Perfil del linaje real
Nacido en 1923 el rey Fahd Bin Abdul Aziz Al Saud fue el cuarto hijo de Ibn Saud y gobernó Arabia Saudí desde 1982 hasta su muerte por una largaenfermedad de larga duración en 2005. El rey Fahd vio cómo su padre fundaba el moderno Reino de Arabia Saudí en la histórica firma del «Tratado de Jedda».
La educación temprana del rey Fahd tuvo lugar en la prestigiosa Escuela de los Príncipes en Riad, una escuela establecida por Ibn Saud específicamente para los miembros de la Casa Real. Mientras leía en la Escuela de los Príncipes, el joven Fahd destacó en sus estudios, con tutores como el renombrado jeque Abdul-Ghani Khayat. Tras su formación en la Escuela de los Príncipes, Fahd se trasladó al Instituto de Conocimiento Religioso de La Meca, donde estudió el Islam wahabí.
Al terminar sus estudios, Fahd participó activamente en la vida política de su país y, en 1945, realizó una visita de Estado a Nueva York para asistir a la sesión inaugural de la Asamblea General de las Naciones Unidas. En este viaje tan formativo, Fahd estuvo a las órdenes de su hermano, el rey Faisal, que en ese momento era el ministro de Asuntos Exteriores en funciones de Arabia Saudí.
Habiendo demostrado ser una mente política astuta, Fahd fue nombrado Ministro de Educación en 1953. Ese mismo año, Fahd protagonizó su primera visita oficial de Estado, asistiendo a la coronación de la reina Isabel II. Poco después, Fahd encabezó la delegación saudí en la Liga de Estados Árabes en 1959, lo que significó su creciente influencia e importancia en la Casa de Saud, preparándose para un papel más importante. Finalmente, en 1962, Fahd recibió un puesto de prodigiosa responsabilidad, el de ministro del Interior, y cinco años más tarde fue nombrado viceprimer ministro segundo, un puesto importante en la Casa de Saud.
El 25 de marzo de 1975 el rey Faisal fue asesinado y Khalid subió al trono. Fahd se convirtió entonces en el primer viceprimer ministro y el siguiente en la línea de sucesión. El nuevo príncipe heredero asumió un papel activo en el segundo plan quinquenal de desarrollo del reino (1975-1980), y con él el esfuerzo del gobierno saudí por lograr un progreso económico ordenado y una cuidadosa planificación financiera de sus ingresos petrolíferos durante un periodo extraordinario de desarrollo en auge. Con el rey, Fahd trabajó activamente para la formación del Consejo de Cooperación del Golfo. Una organización fundada para ayudar a coordinar y unificar las políticas económicas, industriales y de defensa saudíes con las de Bahrein, Kuwait, Omán, Qatar y los Emiratos Árabes Unidos. Sin embargo, también se supo durante esta época que Jalid sufría de problemas cardíacos y delegó gran parte de su trabajo en Fahd.
Cuando el rey Jalid falleció el 13 de junio de 1982, Fahd le sucedió en el trono. Tras asumir el poder, el rey Fahd continuó con el rápido desarrollo de las infraestructuras del reino impulsado por el auge del petróleo de la década de 1970; construyendo nuevas autopistas, aeropuertos, universidades, hospitales y complejos industriales que dieron lugar a relucientes metrópolis que salpicaban el vasto paisaje desértico de la nación. A pesar de ello, el gasto disminuyó rápidamente cuando los precios del petróleo se desplomaron a mediados de los 80. Esto inició un periodo marcado por los déficits presupuestarios.
En materia de política e ideología, el rey Fahd fue uno de los gobernantes árabes más prooccidentales. La vida de Fahd fue testigo de la transformación de Arabia Saudí. Pasó de ser un conjunto de tribus beduinas del desierto a un líder económico mundial moderno y de alta tecnología. Sin embargo, el país, y su familia gobernante, fueron a veces criticados por su injerencia en la delicada política de Oriente Medio y por sus violaciones de los derechos humanos. En un intento de desviar las críticas, Fahd decretó una nueva constitución en 1992, y al año siguiente se constituyó el primer consejo nacional de la nación. Fahd también intentó demostrar su buena voluntad mediante la ayuda humanitaria a determinadas causas. Fahd también siguió manteniendo relaciones amistosas con una sucesión de administraciones presidenciales estadounidenses. Durante la Guerra del Golfo, Estados Unidos obtuvo el permiso del Estado para situar tropas dentro de las fronteras de Arabia Saudí, una medida que contribuyó a poner a Osama bin Laden en contra de la familia real. Sin embargo, las simpatías occidentales del rey Fahd y su fastuoso estilo de vida fueron considerados inapropiados por muchos clérigos musulmanes. Las tensiones sociales y políticas resultantes sirvieron para socavar la base de poder de la familia real.
A principios de la década de 1990, el envejecido Fahd tenía mala salud. Con sobrepeso durante muchos años, el rey padecía diabetes y problemas de espalda y rodilla. Y el deterioro de su salud no le impedía disfrutar de su enorme riqueza personal: contaba entre sus residencias con 12 palacios. Uno de sus yates iba acompañado de un buque de guerra que llevaba misiles antiaéreos como defensa. Desgraciadamente, en 1995 el anciano rey sufrió un derrame cerebral que sumió a la familia real en una crisis, aunque ésta se desarrolló a puerta cerrada. Al mismo tiempo, se anularon algunas de las pequeñas libertades personales que se habían permitido en los años posteriores a la Guerra del Golfo, y el panorama económico del reino quedó muy endeudado.