El mercado único europeo a los 25 años

Han pasado más de 60 años desde que se pusieron los cimientos de la Unión Europea. En comparación, el mercado único europeo es relativamente joven, ya que no se creó hasta 1993. Cuando reflexionamos sobre sus logros en las últimas décadas, vemos que el Mercado Único ha sido moldeado de forma decisiva por tendencias como el aumento de las tecnologías digitales y acontecimientos como la Gran Recesión. Este año parece un momento adecuado para evaluar el grado de madurez del mismo.

La prosperidad actual de la Unión Europea es, entre otras cosas, el resultado de la integración económica que siguió a la implantación del Mercado Único Europeo. En general, un mercado (interior) que funcione bien aumenta la eficiencia económica, por ejemplo, al reducir los costes de transacción, e impulsa el crecimiento. Puede ayudar a proteger a los países de las repercusiones de las crisis económicas gracias a una mayor movilidad transfronteriza. Hay acuerdo general en que la integración económica de los Estados miembros de la UE aún puede profundizarse, lo que permitiría a los mecanismos del mercado desplegar todo su potencial dentro de un espacio económico único.

Tras un esbozo histórico del desarrollo del mercado único, el artículo continúa con un breve resumen de las cuatro libertades y los antecedentes teóricos sobre los efectos de la integración económica. A continuación, examina los diferentes actos jurídicos que se han finalizado recientemente o que aún se están negociando. Aunque esto no permite hacer predicciones sobre los efectos económicos globales, ilustra los avances que se están produciendo en la actualidad.

La historia del Mercado Único Europeo

Desde el principio, los intereses económicos fueron el principal motor de la integración en Europa; y uno de los objetivos principales era crear un mercado único. Ya en 1968, la entonces Comunidad Económica Europea (CEE), compuesta por seis miembros, suprimió las barreras aduaneras dentro de la Comunidad y estableció un arancel aduanero común para las mercancías procedentes de países no pertenecientes a la CEE. Sin embargo, las barreras no arancelarias, como las normas técnicas o de seguridad, seguían obstaculizando el comercio. En la década de 1970, los siguientes pasos hacia una mayor integración se produjeron en su mayoría mediante sentencias del Tribunal de Justicia de las Comunidades Europeas (por ejemplo, Dassonville en 1974 o Cassis de Dijon en 1979).1 Además, los crecientes desafíos económicos, por ejemplo, debido a las crisis del petróleo, presionaron a los Estados miembros para que profundizaran en sus relaciones económicas.2

Figura 1
Desarrollo del PIB

Fuente: Gráfico propio, utilizando los Indicadores de Desarrollo Mundial del Banco Mundial (Código de la serie: NY.GDP.MKTP.CD, PIB en dólares corrientes).

En 1986, la UE acordó adoptar el Acta Única Europea, a la que siguió la aplicación de diversas normas comunes de la UE durante los seis años siguientes. Esta primera gran revisión del Tratado de Roma de 1957 pretendía dar un mayor impulso a la integración europea y «completar» el mercado único. A principios de 1993, el Mercado Único se convirtió en una realidad para 12 países de la UE.3

El Tratado de Maastricht (1992) supuso un gran paso adelante y expuso la idea de una Unión Económica y Monetaria (UEM) con una moneda única, que se introdujo oficialmente con el cambio de siglo. Este paso no debía sustituir al Mercado Único, que aún necesitaba más trabajo. De hecho, existe una dependencia mutua: En primer lugar, la UEM proporciona el marco para una mayor integración económica; en segundo lugar, una UEM estable requiere una estrecha cooperación económica. No obstante, el mercado único abarca un mayor número de países que la UEM y requiere una normativa específica. En 1994 entró en vigor el Acuerdo sobre el Espacio Económico Europeo (EEE), que amplió el mercado único a un total de 31 países.

