Si quieres saber lo que piensa o siente alguien, se lo preguntas, ¿verdad?
Lo mismo ocurre en la investigación, pero es bueno conocer los pros y los contras de utilizar el «método de autoinforme» para recoger datos con el fin de responder a una pregunta de investigación. La mayoría de las veces, el autoinforme se realiza en forma de «papel &lápiz» o SurveyMonkey, pero puede realizarse mediante una entrevista.
En general, el autoinforme es fácil y barato, y a veces facilita una investigación que de otro modo sería imposible. Para responder bien, los encuestados deben ser honestos, tener una visión de sí mismos y entender las preguntas. El autoinforme es una herramienta importante en gran parte de la investigación del comportamiento.
Pero el uso del autoinforme para responder a una pregunta de investigación tiene sus límites. Las personas pueden tender a responder de forma que se vean bien (sesgo de deseabilidad social), estar de acuerdo con lo que se les presente (sesgo de aquiescencia social), o responder en términos extremos (sesgo de conjunto de respuestas extremas) o elegir siempre los números intermedios no comprometidos. Otro problema se producirá si no se establece la fiabilidad y la validez del cuestionario de autoinforme. (La fiabilidad es la consistencia en la medición y la validez es la exactitud de la medición de lo que pretende medir). Además, los autoinformes suelen proporcionar sólo a) datos de nivel ordinal, como en una escala de 1 a 5, b) datos nominales, como en una escala de sí/no, o c) descripciones cualitativas en palabras sin categorías ni números. (Datos ordinales = puntuaciones ordenadas con algunos números más altos que otros, y datos nominales = categorías. Los cálculos estadísticos son limitados para ambos y no son posibles para los datos cualitativos a menos que el investigador cuente los temas o las palabras que se repiten.)
Un ejemplo de una medida de autoinforme que consideramos un estándar de oro para los datos clínicos y de investigación = puntuación de la escala de dolor de 0 a 10. Un ejemplo de una medida de autoinforme que podría ser útil pero menos preferida es una autoevaluación de conocimientos (por ejemplo, ¿Qué tan fuerte en una escala de 1 a 5 es su conocimiento de la interpretación de los gases sanguíneos arteriales?) Su uso para los conocimientos puede estar bien siempre que todos entiendan que se trata de un nivel de conocimiento percibido.
Pensamiento crítico: ¿Cuál era la pregunta de investigación en este estudio? Malaria et al. (2016) Evaluación del dolor en ancianos con síntomas conductuales y psicológicos de la demencia. Journal of Alzheimer’s Disease según lo publicado en PubMed.gov en http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/26757042con enlace al texto completo. ¿Cómo utilizaron los autores el autoinforme para responder a su pregunta de investigación? ¿Ve usted alguna de las fortalezas & debilidades en su uso?
Para más información: No deje de consultar el blog de Rob Hoskins: http://www.sciencebrainwaves.com/the-dangers-of-self-report/