Hipólito, divinidad menor en la religión griega. En Atenas se le asociaba con Afrodita, la diosa del amor; en Troezen, las muchachas justo antes de casarse le dedicaban un mechón de su cabello. Para los griegos su nombre podría sugerir que fue destruido por los caballos.
En la tragedia de Eurípides, Hipólito era hijo de Teseo, rey de Atenas, y de la amazona Hipólita. La reina de Teseo, Fedra, se enamoró de Hipólito. Cuando la pasión de Fedra le fue revelada, reaccionó con tal repugnancia que ella se suicidó, dejando una nota en la que acusaba a Hipólito de haber intentado violarla. Teseo, negándose a creer las protestas de inocencia de Hipólito, lo desterró e hizo caer sobre él una de las tres maldiciones que el dios del mar Poseidón le había lanzado. Poseidón envió un monstruo marino que asustó a los caballos de Hipólito hasta que no pudo controlarlos. Destrozaron el carro y arrastraron a su amo hasta la muerte.
Otras obras tratan la misma historia; el tema es el de la historia bíblica de José y la mujer de Putifar y el de la historia, en la Ilíada, de Belerofonte y Stheneboea (Anteia).