Cuando la Gran Recesión golpeó a Europa, quedó dolorosamente claro que el mercado único aún necesitaba trabajo. Esto proporcionó a todas las partes implicadas incentivos para intensificar su cooperación. El Acta del Mercado Único I (2011) identificó 12 palancas para mejorar el funcionamiento del mercado único e instó a los Estados miembros a adoptar una acción clave para cada una. Un año después, la Comisión señaló que hasta el momento el Parlamento Europeo y el Consejo solo se habían puesto de acuerdo en una de las 12 propuestas de acción clave. Debido a la urgencia derivada de la crisis de la zona del euro, la Comisión se adelantó y presentó una segunda serie de acciones prioritarias en el Acta del Mercado Único II (2012).4

El desarrollo de las cuatro libertades

Los esfuerzos para mejorar la funcionalidad del mercado único han continuado en el marco de la Estrategia para el Mercado Único. No cabe duda de que el peso económico del mercado único ha reforzado la voz de la Unión Europea en el mundo. Esto es evidente en las negociaciones de acuerdos comerciales, por ejemplo, que se han hecho más amplias y ambiciosas en los últimos años. Japón y la UE, que juntos representan más de una cuarta parte del PIB mundial, se beneficiarán de la firma del Acuerdo de Asociación Económica UE-Japón en julio de 2018. En la actualidad, el mercado único está formado por unos 500 millones de ciudadanos europeos y unos 24 millones de empresas.5 El PIB de la UE tiene un tamaño similar al de Estados Unidos, aunque con algunas fluctuaciones: Actualmente está por debajo del valor de EE.UU., pero fue superior en 1992-1998 y en 2003-2014 (véase el gráfico 1).

El Mercado Único posee cuatro características únicas que se remontan al Tratado de Roma. También se denominan las cuatro libertades fundamentales y abarcan la libre circulación de bienes, servicios, capitales y mano de obra. Estas cuatro libertades reflejan los objetivos europeos de integración económica, enmarcando una situación ideal para el crecimiento económico en una economía de libre mercado. El desarrollo de estas características ilustra la libertad con la que se mueven los distintos factores dentro del mercado único.

La posición internacional del mercado europeo se demuestra por lo bien integrado que está en la economía mundial. El gráfico 2 ilustra la importancia del comercio para la UE en comparación con otros países desde 1992 hasta 2017. La UE tiene la mayor cuota de comercio (suma de bienes y servicios) en relación con el PIB, que está muy por encima de la media mundial. Esto se debe principalmente al aumento del comercio de servicios. El comercio de bienes supone el 25% del PIB de la UE, mientras que los servicios representan más del 70% del PIB de la UE.6 Por término medio, dos tercios de las exportaciones de los Estados miembros de la UE se dirigen a otros países de la UE.

Figura 2
Desarrollo del comercio

Fuente: Gráfico propio, a partir de los Indicadores de Desarrollo Mundial del Banco Mundial (Código de la serie: NE.TRD.GNFS.ZS, el comercio es la suma de las exportaciones e importaciones de bienes y servicios medida como proporción del producto interior bruto).

La libre circulación de capitales prohíbe las restricciones a los movimientos de capital y a los pagos entre los Estados miembros, así como entre éstos y terceros países. Esta liberalización reduce considerablemente los posibles costes de transacción para el intercambio transfronterizo de bienes y servicios, así como para las inversiones. La mayor parte de las inversiones tienen lugar en el sector de los servicios; representan el 59% de las inversiones en el exterior y el 87,4% de las inversiones en el interior en 2014.7 Desde 2008, los stocks de salida de la UE han superado el valor de los stocks de entrada. En 2015, los stocks de inversión extranjera directa de la UE28 alcanzaron el 46,8% del PIB; la inversión directa dentro de la UE28 se situó en el 39%.8

Figura 3
Tendencias de la movilidad de los trabajadores en Europa

Fuente: Gráfico propio, a partir de la Encuesta de Población Activa de la UE. La muestra incluye individuos que trabajan, de entre 15 y 64 años, 1995-2017, las cifras se dan en unidades de 1000.

