El hematocrito (PCV, Packed Cell Volume) se puede determinar por centrifugación de sangre heparinizada en un tubo capilar (también conocido como un tubo de microhematocrito) a 10 000 rpm durante cinco minutos. Esto separa la sangre en capas. El volumen de concentrado de glóbulos rojos, dividido por el volumen total de la muestra de sangre da el PCV. Debido a que se utiliza un tubo, esto puede ser calculado mediante la medición de las longitudes de las capas.
Con equipos de laboratorio modernos, el hematocrito se calcula por un analizador automático y no se mide directamente. Se determina multiplicando el recuento de glóbulos rojos por el volumen corpuscular medio. El hematocrito es un poco más preciso como el PCV incluye pequeñas cantidades de plasma de la sangre atrapada entre los glóbulos rojos. Se puede calcular fácilmente el hematocrito como el triple de la concentración de hemoglobina.
Se han dado casos en los que la sangre para la prueba se ha sacado de cerca de un vaso sanguíneo usado en este momento para transfundir concentrado de hematíes o u otro tipo de líquidos. En estas situaciones, la concentración de hemoglobina en la muestra de sangre no será el nivel real ya que la muestra está contaminada por los fluidos transfundidos. Es decir, que si se están suministrando glóbulos rojos, la muestra contendrá una gran cantidad de éstos y el hematocrito será artificialmente alto. Por el contrario, si se trata de una perfusión de otro tipo de fluidos, dicha muestra de sangre estará más diluida y el hematocrito derivado será entonces artificialmente bajo.