La piel de la mayoría de las frutas y verduras está llena de nutrientes y fibra que se pierden al pelarlas, pero cuando alguien saca un pelador después de coger una zanahoria, una remolacha o una chirivía, nadie se inmuta. Deja el pelador, no hace falta que lo uses.
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Si te preocupan los pesticidas (y probablemente no deberías), pelar es una forma rápida de eliminarlos, pero sólo de la superficie. Si no le preocupa eso, la forma en que planea cocinar las verduras debería determinar si debe dejar la piel o no. Rochelle Bilow, que escribe para Bon Appetit, explica:
Algunos métodos de cocción son mejores que otros para las verduras con piel. Estos son los casos en los que se puede dejar la piel: Asar, triturar y, dependiendo de la variedad, rallar o picar en crudo. Estos son los casos en los que probablemente debas utilizar el cuchillo de pelar o el pelador: Al vapor (la piel puede ser dura si se cocina al vapor), en puré -por ejemplo, esta receta de patatas- y en preparaciones crudas de verduras con piel muy gruesa.
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Algunas verduras, como la remolacha, tienen la piel de sabor amargo. Puedes matizarlo aderezándolas con ácido y dulce. Aunque hay muchas verduras que no es necesario pelar, las que tienen una piel muy fibrosa o dura deben pelarse siempre, como la calabaza kabocha o el apio.
No, no hay que pelar las zanahorias, las remolachas ni siquiera la calabaza | Bon Appetit
Imagen de wwworks.
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