La libre circulación de la mano de obra, medida por la movilidad de los trabajadores a través de las fronteras, ha aumentado, pero el nivel general sigue siendo relativamente bajo en comparación con el tamaño global de la población. En total, el número de empleados que trabajan en otro Estado miembro aumentó de 2,3 millones a 4,1 millones en la UE15 entre 1995 y 2017 (véase el gráfico 3). En 2006-2017, el número de empleados de otro Estado miembro de la UE aumentó en un 78% en la UE28, y ahora asciende a 8,9 millones; para la UE15, el aumento en el mismo período de tiempo fue notablemente inferior (31%). El programa ERASMUS+ fomenta los intercambios educativos y favorece así la movilidad de estudiantes y profesores. Se creó en 1987 y tiene varios objetivos, entre ellos reducir el desempleo mediante una mayor movilidad y una mejor cualificación. Desde 1987, el número de estudiantes que estudian o se forman en el extranjero ha aumentado progresivamente, superando los tres millones en el curso 2011-2012. En el curso 2013-2014, 272.500 estudiantes salieron al extranjero (véase el gráfico 4).

Figura 4
Movilidad de los estudiantes desde el inicio del programa ERASMUS

Fuente: Gráfico propio, basado en la Comisión Europea: Erasmus. Facts, Figures & Tendencias. El apoyo de la Unión Europea a los intercambios de estudiantes y personal y a la cooperación universitaria en 2013-2014, 2015, disponible en http://ec.europa.eu/assets/eac/education/library/statistics/erasmus-plus-facts-figures_en.pdf.

Efectos de la integración económica

Las cifras muestran el tamaño del mercado único, pero no abordan aún si se crea un valor añadido europeo que revierte en los Estados miembros. Diversos enfoques teóricos sostienen que la integración económica dentro de un mercado único beneficia al bienestar agregado al impulsar la productividad de diversas maneras. Los argumentos presentados abarcan las ventajas comparativas de la teoría clásica del comercio o las economías de escala de la nueva teoría del comercio, así como la nueva geografía económica.9 Mariniello, Sapir y Terzi ofrecen una lista de canales específicos a través de los cuales los efectos micro de las respectivas libertades repercuten en la productividad y el crecimiento.10 Éstos abarcan, por ejemplo, una mejor adecuación de las cualificaciones debido a una mayor movilidad de la mano de obra o un aumento de los flujos de IED fuera de la UE, así como una mayor innovación debido a una mayor competitividad de las empresas con sede en la UE. Debido a su naturaleza, estos canales sólo arrojan luz sobre determinadas dimensiones del mercado único.

Otros estudios han analizado los beneficios generales de una mayor integración económica. Los resultados deben interpretarse con cautela, ya que existen importantes dificultades para medir la integración y sus efectos macroeconómicos. La mayoría de los estudios concluyen que la integración económica tiene efectos positivos sobre la actividad económica.11 Ilzkovitz et al. calculan que el efecto sobre el PIB fue de 223.000 millones de euros en 2006.12 Según el Servicio de Investigación del Parlamento Europeo, el potencial económico no aprovechado de la libre circulación de mercancías a largo plazo se estima en 183.000 millones de euros, y la ganancia a largo plazo de los servicios en 338.000 millones de euros.13 Campos, Coricelli y Moretti concluyen que los efectos económicos de la pertenencia a la UE son positivos, pero varían significativamente entre países debido a su fecha de adhesión. En ausencia de la integración institucional, los ingresos europeos per cápita habrían sido un 10% más bajos de media en los primeros 10 años tras la adhesión a la UE.14

También es útil observar cómo percibe la población europea la integración europea. En las últimas décadas, el Eurobarómetro ha recogido datos sobre el apoyo a una mayor integración (véase el gráfico 5). Los resultados muestran que el 61% de los encuestados está a favor del euro en 2018, frente a un 50% aproximadamente en la década de 1990. Por término medio, el apoyo a una política exterior común de todos los Estados miembros se sitúa por encima del apoyo al euro, empezando por el 69% en 1992 y llegando al 66% en 2018. Las preguntas añadidas recientemente muestran que el porcentaje de personas a favor de un mercado único digital dentro de la UE se sitúa ahora en el 62%. Un abrumador 82% de las personas apoya la libre circulación de los ciudadanos de la UE para vivir, trabajar, estudiar y hacer negocios en cualquier lugar de la UE.

