¿Por qué seguimos celebrando a este hombre?
El hombre está muy lejos de ser el héroe que nos enseñaron en la escuela primaria
El pasado lunes se celebró el Día de los Pueblos Indígenas o, como todavía se denomina en el estado de Dakota del Norte, el Día de Colón. Para muchas personas, la necesidad de abandonar el Día de la Raza no está presente. Cristóbal Colón ayudó a sentar las bases de la América que conocemos hoy, ¿verdad? No es así.
Cristóbal Colón fue el autor de un terrible genocidio que vivió sus últimos días en un desolado aislamiento. Entonces, ¿por qué seguimos dispuestos a celebrar a este hombre, aunque sea de forma pasiva, en un Estado que debe su existencia a las poblaciones indígenas?
Muy lejos del héroe casi de cuento que se representa en las aulas de la escuela primaria en Estados Unidos, Colón no fue un hombre grande y bueno. En lugar de aprender los nombres de la Nina, la Pinta y la Santa María, los alumnos deberían aprender el nombre del pueblo taíno.
Cuando Colón llegó al Caribe había casi 250.000 nativos taínos en la zona. Unos 60 años más tarde, sólo quedaban unos pocos cientos.
La pérdida de indígenas se produjo como resultado directo de las acciones de Colón. Basándose en las anotaciones de su diario, la Red de Historia realizó un cortometraje en el que se describe cómo Colón consideraba a los nativos de las Américas como un producto que se vendía y del que se sacaba provecho.
Colón esclavizó a los indígenas de América del Norte y los envió de vuelta a Europa, diezmando una gran parte de la población en el proceso. Descuidó su historia cultural y su identidad al hacer obligatorio el cristianismo. La acción más destructiva la llevó a cabo con la guerra biológica, introduciendo enfermedades que aniquilaron a gran parte de la población indígena.
El «aquí» americano que hoy conocemos nunca existió. Después de hacer desfilar partes de cuerpos desmembrados por las ciudades para mantener el orden, Colón fue arrestado y acusado de administrar mal el territorio que había tomado y de brutalidad. Sus últimos años de vida fueron vividos en la vergüenza.
Entonces, ¿cómo este hombre que fue visto como un villano en su propia época llegó a ser la imagen de la fundación de América? Bueno, en 1828, un libro titulado «A History of the Life and Voyages of Christopher Columbus» (Historia de la vida y los viajes de Cristóbal Colón) describió el «descubrimiento» de las Américas por parte de Colón y lo pintó como un héroe.
Mirando hacia la década de 1860, Colón se convirtió en un faro de orgullo para los inmigrantes irlandeses e italianos. Veían a Colón como la encarnación de ellos mismos, europeos del este en el Nuevo Mundo. Los pequeños desfiles de estas comunidades de inmigrantes pronto se convirtieron en una celebración de un buen hombre que en realidad nunca existió.
El reclamo de la fama de Colón es que «descubrió las Américas». Bueno, los indígenas habían vivido en América durante miles de años. Realmente, todo lo que hizo Colón fue destruir las vidas y las crónicas de los verdaderos padres fundadores de esta nación.
Ya es bastante malo que a Colón, una desgracia machista y genocida, se le haya dado una oportunidad de redención. Sin embargo, aún con sus atrocidades conocidas por muchos, la gente sigue etiquetando el segundo lunes de octubre como el Día de la Raza.
Llamarlo con el nombre de Día de los Pueblos Indígenas no corrige en absoluto los errores del pasado, pero ciertamente es mucho más beneficioso que nombrarlo con el nombre del hombre que cometió dichos errores.