Espesor de la íntima-media carotídea en sujetos sin factores de riesgo cardiovascular | Revista Española de Cardiología

INTRODUCCIÓN

La medición del espesor de la íntima-media carotídea (GIMC) con ultrasonidos puede detectar el engrosamiento de la pared arterial durante las fases iniciales de la aterosclerosis, antes de que las luces se vean comprometidas.1 Se ha demostrado que el GIMT guarda relación con la incidencia y la prevalencia de la aterosclerosis en todas sus formas clínicas2-4 y que los factores de riesgo cardiovascular son predictores del GIMT.5 Asimismo, se ha visto que el GIMT retrocede tras el tratamiento farmacológico de diferentes factores de riesgo cardiovascular.6 Por lo tanto, el CIMT se considera un marcador subrogado de la enfermedad cardiovascular, un factor de riesgo independiente y una herramienta para la detección temprana de la aterosclerosis.1

El objetivo principal del estudio fue determinar el CIMT medio y máximo en los 3 segmentos de las arterias carótidas mejor estudiados en la aterosclerosis -arteria carótida común (ACC), seno carotídeo (SC) y arteria carótida interna (ACI)- en una población sin factores de riesgo cardiovascular conocidos, para que sirviera de referencia para el CIMT normal y también para identificar a los pacientes con mayor aterosclerosis en nuestra población. El objetivo secundario fue estudiar los factores que determinan el CIMT en individuos sin ningún factor de riesgo cardiovascular tradicional.

MÉTODOS

Entre enero de 2006 y junio de 2008, se reclutaron 218 sujetos entre el personal del Hospital Universitario Miguel Servet de Zaragoza, España, y el personal y los estudiantes de la Universidad de Zaragoza, España, con la Facultad de Medicina particularmente representada, y el programa de formación «Universidad de la Experiencia» dirigido a individuos mayores de 60 años. El objetivo era obtener una muestra que incluyera al menos 10 hombres y 10 mujeres en cada uno de los 6 grupos de edad preestablecidos entre 18 y 80 años. Los criterios de inclusión fueron no tener antecedentes personales de enfermedades cardiovasculares, no haber padecido enfermedades cardiovasculares prematuras en familiares de primer grado, haber consumido menos de 15 paquetes de cigarrillos (número de cigarrillos fumados al día en paquetes, multiplicado por el número de años de tabaquismo), no tener diagnóstico de dislipidemia, hipertensión arterial o diabetes mellitus, y no haber padecido ninguna enfermedad grave que requiriera ingreso hospitalario en el último año. Se obtuvo el consentimiento informado por escrito de cada participante según el protocolo aprobado por el comité de ética de nuestro hospital.

Los datos clínicos y de laboratorio recogidos se presentan en la tabla 1. El procedimiento para la obtención de estos datos ha sido descrito previamente.7

La medición del CIMT se realizó en la pared posterior de ambas arterias carótidas mediante ecografía en modo B con un equipo de ultrasonografía Acuson Sequoia equipado con una sonda lineal de 8 cm operando a 8 MHz. Se tomaron imágenes de 6 territorios: centímetro final de la CCA, el CS y el primer centímetro de la ICA en ambos lados.1 Un único investigador (AMB), acreditado por el laboratorio de imagen vascular del Academic Medical Center de Ámsterdam, Países Bajos, tomó las lecturas utilizando el software dedicado eTRACK1.

Se excluyeron los sujetos con un IMC >30, presión arterial >160/90 mm Hg, colesterol de lipoproteínas de baja densidad (LDL-C) >160 mg/dL, colesterol de lipoproteínas de alta densidad (HDL-C) 200 mg/dL, glucosa en sangre >125 mg/dL, creatinina >2 mg/dL o tirotropina >6 µU/mL.

Las variables continuas con una distribución normal se expresaron como medias (DE) mientras que las que no tenían una distribución normal se expresaron como mediana . La diferencia de valores medios entre hombres y mujeres se comprobó mediante la prueba t de Student o la prueba U de Mann-Whitney. Se utilizó el análisis de la varianza para comprobar las diferencias de medias entre CCA, CS e ICA. Para determinar qué variables eran predictivas del GIMC, se utilizó un modelo de regresión lineal multivariante. Se utilizó un modelo lineal general para ajustar los valores a las variables asociadas independientemente con el CIMT.

RESULTADOS

En total, se seleccionaron 221 sujetos y se incluyeron 138 en el análisis final (64 hombres y 74 mujeres). Se excluyeron 83 sujetos (46 hombres y 37 mujeres) por los siguientes motivos: 41 por LDL-C >160 mg/dL, 25 por consumo de cigarrillos >15 paquetes-año, 10 por IMC >30, 10 por presión arterial >160/90 mmHg, y 2 por otras razones.

Las variables clínicas, de laboratorio y ecográficas se presentan en la tabla 1. Los hombres presentaban un CIMT medio y máximo más elevado en comparación con las mujeres. Las diferencias entre sexos tendieron a disminuir en los pacientes mayores de 50 años (Figura 1).

Figura 1. Comparación del grosor medio máximo de la íntima-media carotídea (CIMT) entre los grupos de edad según el sexo.