Figura 5
Apoyo a una mayor integración europea

Fuente: Gráfico propio, a partir del Eurobarómetro; proporción de individuos a favor de 1) «Un mercado único digital dentro de la UE», 2) «La libre circulación de los ciudadanos de la UE que pueden vivir, trabajar, estudiar y hacer negocios en cualquier lugar de la UE», 3) «Una unión económica y monetaria europea con una moneda única, el euro», y 4) «Una política exterior común de todos los Estados miembros de la UE».

Dustmann et al. analizan las actitudes de los individuos hacia la integración económica utilizando datos de la Encuesta Social Europea para el periodo 2002-2014.15 No hay una tendencia clara a nivel agregado entre los 14 países; no obstante, una gran parte está a favor de una mayor integración (casi el 50% en 2014). Sin embargo, en algunos países el apoyo a la integración económica es cada vez menor (por ejemplo, en Austria y Gran Bretaña), mientras que en muchos países no se pueden distinguir claramente las tendencias. Obsérvese que, a pesar del aumento documentado del populismo en Alemania, un estudio reciente muestra que los candidatos políticos que están a favor de una mayor cooperación en la UE podrían movilizar a una mayor parte de los votantes.16 Es fundamental tener esto en cuenta al debatir nuevas iniciativas para el mercado único que, en última instancia, conduzcan a una mayor integración económica. La literatura muestra que las percepciones individuales desempeñan un papel importante en la configuración de las preferencias políticas,17 y el voto del Brexit demuestra por qué hay que tener esto en cuenta.18

¿Qué falta?

Aunque el mercado único europeo ha recorrido un largo camino, no debería sorprender que el mercado único aún no esté completamente integrado. La Comisión Europea engloba varios ámbitos de actuación bajo el nombre de Estrategia para el Mercado Único. A partir de ejemplos de iniciativas europeas, voy a arrojar luz sobre los aspectos del mercado único en los que se está trabajando actualmente y a examinar los ámbitos en los que todavía se puede mejorar.

La movilidad de las mercancías dentro del mercado único está bien desarrollada. Lo que queda por hacer es la supresión de los obstáculos no técnicos al comercio y otras medidas de acompañamiento. Estas abarcan la mejora de las condiciones para permitir a las empresas de un Estado miembro de la UE establecer filiales en otros Estados miembros. La simplificación de los criterios de acceso y la agilización de los procedimientos administrativos podrían dar lugar a mayores niveles de inversión al facilitar que las empresas europeas inviertan en otros Estados miembros y, entre otras cosas, construyan un sistema de distribución europeo. En marzo de 2018, el Parlamento Europeo aprobó nuevas normas para la entrega transfronteriza de paquetes que deberían fomentar la transparencia de los precios y aumentar aún más las compras transfronterizas en línea. En gran medida, la capacidad de funcionamiento del mercado único también está determinada por la política fiscal. Los nuevos esfuerzos por armonizar el IVA en Europa podrían repercutir positivamente en las ventas transfronterizas, especialmente para las pequeñas y medianas empresas. En general, es importante garantizar unas condiciones de competencia justas para todos los Estados miembros, evitando así obstáculos no deseados.

Al examinar el sector de la atención sanitaria, vemos que el acceso a los nuevos medicamentos ha mejorado. Sin embargo, la asistencia sanitaria sigue siendo una competencia nacional y no de la UE. Según M. Kyle, esta es la razón por la que Europa va a la zaga en la fijación de precios de los productos farmacéuticos y en la aprobación de medicamentos genéricos.19

