Algunos países han adaptado mucho su política monetaria, imprimiendo billetes de mayor y menor denominación en respuesta a sus necesidades. Los billetes de gran denominación suelen imprimirse para facilitar las transacciones en efectivo en los países que sufren hiperinflación, mientras que las denominaciones pequeñas son características de una moneda estable y muy valorada.
Si es residente en Estados Unidos, probablemente esté acostumbrado a ver billetes de una de las siete denominaciones: 1 dólar, 2 dólares, 5 dólares, 10 dólares, 20 dólares, 50 dólares y 100 dólares. Aunque en el pasado lo hizo de forma diferente, Estados Unidos ha estabilizado su economía en torno a una política monetaria que permite la impresión de sólo siete denominaciones diferentes de papel moneda en las mismas denominaciones simples.
Hungría de posguerra imprimió los billetes de mayor denominación
Los billetes de mayor denominación de la historia se imprimieron en Hungría en 1946, tras el final de la Segunda Guerra Mundial. Como era de esperar, la decisión de los responsables de la política monetaria de imprimir un número tan gigantesco de billetes surgió como respuesta a la preocupación por la hiperinflación: la moneda húngara prácticamente no tenía valor en ese momento, y era necesario imprimir billetes de creciente denominación para facilitar las transacciones en efectivo entre los ciudadanos y mantener cualquier movimiento de mercancías en la economía.En el punto álgido de la locura, Hungría imprimía billetes de 100 millones de dólares a largo plazo y de 100 quintillones a corto plazo.
Según se informa, se imprimieron billetes con valores faciales de hasta 1 sextillón de dólares, pero nunca entraron en circulación. En su lugar, se introdujo una nueva moneda llamada forint, que podía cambiarse con el dinero devaluado a un tipo de cambio de 400 octillones de dólares por uno!
La hiperinflación de Zimbabue da lugar a billetes de denominación masiva
Cuando el presidente Mugabe asumió el control del gobierno de Zimbabue en la década de 1990, la nación se encontraba en una situación razonable tanto desde el punto de vista económico como de la política fiscal. Al intentar repatriar la tierra y los recursos de Zimbabue, Mugabe se apoderó por la fuerza de todos los activos de propiedad extranjera, expulsando del país a los fabricantes y agricultores extranjeros y dando el control de las tierras y los negocios a los zimbabuenses ancestrales.
Lo que Mugabe no se dio cuenta fue que las personas que expulsó poseían unos conocimientos técnicos que el país no tenía: estos negocios habían estado apoyando la economía en gran medida y ahora nadie sabía cómo dirigirlos. El desempleo masivo y la hiperinflación siguieron, y Zimbabue se vio obligado a imprimir billetes masivos para tratar de mantener el ritmo.
En 2009, el gobierno de Zimbabue estaba imprimiendo billetes de 100 billones de dólares que tenían un valor de sólo 5 dólares – todo el mundo en Zimbabue era trillonario, excepto que un billón de dólares apenas podía comprar una barra de pan. Hoy, gracias a la continua inflación, el billete de 100 billones de Zimbabue vale menos de 0,40 USD.
Kuwait – Las denominaciones más pequeñas para la moneda más cara
Un país como Kuwait cae en el extremo opuesto del espectro en comparación con nuestros ejemplos anteriores. Kuwait no ha experimentado una hiperinflación, ni una economía diezmada, ni ha intentado recuperarse de la guerra. Es una pequeña y rica nación petrolera con una moneda sana llamada dinar que actualmente está valorada en 1 dinar kuwaití por 3,31 dólares estadounidenses.
La buena salud de la economía de Kuwait se debe en gran parte a su escasa población y a las exportaciones de petróleo, lo que le convierte en uno de los estados con mayor PIB per cápita del mundo. El Banco Central de Kuwait imprimió y puso en circulación su serie más actual de billetes en junio de 2014, que incluye algunas de las denominaciones más bajas que hemos visto. Además de las denominaciones de 1, 5, 10 y 20 dinares, también están disponibles billetes de ¼ y ½ dinar para facilitar las transacciones más pequeñas de bienes de menor valor.
Los países imprimen billetes según sus necesidades, por lo que tiene sentido que todas las naciones no sigan el mismo enfoque de talla única cuando se trata de determinar qué denominaciones de moneda lanzar. Los países suelen imprimir billetes de alta denominación cuando su moneda está devaluada, y billetes de baja denominación cuando su moneda está muy valorada.
Aunque estas medidas ayudan a facilitar las transacciones en efectivo, no siempre son soluciones sostenibles. La hiperinflación no puede arreglarse imprimiendo más dinero, sino que requiere intervenciones económicas, creación de empleo y crecimiento sostenido. Aun así, estos billetes de alta denominación son excelentes para los coleccionistas, tanto por la sensación de novedad que proporcionan como por las historias que llevan consigo.