El gluten es un grupo de proteínas de pequeño tamaño (gluteninas y gliadinas) que se encuentran en el trigo y todas sus variantes (sémola, kamut y espelta), la cebada, el centeno y el triticale. El gluten tiene propiedades viscolásticas y aporta elasticidad y esponjosidad a alimentos como el pan o la bollería.
La calidad de las proteínas del gluten es baja porque carece de todos los aminoácidos esenciales. Esto no quiere decir, sin embargo, que deban eliminarse de la dieta los productos que lo contengan a no ser que haya una intolerancia o sensibilidad al gluten.
¿Qué alimentos contienen gluten?
El gluten se encuentra en alimentos como el pan, la bollería, la masa para pizzas, galletas, etc. Debido a que se puede aislar con facilidad y que mejora la textura y las propiedades sensoriales de los alimentos, también se pueden encontrar en yogures, embutidos, salsas, patatas congeladas, chocolate a la taza, golosinas, bombones e incluso en medicamentos y suplementos.
¿Cuál es el problema del gluten?
Al tratarse de una proteína debe digerirse y descomponerse en fracciones más pequeñas (péptidos). Algunas personas tienen dificultad para digerir el gluten y este acaba en el intestino delgado produciendo una reacción adversa y daño o sensibilidad.
¿Qué es la celiaquía?
La celiaquía es una enfermedad genética autoinmune caracterizada por una intolerancia permanente al gluten. Produce una atrofia de las vellosidades del intestino que conlleva una mala absorción de los nutrientes. Las personas que lo sufren suelen presentar síntomas como diarreas, dolor y distensión abdominal, pérdida de peso, deficiencias nutricionales e irritabilidad. Aproximadamente, el 1% de la población es celiaca y se piensa que seis de cada siete pacientes está sin diagnosticar.
¿Cómo se diagnostica?
Si se sospecha que se sufre celiaquía o intolerancia al gluten se realizará un análisis de sangre para detectar anticuerpos o marcadores serológicos. El diagnóstico se completa con una biopsia de la mucosa del intestino delgado para detectar la atrofia en las vellosidades. Una vez se ha diagnosticada la enfermedad celiaca, el tratamiento consiste en retirar todos los alimentos que contengan gluten de la dieta.
¿Es lo mismo que sensibilidad?
No. Hay personas con sensibilidad al gluten y, sin embargo, no son celiacas. A estos pacientes el gluten les sienta mal y mejoran cuando siguen una dieta sin gluten. Los síntomas que presentan son más difusos: fatiga, dolores articulares, calambres o pérdida de peso y el diagnóstico es más difícil. Para comprobar si sufren sensibilidad al gluten se prueba a retirarlo de la dieta para ver si los síntomas desaparecen. Si lo hacen, se vuelve a introducir para observar si se produce una recaída. Si es así, se diagnostica sensibilidad al gluten no celiaca y el tratamiento es el mismo que en la enfermedad celiaca.
Alergia al gluten
En este caso, los síntomas aparecen de forma brusca al consumir un alimento con gluten produciéndose una reacción alérgica mediada por la inmunoglobulina E. Los síntomas son variados: dolor abdominal, diarrea, vómitos, urticaria, anafilaxia, etc.