La revolución digital ha cambiado drásticamente la movilidad de los servicios. Los principios básicos consisten en el derecho a establecer una empresa y a prestar o recibir servicios en otro país de la UE. La iniciativa de establecer un mercado único digital o la iniciativa de establecer la libre circulación de datos (tal y como planteó la presidencia estonia de 2017) ponen de manifiesto la importancia de los temas digitales. Medidas como el reglamento recientemente adoptado para prohibir el geobloqueo son pasos importantes hacia la expansión de los servicios digitales transfronterizos. La naturaleza específica de los servicios digitales (así como de los productos digitales) plantea cuestiones relativas al diseño de la normativa existente: En primer lugar, estas normativas corren el riesgo de crear barreras de entrada para las nuevas empresas si excluyen involuntariamente nuevos servicios o productos digitales. En segundo lugar, la normativa puede perjudicar a las empresas existentes si los nuevos productos que no están sujetos a las disposiciones legales vigentes obtienen una ventaja competitiva, sin que éste sea el objetivo de la normativa. La simplificación del intercambio transfronterizo de servicios requiere también que la normativa de acceso a las profesiones permita a los ciudadanos de la UE acceder al mercado laboral de otros Estados miembros. Es necesario crear unas condiciones marco que garanticen el cumplimiento de las normas de calidad, evitando al mismo tiempo el cierre de profesiones y la creación de monopolios profesionales. La directiva sobre una prueba de proporcionalidad antes de la adopción de una nueva regulación de las profesiones, que se adoptó en el verano de 2018, tiene como objetivo facilitar el acceso al mercado, pero es poco probable que sea suficiente. En general, Vetter sostiene que persiste un excesivo «sesgo doméstico» en el comercio cuando se compara la UE con EE. Aunque EE.UU. puede no ser un punto de referencia realista, sería necesario reducir las barreras comerciales para fomentar el comercio entre los Estados miembros de la UE.20

La movilidad de capitales sigue siendo un trabajo en curso. La Unión de los Mercados de Capitales ha trazado una serie de objetivos a alcanzar para 2019: a) seguir eliminando los obstáculos a la inversión transfronteriza; b) diversificar la financiación en la economía; y c) reducir el coste de la obtención de capital. Estos objetivos deberían, a su vez, apoyar la creación de empleo y el crecimiento, por ejemplo, mejorando las oportunidades de financiación de las empresas de nueva creación. Un mercado de servicios financieros más integrado también permitiría al sector financiero convertirse en un mejor proveedor de crédito para la economía real, incluso en tiempos de desaceleración o choque. También es necesario establecer procedimientos de insolvencia rápidos que permitan una liquidación eficaz de las empresas. La creación de nuevas empresas requiere el acceso a la financiación inicial y al capital para posteriores rondas de financiación. Al facilitar las inversiones transfronterizas, las empresas de nueva creación tendrían un acceso más fácil a diversas fuentes de financiación.

Aunque sea difícil determinar un nivel óptimo, la movilidad de las personas no ha aumentado tanto como cabía esperar. La baja proporción de otros nacionales de la UE dentro de los Estados miembros sugiere que aún es necesario eliminar importantes obstáculos a la movilidad. Podría facilitarse el reconocimiento de los títulos académicos y las cualificaciones obtenidas en el extranjero como equivalentes a las certificaciones nacionales. Esto incluiría, en determinadas circunstancias, la flexibilización de las condiciones nacionales para obtener la autorización para ejercer una profesión. Otro obstáculo importante para aumentar la movilidad es el idioma. Ampliar la red de escuelas europeas (colegios públicos bilingües) o los programas universitarios que abarcan los países europeos mejoraría la formación lingüística a una edad temprana. Además, podrían ofrecerse programas lingüísticos a los ciudadanos de la UE que trabajen en otro país, como ocurre actualmente con los ciudadanos extracomunitarios con el sistema de tarjeta azul de la UE.

Para facilitar el cambio temporal de trabajo dentro de Europa e incentivar la «circulación de cerebros», la UE está trabajando en la mejora de la coordinación de los sistemas de seguridad social. Aunque las condiciones de trabajo y los requisitos de movilidad han mejorado, es posible que el público en general aún no esté suficientemente informado sobre sus opciones. Esto podría remediarse con una campaña de información específica e información fácilmente accesible sobre cómo encontrar y empezar a trabajar en otro Estado miembro. Una posible medida sería mejorar la cooperación entre las agencias de empleo europeas. Esto podría servir para ampliar los servicios de colocación en toda Europa. La reciente iniciativa de crear una Autoridad Laboral Europea también puede contribuir en este sentido. En la actualidad, el Portal Europeo de la Movilidad Laboral (EURES) ya ofrece una plataforma para los solicitantes de empleo y los empleadores de toda Europa, centrada en los solicitantes de los sectores universitario y politécnico, y para los que tienen cualificaciones superiores en general.

