Gian Lorenzo Bernini, «El rapto de Proserpina», 1622, mármol. Encargado por el cardenal Scipione Borghese. Galería Borghese, Roma, Italia. Crédito de la imagen: Columbia University
Esta escultura fue encargada por el Cardenal Borghese de la Iglesia Católica y todavía se encuentra en la Galleria Borghese -la sala para la que fue encargada- en Roma, Italia. Representa la historia mitológica romana del rapto y posterior violación de Proserpina por el dios Plutón.
«El rapto de Proserpina» (vista lateral). Crédito de la imagen: Wikipedia
Esta representación capta la escena en el momento culminante; Plutón está levantando a Proserpina en el aire, y ella se resiste visiblemente. Esta instantánea en el tiempo contiene una cantidad considerable de detalles reales. Estos detalles, como la expresión de miedo en el rostro de Proserpina o la sensación de fuerza abrumadora creada por la forma musculosa de Plutón, informan al espectador y cuentan toda una historia con un solo momento en el tiempo. Esta representación dinámica, un rasgo desarrollado por los maestros barrocos7 , crea una representación vívida y creíble de este mito.
Las configuraciones contorsionadas y serpentinas de los cuerpos de las figuras amplían este dinamismo; invitan al espectador a moverse alrededor de la escultura, a verla desde todos los lados y a formar parte de la historia dinámica. Al obligar al público a ver activamente la obra, Bernini se asegura de que la experiencia del espectador con la escultura se amplíe y sea dinámica por derecho propio.
«La violación de Proserpina» (detalle). Crédito de la imagen: Wikipedia
Los detalles intrincados y realistas con los que Bernini impregnó la escultura fomentan esta historia y le dan una profundidad emocional que conecta con el espectador. La forma en que la mano de Proserpina presiona y distorsiona el rostro de Plutón, y la impresión que la mano de Plutón hace en la pierna de Proserpina, sirven para contar la historia. Estos detalles nos informan de los avances no deseados, así como de la naturaleza sexual de la escena. El hecho de que los cuerpos estén parcialmente vestidos, con los genitales ocultos, no hace sino aumentar la sensualidad de este momento. La historia se cuenta a través de una representación corpórea que llega a las pasiones más profundas de todo ser humano. El énfasis en lo visceral es una técnica expositiva común en la escultura barroca.7
Aunque este acontecimiento no procede de las creencias cristianas, sigue llevando consigo los mismos ideales que impregnaron este periodo de tiempo. El énfasis en las experiencias sensuales y corporales, retratadas a través de las poses dinámicas y el contacto detallado entre las figuras, es característico del pensamiento de la Contrarreforma y del Barroco.
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