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La ruptura artificial de las membranas, también conocida como rotura de aguas o amniotomía, es una práctica común en muchas unidades de parto de todo el mundo. En algunos lugares se considera rutinaria, mientras que en otros se utiliza para acelerar un trabajo de parto prolongado.

Sin embargo, investigaciones recientes sugieren que esta práctica ofrece relativamente pocos beneficios para la madre y podría causar daños. ¿Qué es la rotura artificial de las membranas (ARM)?

La rotura artificial de las membranas amnióticas (ARM) durante el parto temprano es uno de los procedimientos más comunes en la práctica de la obstetricia. Las membranas se perforan con un gancho de mango largo en forma de ganchillo durante un examen vaginal, liberando el líquido amniótico.

Se cree que la ruptura de las membranas libera sustancias químicas y hormonas que pueden estimular y acelerar las contracciones y, en consecuencia, acortar la duración del trabajo de parto (Smyth, Alldred y Markham 2007).

La ARM también se realiza para permitir la colocación de electrodos en el cuero cabelludo del feto si se requiere una mayor monitorización. Se trata de un procedimiento sencillo que se lleva a cabo cuando el cuello uterino está parcialmente dilatado y borrado, con el feto en presentación de vértice con la cabeza u otra parte que se presente bien aplicada al cuello uterino para evitar el prolapso del cordón umbilical (Romm 2010).

Por precaución, la monitorización fetal debe acompañar siempre al procedimiento, junto con una evaluación del color del líquido amniótico, que debe ser claro y sin manchas de meconio, ya que puede indicar sufrimiento fetal.

Aunque la ARM tiene el potencial de acelerar el trabajo de parto, también es una intervención que puede causar un aumento significativo del dolor, ya que la cabeza del bebé presiona directamente sobre el cuello uterino durante el resto del trabajo de parto (RCM 2012).

¿La ARM acorta el trabajo de parto espontáneo?

La ARM es un procedimiento de partería común, a menudo considerado como una parte rutinaria del trabajo de parto manejado activamente. Sin embargo, una reciente revisión Cochrane no pudo extraer conclusiones firmes sobre el uso de la amniotomía por sí sola para acortar el trabajo de parto en comparación con las mujeres que no recibieron ninguna intervención.

Algunas pruebas sugieren que el uso combinado de amniotomía y oxitocina intravenosa es más eficaz que la amniotomía por sí sola, aunque también se ha encontrado que la rotura temprana de las membranas se asocia con un aumento de la tasa de cesáreas (Romm 2010).

Sin embargo, contrariamente a estos hallazgos, Smyth, Alldred y Markham (2007) sugieren que la amniotomía realizada en una fase temprana del parto también da lugar a la consecución más temprana de la dilatación cervical completa. Estos resultados, sugieren, son lo suficientemente alentadores como para pedir más ensayos controlados aleatorios que comparen los efectos de las amniotomías tempranas y tardías en la duración del parto.

Hiersch et al. (2014) señalan que la actividad eléctrica del miometrio aumenta significativamente tras la ARM y que el aumento es más eficaz en las mujeres con un índice de masa corporal más bajo y con contracciones uterinas basales iniciales más bajas.

Aunque se sugieren algunos beneficios, cada vez hay más pruebas de que la rotura temprana de las membranas también se asocia con riesgos y desventajas significativas. Según el Royal College of Midwives (2012), sólo debe utilizarse cuando hay un progreso anormal en el trabajo de parto.

El argumento en contra de la ARM

En contraste con estudios anteriores, Storgaard y Uldbjerg (2009) encontraron que la ARM no hizo ninguna diferencia en la duración de la primera etapa del trabajo de parto cuando se evaluó en cinco estudios aleatorios y controlados.

Otros estudios que han evaluado el uso de la ARM en el trabajo de parto espontáneo tampoco encontraron evidencia de acortamiento de la primera etapa, concluyendo que la amniotomía de rutina no debe ser recomendada como parte del manejo y cuidado estándar del trabajo de parto (Smyth, Markham y Dowswell 2013).

De manera similar, el Royal College of Midwives (RCM 2012), comentando una reciente revisión Cochrane, concluyó que no sólo no había evidencia de ninguna diferencia estadística en la duración de la primera etapa del parto, sino que la amniotomía también se asociaba con un posible aumento del riesgo de cesárea.

Además del aumento del dolor materno, Romm (2010) señala los siguientes factores de riesgo importantes asociados a la rotura temprana de las membranas:

  • Infección intrauterina;
  • Prolapso del cordón umbilical; y
  • Disrupción de una placenta previa o vasa previa oculta con posterior hemorragia materna.