Aunque el mercado único ha contribuido a la visibilidad de la UE entre los ciudadanos, no ha cumplido las expectativas en cuanto a la creación de una identidad europea (el ejemplo más destacado es el Brexit). Tras examinar los niveles actuales y los factores determinantes del apoyo a la UE y la identidad europea, Ciaglia et al. sugieren varias iniciativas para fomentar la identidad europea, como las listas de partidos transnacionales, una Asamblea de Ciudadanos de la UE, las oficinas consulares de la UE, el Erasmus de los Pensionistas, un programa de «vals europeo» (programa de intercambio para trabajadores) y un servicio público de radiodifusión de la UE.21 Aunque sería costoso ponerlo en práctica todo a la vez, la falta de interacción entre los ciudadanos de la UE también puede ser una decisión costosa.

Conclusiones

El grado y la velocidad de los progresos realizados en el mercado único varían según los ámbitos políticos. En los últimos años se han adoptado alrededor de 3.500 medidas sobre el mercado único22 , pero todavía hay margen de mejora. De hecho, será interesante ver qué medidas presentará la Comisión con motivo del 25º aniversario del mercado único.

Es importante mirar más allá de los efectos económicos del mercado único y tener en cuenta los aspectos sociales y medioambientales que repercuten en el bienestar. El reto no es simplemente sugerir más o menos integración, sino identificar el método más eficaz de integración, respetando y apreciando las diferencias culturales. Además, ante el resurgimiento del proteccionismo, el mercado único puede seguir siendo un distintivo de los beneficios del multilateralismo. El éxito no es sólo el resultado de la liberalización del comercio entre los Estados miembros, sino también de los ambiciosos acuerdos comerciales con terceros países y del sistema de comercio multilateral propugnado por la Organización Mundial del Comercio.

Los acuerdos sobre el Mercado Único deben evaluarse sistemáticamente para ver si se está alcanzando todo el potencial de integración con los medios actuales y cómo mejorar aún más la normativa existente. Esto incluye también la actualización de estudios académicos anteriores y la investigación de si el mercado único ha cumplido las expectativas. Al mismo tiempo, los europeos formamos el mercado único, y las cuatro libertades sólo cobran vida cuando las aprovechamos. Se puede decir que el Mercado Único ha madurado enormemente desde su fundación. Sin embargo, en lugar de intentar completar el Mercado Único, deberíamos prepararnos para un proceso de aprendizaje permanente.

*La autora está en deuda con sus colegas, que han aportado numerosos y acertados comentarios. El contenido del artículo es responsabilidad exclusiva de la autora y no representa necesariamente los puntos de vista oficiales de sus afiliaciones.

