos de fe también tuvieron lugar en México, Brasil y Perú: historiadores contemporáneos de los conquistadores como Bernal Díaz del Castillo los han registrado. También se produjeron en la colonia portuguesa de Goa, en la India, tras el establecimiento de la Inquisición allí en 1562-1563.

El primer auto de fe español tuvo lugar en Sevilla, España, en 1481; seis de los hombres y mujeres que participaron en este primer ritual religioso fueron posteriormente ejecutados. El último auto en España se registró en Valencia en 1826. La Inquisición disfrutó de un poder limitado en Portugal, habiéndose establecido en 1536 y durando oficialmente hasta 1821, aunque su influencia se debilitó mucho con el gobierno del Marqués de Pombal, en la segunda mitad del siglo XVIII.

En total, unos 2.000 autos tuvieron lugar en la Península y sus dependencias entre estas dos fechas. El número total de comparecientes se eleva a cientos de miles, muchos de los cuales, sin embargo, fueron acusados de delitos con penas menos severas, como la bigamia. Los que sufrieron la pena de muerte se han calculado en más de 30.000. Sin embargo, estos incluyen no sólo marranos y criptojudíos, sino también protestantes, criptomusulmanes y otros.

BIBLIOGRAFÍA:

H.C. Lea, History of the Inquisition of Spain, 4 vols. (1906-08); E.N. Adler, Auto de fe y judío (1908); Glaser, en: HUCA, 27 (1956), 327-85; Shunami, Bibl, nos. 1392, 2435-36, 2478; Roth, Marranos, passim.

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