Ferdinand VII, de nombre Fernando el Deseado, español Fernando el Deseado, (nacido el 14 de octubre de 1784, El Escorial, España-muerto el 29 de septiembre de 1833, Madrid), rey de España en 1808 y de 1814 a 1833. Entre 1808 y 1813, durante las guerras napoleónicas, Fernando fue encarcelado en Francia por Napoleón.
Ferdinand era hijo de Carlos IV y María Luisa de Parma, que depositaron toda su confianza en Manuel de Godoy. Desde 1795 Godoy había ostentado el título de príncipe de la Paz por su capitulación ante Francia en la Paz de Basilea. El tutor de Fernando avivó sus celos y le animó a buscar la protección de Napoleón. Carlos IV se alarmó lo suficiente como para detener a Fernando, pero le perdonó. Cuando Godoy permitió que las tropas francesas entraran en España, Carlos fue derrocado por la Revuelta de Aranjuez (17 de marzo de 1808), y abdicó en favor de Fernando. Sin embargo, las tropas francesas ocuparon Madrid, y Napoleón llamó a Fernando a la frontera y le obligó a devolver la corona a su padre, que se la concedió a Napoleón. Napoleón nombró a su hermano José Bonaparte rey de España y retuvo a Fernando en Francia mientras duró la guerra.
Se dejó que el pueblo español se levantara contra los invasores franceses en nombre del ausente Fernando, conocido como «el Deseado». En 1812 los españoles independientes adoptaron la Constitución de Cádiz, pero en diciembre de 1813 Napoleón liberó a Fernando expresamente para derrocarla. Cuando Fernando regresó a España en 1814 fue instado por los reaccionarios a abolir las Cortes de Cádiz y todas sus obras, lo que hizo casi inmediatamente. Retomó sus obsoletos poderes e intentó recuperar el control de la América española, ahora parcialmente independiente. Pero sus ministros no pudieron reforzar sus ejércitos en América ni persuadir al gobierno británico para que colaborara o consintiera la reconquista. En 1820 una revolución liberal restauró la Constitución de 1812, que Fernando aceptó, pero en 1823 Luis XVIII de Francia envió al duque de Angulema al frente de un gran ejército para liberar a Fernando de sus ministros radicales. El nuevo gobierno de Fernando arrestó a los radicales o los llevó al exilio. En 1826, todas las posesiones españolas en América eran independientes. El gobierno de Fernando dependía ahora de una milicia, los Voluntarios Realistas, y de las fuerzas de ocupación francesas.
Ferdinand no tuvo hijos de sus tres matrimonios, y sus partidarios absolutistas buscaron a su aún más absolutista hermano menor, Don Carlos (Carlos María Isidro de Borbón), para que le sucediera. En 1830 su cuarta esposa, María Cristina, dio a luz a una hija, la futura Isabel II. El nacimiento de Isabel llevó a Fernando a revocar la Ley Sálica de Sucesión, que impedía a las mujeres acceder al trono. Durante la enfermedad de Fernando, Don Carlos intentó persuadir a la reina para que reconociera sus derechos, pero Fernando se recuperó, desterró a Don Carlos y buscó un apoyo liberal moderado para su joven hija. Cuando Fernando murió en septiembre de 1833, Isabel fue reconocida como soberana, pero su viuda se vio obligada a apoyarse en los liberales ya que Don Carlos hizo valer sus reivindicaciones desde Portugal y así comenzó la Primera Guerra Carlista.