  • 1 Ambas sentencias se referían a la libre circulación de mercancías. Dassonville estableció una amplia definición de las medidas de los Estados miembros que tienen un efecto equivalente a las restricciones cuantitativas. Esto abrió la puerta a una mayor desregulación dentro del mercado único. En Cassis de Dijon, el Tribunal estableció que un Estado miembro debe permitir que un producto legalmente producido y comercializado en otro Estado miembro entre en su propio mercado, a menos que la prohibición de este producto esté justificada por razones imperiosas de interés público, como la protección de la salud y la seguridad.
  • 2M. Mariniello, A. Sapir, A. Terzi: El largo camino hacia el mercado único europeo, Documento de trabajo de Bruegel nº 2015/01, marzo de 2015.
  • 3Bélgica, Dinamarca, Alemania, Irlanda, Grecia, España, Francia, Italia, Luxemburgo, Países Bajos, Portugal y Reino Unido. Comisión Europea: Mercado interior: De la crisis a la oportunidad: poner a los ciudadanos y a las empresas en la senda de la prosperidad, La Unión Europea explicada, 2014; Comisión Europea: 25 años del mercado único de la UE, ficha técnica, 2018.
  • 4J. Pelkmans, M. Goyens, H.-P. Burghof, S. Leibfried: El mercado único europeo: qué lejos está de completarse, en: Intereconomía, Vol. 46, nº 2, 2011, pp. 64-81.
  • 5Comisión Europea: 25 años del mercado único de la UE, op. cit.
  • 6Comisión Europea: 25 años del mercado único de la UE, op. cit.
  • 7Eurostat: Foreign direct investment – stocks, Statistics Explained, 2017.
  • 8Eurostat: Foreign direct investment – intensity ratios, Statistics Explained, 2017.
  • 9Otras teorías que tratan de explicar la integración regional en general (por ejemplo, el intergubernamentalismo) quedan fuera del alcance de este artículo.
  • 10M. Mariniello, A. Sapir, A. Terzi, op. cit.
  • 11V. Aussilloux, C. Emlinger, L. Fontagné: ¿Qué beneficios aporta la realización del mercado único?, La Lettre du CEPII nº 316, Le Centre d’études prospectives et d’information sinternationales, 2011; E. Dahlberg: Efectos económicos del mercado único europeo. Review of the empirical literature, Estocolmo 2015, National Board of Trade; M. Mariniello, A. Sapir, A. Terzi, op. cit.
  • 12F. Ilzkovitz, A. Dierx, V. Kovacs, N. Sousa: Pasos hacia una integración económica más profunda: el mercado interior en el siglo XXI. A contribution to the Single Market Review, Economic Paper No. 271, European Commission DG Economic and Financial Affairs, 2007.
  • 13Z. Pataki: El coste de la no Europa en el mercado único. ‘Cecchini Revisited’. An overview of the potential economic gains from further completion of the European Single Market, EPRS Study, European Parliamentary Research Service, 2014.
  • 14N.F. Campos, F. Coricelli, L. Moretti: Institutional integration and economic growth in Europe, en: Journal of Monetary Economics, 2018.
  • 15C. Dustmann, B. Eichengreen, S. Otten, A. Sapir: Europe’s Trust Deficit: Causes and Remedies, Londres 2017, CEPR Press.
  • 16R. Vehrkamp, W. Merkel: Populismusbarometer 2018. Populistische Einstellungen bei Wählern und Nichtwählern in Deutschland 2018, WZB y Bertelsmann Stiftung, 2018.
  • 17E. Bublitz: Percepciones erróneas de las distribuciones de ingresos. Cross-country evidence from a Randomized Survey Experiment, HWWI Research Paper No. 178, Hamburg Institute of International Economics, 2016; G. Cruces, R. Pérez-Truglia, M. Tetaz: Percepciones sesgadas de la distribución de la renta y preferencias por la redistribución: Evidence from a survey experiment, en: Journal of Public Economics, Vol. 98, 2013, pp. 100-112.
  • 18N.F. Campos: El futuro de las políticas europeas de crecimiento: El reajuste de la integración, en: Intereconomía, Vol. 51, nº 6, 2016, pp. 348-352.
  • 19Universidad de Cambridge: The EU single market at 25, Informe sobre la conferencia «Review of Industrial Organization Celebrating 25 Years of the EU Single Market», 2 de mayo de 2018, disponible en https://insight.jbs.cam.ac.uk/2018/podcast-eu-single-market-at-25/, aquí M. Kyle: On pharmaceuticals and the 1995 founding of the European Medicines Agency, podcast.
  • 20S. Vetter: El mercado único europeo 20 años después: Logros, expectativas no cumplidas & más potencial, EU Monitor – European integration, DB Research, 2013.
  • 21S. Ciaglia, C. Fuest, F. Heinemann: ¡Qué sensación! Cómo promover la «identidad europea», Informe de política EconPol n.º 09-2018, Red europea de investigación en política económica y fiscal, 2018.
  • 22E. Thirion: Mercado único de la UE: Boosting growth and jobs in the EU, EPRS Briefing European Added Value in Action, European Parliamentary Research Service, 2017.

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