HOUSTON, Texas (KTRK) — El presidente George H.W. Bush se enfrenta a su último episodio médico, que fue descrito por su portavoz como una infección que se extendió a su sangre.
En los últimos años, Bush, de 93 años, ha estado entrando y saliendo del hospital por diversas dolencias.
Bush fue diagnosticado con una forma de la enfermedad de Parkinson que le ha obligado a utilizar un scooter motorizado o una silla de ruedas para moverse.
Durante las Navidades de 2012, fue ingresado en una unidad de cuidados intensivos de Houston por una tos relacionada con la bronquitis y otros problemas.
Durante aproximadamente una semana en diciembre de 2014, pasó un tiempo en el hospital por falta de aliento.
Mientras estaba en Maine en 2015, Bush tuvo que ser operado tras romperse un hueso del cuello por una caída. Un médico estimó en tres o cuatro meses el tiempo de recuperación de la lesión.
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En enero de 2017, Bush fue ingresado en el hospital por una neumonía. Durante los 16 días de estancia, el presidente pasó un tiempo en cuidados intensivos y se le insertó un tubo de respiración conectado a un ventilador en las vías respiratorias. Este tiempo en el hospital se notó porque su esposa Barbara Bush también fue tratada por fatiga y tos.
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No pasó mucho tiempo hasta que Bush volviera al hospital en abril de 2017, pasando dos semanas en el hospital por otro ataque de neumonía y bronquitis crónica. Los médicos de Bush dijeron que la bronquitis crónica es una condición más frecuente con la edad y puede agravar los síntomas de la neumonía.
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Una semana después de llegar a Kennebunkport, Maine, donde pasa el verano, el ex presidente fue ingresado en el hospital.
El portavoz Jim McGrath dijo en un comunicado emitido el 27 de mayo que Bush fue ingresado en el Southern Maine Health Care tras experimentar presión arterial baja y fatiga.
Es probable que permanezca allí durante los próximos días. Según el comunicado, el presidente estaba despierto, alerta y no sentía ningún dolor.
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The Associated Press contribuyó a este informe.