Delirio

¿Qué es el delirio?

El delirio es un estado mental que causa confusión, desorientación y no poder pensar o recordar con claridad. Suele comenzar de repente. A menudo es temporal y tratable.

Hay tres tipos de delirio:

  • Hipoactivo, en el cual usted no está activo y parece somnoliento, cansado o deprimido
  • Hiperactivo, en el cual usted está inquieto o agitado
  • Mixto, en el cual usted pasa de un estado a otro, entre hipoactivo e hiperactivo

¿Qué causa el delirio?

Hay muchos problemas diferentes que pueden causar delirio. Algunas de las causas más comunes incluyen:

  • Alcohol o drogas, ya sea por intoxicación o abstinencia: Esto incluye un tipo grave de síndrome de abstinencia de alcohol llamado delirium tremens. Por lo general, ocurre en personas que dejan de beber después de años de abuso del alcohol
  • Deshidratación y desequilibrios electrolíticos
  • Demencia
  • Hospitalización: Especialmente en cuidados intensivos
  • Infecciones: Como infecciones del tracto urinario, neumonía y gripe
  • Medicamentos: Esto podría ser un efecto secundario de un medicamento, como sedantes u opioides, o podría ser abstinencia después de suspender un medicamento
  • Trastornos metabólicos
  • Insuficiencia orgánica, como insuficiencia renal o hepática
  • Envenenamiento
  • Enfermedades graves
  • Dolor severo
  • Privación del sueño
  • Cirugías: Incluyendo reacciones a la anestesia

¿Quién está en riesgo de delirio?

Ciertos factores pueden ponerle en riesgo de delirio, incluyendo:

  • Estar en un hospital o residencia para adultos mayores
  • Demencia
  • Tener una enfermedad grave o más de una enfermedad
  • Tener una infección
  • Tener edad avanzada
  • Cirugía
  • Tomar medicamentos que afectan la mente o el comportamiento
  • Tomar altas dosis de analgésicos como opioides

¿Cuáles son los síntomas del delirio?

En general, los síntomas del delirio comienzan de repente, en unas pocas horas o pocos días. A menudo van y vienen. Los síntomas más comunes incluyen:

  • Cambios en el estado de alerta (comúnmente más alerta en la mañana, menos en la noche)
  • Cambios en los niveles de conciencia
  • Confusión
  • Pensamiento desorganizado (hablar de una manera que no tiene sentido)
  • Patrones de sueño interrumpidos, somnolencia
  • Cambios emocionales como ira, agitación, depresión, irritabilidad, sobreexcitación
  • Alucinaciones y delirios
  • Incontinencia
  • Problemas de memoria, en especial con la memoria a corto plazo
  • Problemas para concentrarse

¿Cómo se diagnostica el delirio?

Para hacer un diagnóstico, Su profesional de la salud puede:

  • Analizar su historia clínica
  • Solicitar exámenes físicos y neurológicos
  • Pedir pruebas de estado mental
  • Requerir pruebas de laboratorio.
  • Hacer pruebas de diagnóstico por imágenes

El delirio y la demencia tienen síntomas similares, por lo que puede ser difícil distinguirlos. También pueden ocurrir juntos. El delirio comienza repentinamente y puede causar alucinaciones. Los síntomas pueden mejorar o empeorar y pueden durar horas o semanas. Por otro lado, la demencia se desarrolla lentamente y no causa alucinaciones. Los síntomas son estables y pueden durar meses o años.

¿Cuáles son los tratamientos para el delirio?

El tratamiento del delirio se centra en las causas y síntomas del delirio. El primer paso es identificar la causa. A menudo, tratar la causa puede llevar a una recuperación completa. La recuperación puede tomar algún tiempo, semanas o incluso meses. Mientras tanto, pueden haber tratamientos que ayuden a controlar los síntomas, como:

  • Controlar el ambiente, lo que incluye asegurarse de que la habitación esté tranquila y bien iluminada, que tenga relojes o calendarios a la vista y que haya miembros de la familia cerca
  • Medicamentos, incluyendo los que controlan la agresión o la agitación y analgésicos si hay dolor
  • Si es necesario, asegúrese de que la persona tenga audífonos, anteojos u otros dispositivos para comunicarse

¿Se puede prevenir el delirio?

El tratamiento de las afecciones que pueden causar delirio puede reducir el riesgo de tenerlo. Los hospitales pueden ayudar a reducir el riesgo de delirio al evitar los sedantes y asegurarse de que la habitación se mantenga tranquila y bien iluminada. También puede ayudar tener miembros de la familia cerca y que los miembros del personal traten siempre a la persona.

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