En los hombres, el límite superior de la normalidad (percentil 75 de la distribución) del CIMT medio en los 6 territorios osciló entre 0,59 mm en los menores de 25 años y 0,95 mm en los mayores de 65 años (Tabla 2). En los sujetos de 25 a 45 años, este valor fue de 0,66 mm. A partir de los 45 años, se observó un notable aumento del GIMC. En las mujeres, el límite superior de la normalidad para el CIMT medio oscilaba entre 0,52 mm en las menores de 25 años y 0,93 mm en las mayores de 65 años (tabla 2). Los límites superiores (percentil 75 de la distribución) del CIMT de los valores máximos medios de los 6 territorios por grupos de edad oscilaron entre 0,81 mm y 1,11 mm en los hombres y entre 0,66 mm y 1,13 mm en las mujeres (Tabla 3). En cuanto al estudio por segmentos, en todos los grupos de edad y en ambos sexos, la media y el CIMT máximo más elevados se registraron en el seno (Tablas 2 y 3).

La edad fue el principal factor determinante del engrosamiento carotídeo de todos los segmentos. El CIMT medio de los 6 segmentos fue el predictor más fuerte del modelo (r2 ajustado = 0,669). Además de la edad (b=0,662; PP=0,027), la presión arterial sistólica (PAS) (b=0,135; P=0,029) y el LDL-C (b=0,131; P=0,029). Sin embargo, el nivel de HDL-C no fue un predictor independiente. Por cada año de vida, se encontró un aumento en el CIMT medio de 0,005 mm en los 6 segmentos. Para el CIMT máximo medio, el aumento fue de 0,008 mm para los 6 segmentos.

Al ajustar los valores de CIMT en función de la edad y el sexo, se observó una asociación positiva entre el engrosamiento carotídeo y los niveles de PAS y de LDL-C (figura 2). El aumento del CIMT se produjo para cualquier incremento de la PAS, pero fue más acusado por encima de 120 mmHg. Se observó una situación similar para los niveles de LDL-C >125 mg/dL.

Figura 2. Medias marginales estimadas del grosor máximo de la íntima-media carotídea (CIMT) ajustadas por edad, sexo y colesterol de lipoproteínas de baja densidad (LDLC) por quintiles de presión arterial sistólica (A) y medias marginales estimadas del CIMT máximo ajustadas por edad, sexo y presión arterial sistólica por quintiles de LDL-C (B).

DISCUSIÓN

Los valores obtenidos permiten determinar la distribución del CIMT en sujetos sin factores de riesgo cardiovascular tradicionales. El CIMT en esta población es fuertemente dependiente de la edad y, en menor medida, del sexo, por lo que presentamos los valores por grupos de edad y sexo. La población del estudio corresponde, en general, a un estrato sociocultural alto. Sin embargo, creemos que este sesgo no afecta a la validez de los resultados. Hemos elegido como límite de la normalidad los valores medios y máximos del CIMT de 6 segmentos carotídeos para cada grupo de edad porque esto proporciona una información más consistente y complementaria que los datos que sólo utilizan la CCA.2-5 Sin embargo, hemos elegido el percentil 75 como límite superior de la normalidad con referencia a otros estudios poblacionales.2,4 Nuestros valores de normalidad se encuentran dentro de los 2 primeros quintiles de la distribución del CIMT del Estudio de Salud Cardiovascular.3 En los grupos de ese estudio, el riesgo de infarto e ictus era muy bajo (1,1%/año) ya que los sujetos tenían más de 65 años, con una edad media de 72,5 años. Por otro lado, nuestros valores son inferiores a los de los sujetos que no desarrollaron enfermedad cardiovascular en el estudio ARIC, que tenía una distribución de edades similar a la de nuestra muestra.2 Junyent et al8 estudiaron un grupo de sujetos con un perfil lipídico normal pero, a diferencia de nuestro estudio, estos autores no excluyeron a los sujetos con otros factores de riesgo y sólo midieron la ACC. Los valores del CCA en nuestro estudio coincidieron en gran medida con sus valores.8

La edad es la principal variable relacionada con el engrosamiento carotídeo en todos los segmentos, tanto en hombres como en mujeres, en nuestro estudio y en la mayoría de los estudios de la población general.2-5 Los cambios observados no siguieron un modelo lineal. El engrosamiento del CIMT es más acusado a partir de los 40 años en los hombres y de los 50 en las mujeres, de acuerdo con lo observado en otras poblaciones.2 La PAS y el cLDL se asocian de forma mucho más débil con la progresión del CIMT, aunque la asociación es más fuerte para la PAS por encima de 120 mmHg y los niveles de cLDL por encima de 125 mg/dL. Esto refuerza el papel de estos 2 factores de riesgo, incluso en el rango actualmente no considerado como patológico.

CONSEJOS

Los autores agradecen a Johan Gort y Eric de Groot (Academic Medical Center, Amsterdam, Países Bajos).

FIS: PI06/0365 y RTIC C06/01 (RECAVA), SAF2005-07042 y Profesionales con Formación Sanitaria Especializada (Boletín del Estado Español 8 de julio de 2005).

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