El parto se vuelve más doloroso con la ARM

Tal vez uno de los mayores argumentos contra la ARM es que las madres afirman que hace más doloroso el parto. En un amplio estudio realizado por el National Childbirth Trust y recogido por el Royal College of Midwives (2012), se encuestó a 3000 mujeres. Los resultados fueron inequívocos: dos tercios de las mujeres informaron de un aumento del ritmo, la fuerza y el dolor de las contracciones tras la rotura de las membranas.

A estas mujeres no solo les resultaba más difícil soportar las contracciones, sino que también necesitaban más analgesia y sentían que la fisiología del parto se había visto alterada, lo que las hacía sentirse menos satisfechas con su trabajo de parto en general (RCM 2012).

Cambiar la costumbre y la tradición

Superar el tirón de la costumbre y la tradición puede ser un reto cuando se trata de cambiar las prácticas establecidas. En el caso de la ARM, muchos investigadores comentaron el hecho de que las matronas rara vez pedían permiso a la madre antes de realizar este procedimiento o, en muchos casos, ni siquiera discutían lo que iba a ocurrir.

Esta intervención no consentida es un aspecto de la amniotomía que podría y debería cambiarse, y aunque las habilidades de comunicación han mejorado en general en los últimos años, ahora se pide que la amniotomía sólo se realice con el consentimiento informado.

Además, muchos autores señalan que, a la luz de las recientes pruebas de investigación, los efectos potencialmente negativos de la ARM deberían discutirse abiertamente y debería darse a las mujeres tiempo para considerar sus opciones. En otras palabras, no se debe pedir el consentimiento a la mujer inmediatamente antes, o durante un examen vaginal (RCM 2012).

Conclusión

Si bien es cierto que la ARM puede dar lugar a un trabajo de parto ligeramente más corto que si se permite la ruptura espontánea de las membranas, la ARM también da lugar a un mayor dolor, lo que potencialmente conduce a un mayor uso de la epidural y a una mayor tasa de cesáreas.

Cualquier intervención que interfiera en la capacidad de una mujer para afrontar el parto tiene implicaciones significativas para su bienestar físico y mental, pudiendo hacer que se sienta traumatizada y reduciendo sus capacidades naturales de afrontamiento.

Esto ha llevado a muchas matronas a sugerir que, siempre que sea clínicamente seguro, deberían probarse primero otros métodos benignos para estimular un parto lento, como los cambios de posición y el movimiento, para evitar la necesidad de procedimientos más intensivos.

  • Hiersch, L, Rosen, H, Salzer, L, Aviram, A, Ben-Haroush, A & Yogev, Y 2014, ‘¿La ruptura artificial de las membranas en la fase activa del parto mejora la actividad eléctrica del miometrio?’, The Journal of Maternal-Fetal & Neonatal Medicine, vol. 28 nº 5, pp. 515-518, consultado el 16 de mayo de 2020, https://www.tandfonline.com/doi/abs/10.3109/14767058.2014.927431
  • Royal College of Midwives 2012, Evidence Based Guidelines for Midwifery-Led Care in Labour: Ruptura de membranas, RCM, consultado el 17 de mayo de 2020, https://www.rcm.org.uk/media/2275/evidence-based-guidelines-rupturing-membranes.pdf
  • Romm, A 2010, Botanical Medicine For Women’s Health, Churchill Livingston, pp.398-415.
  • Smith, L 2020, Prelabour Rupture Of Membranes: ¿Inducir o esperar? – Evidentemente Cochrane, Evidentemente Cochrane, visto el 17 de mayo de 2020, https://www.evidentlycochrane.net/prelabour-rupture-membranes-induce-wait/
  • Smyth, R, Alldred, S & Markham, C 2007, ‘Amniotomy for shortening spontaneous labour’, Cochrane Database of Systematic Reviews, visto el 17 de mayo de 2020, https://www.researchgate.net/publication/5901525_Amniotomy_for_shortening_spontaneous_labour_Protocol
  • Smyth, R, Markham, C & Dowswell, T 2013, Amniotomy For Shortening Spontaneous Labour, Cochrane, viewed 17 May 2020, https://www.cochrane.org/CD006167/PREG_amniotomy-for-shortening-spontaneous-labour
  • Storgaard, L & Uldbjerg, N 2009, ‘The Use of Amniotomy to Shortenaneous Labour. A Survey of a Cohrane Review’, Ugeskr Laeger, vol. 16 no. 47, pp.3438-40, viewed 17 May 2020, https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/19925730/

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